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J. Sanz
Viernes, 11 de marzo 2016, 12:20
Los alumnos de la promoción de 1878 de la originaria Academia de Caballería, el malogrado octógono que ocupaba los mismos terrenos y que fue pasto de las llamas en 1915 (la actual fue construida sobre sus cenizas en 1920), tuvieron el honor de viajar, aunque fuera de manera virtual, a la Exposición Universal de París de 1889 (la de la construcción de la Torre Eiffel), cuyo pabellón de España acogió una muestra sobre la vida cotidiana en aquel recinto militar elaborada por el fotógrafo vallisoletano Adolfo Miaja Eguren, uno de los pioneros de esta especialidad en la ciudad, que tuvo su negocio hasta finales del siglo XIXen el local que aún hoy ocupa el Penicilino (plaza de la Libertad).
El catálogo de imágenes tomadas por Eguren en aquel 1878 fue conservado en el Archivo General Militar de Madrid y parte de su obra puede contemplarse desde ayer en una exposición sobre La vida cotidiana en el Ejército (1855-1925), que alberga la Academia de Caballería hasta el día 18, en la que se muestran las primeras fotografías militares tomadas en el conjunto del país sobre el día a día de las tropas en esa horquilla entre los siglos XIXy XX.
Entre las imágenes, por cercanía, destacan las tomadas por el fotógrafo vallisoletano, que vienen a rescatar del olvido cómo era el desaparecido octógono, la fortificación militar construida como presidio en 1847 y que fue devastada en 1925. Pocos testimonios gráficos, dada la época, pueden encontrarse sobre su existencia, y de ahí la relevancia de estas imágenes, en la que se observa a grupos de cadetes posando en el patio de armas (la campana aún se conserva en el museo), realizando prácticas de herraje o de fortificación, además de mostrarse el interior de recintos como los dormitorios o el comedor de la academia.
De aquel recinto decimonónico solo se conserva hoy el picadero, situado en la parte posterior del patio de armas del edificio actual, y su silueta se muestra en algunas de las imágenes tomadas por Eguren con motivo de la expo de París de 1889.
Pero la exposición, organizada por la delegación de Defensa, con la colaboración de la Academia, va más allá y recoge una selección de 63 instantáneas de los fondos del Archivo Militar en la que, por ejemplo, el rey Alfonso XIII observa las maniobras de un tanque, nada menos, manufacturado por Renault en 1922 y que se compró para la guerra de África.
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