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La emoción fue corriendo poco a poco entre los antiguos alumnos de Agustinos que fueron cayendo en la cuenta de que el nuevo papa había compartido todo un día con ellos. Una jornada que si ya entonces había sido inolvidable, ahora se había convertido en uno de los recuerdos más especiales de sus vidas.
Allí estuvo, por ejemplo, un jovencísimo César Gómez-Barthe que señala «la gran alegría» de que el gran prior de la orden agustina, Robert Francis Prevost Martínez, hubiera sido elegido como papa y llevara el nombre de León XIV. Un orgullo que compartiría con su padre José Luis, fallecido, y con quien el nuevo sumo pontífice viajó por Brasil, estuvieron reunidos en Roma y le recibió en León cuando era jefe de estudios del centenario colegio que visitó en 2002.
Como profesor, en aquella visita a los Agustinos, estaba Vicente Gutiérrez, maestro de Matemáticas, quien recuerda al nuevo obispo de Roma como «una persona entrañable, muy cercana y con mucho respeto», especialmente esa última palabra era la que mejor describía al máximo dirigente de la orden. «Yo pienso que si ese respeto existiera hoy en día, no pasarían las cosas que pasan por el mundo», reflexiona el agustino ahora a Leonoticias.
Gutiérrez fue el encargado de invitar a Prevost al colegio con motivo del primer centenario de su funcidación. En aquel momento era presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos Agustinianos de León y entre las invitaciones que cursó una de ellas fue al ahora papa León XIV. «Él nos dijo que vendría y vino. Presidió la eucaristía, participó en una asamblea, se le nombró asociado de honor, nos dimos un abrazo, tomamos un vino con él en el colegio y luego comimos en San Marcos». Una participación que tomó «con mucha alegría, también cansancio» y del que se guarda un gran recuerdo en la asociación.
De hecho, los antiguos alumnos ya preparan un viaje para «darle un abrazo» y rememorar aquella experiencia y, por qué no, invitarle a regresar al colegio al que asistió en un lejano 2002, cuando llevaba apenas un año desde que le habían nombrado prior general.
También participó en aquel evento en Agustinos el interno Esteban Álvarez. «Nos avisó de que venía, que iba a pasar un tiempo con nosotros y algo más con los internos». Una experiencia vital de la que hace memoria sobre el encuentro con «un rapaz de 47 años», señalando la juventud de un papa que ahora cumple 69 años, y con quien estuvieron en el aula magna.
Entre las palabras que intercambiaron con León XIV estuvieron sus experiencias en Perú como misionero y le entregaron un reconocimiento. En un momento, Álvarez aprovechó para acercarse a Prevost y le dijo que era familia del padre Alonso, de Benllera, y él le trasladó su «alegría» por que estudiara en los Agustinos. «Me dijo que León lo llevaría siempre en el corazón y yo el dije que ojalá algún día llegara a cardenal», una premonición que ahora se ha quedado corta por parte de aquel joven estudiante leonés. También hizo mención a sus raíces leonesas con una bisabuela de un pueblo de la provincia que este testigo no recuerda.
Entre las actividades programadas para aquella jornada, una de ellas obligaba al prior a vestirse de corte y ponerse ropa de deporte. «Tenía buenos gemelones», recuerda con gracia este exalumno, mientras que las chicas «le daban un pase» entre los comentarios adolescentes del acto. «Era afable, cordial y bondadoso», sentencia, y un «muy orgulloso» agustino.
Después recibió la insignia y les dio una charla en el pabellón de deportes, además de recibir el anuario del centenario. Más tarde hubo misa, les dio la comunión y habló del futuro de la orden.
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