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laura negro
Domingo, 27 de septiembre 2015, 17:51
Sus padres, Telesforo y Ana, supieron inculcarle su pasión por el negocio. Ambos regentan una farmacia y óptica en Parque Alameda, en la que nuestro emprendedor pasó parte de su infancia viendo a sus progenitores despachar recetas y graduando la vista. «Me crié aprendiendo a tratar a los clientes. Guardo grandes recuerdos de aquella época. Siempre hacía allí los deberes de pequeño», recuerda Pedro Redondo Galván (25). Así que no podía ser de otra manera. Cuando llegó el momento de elegir el rumbo de su vida profesional, Pedro optó por estudiar Farmacia en la Universidad Alfonso X el Sabio de Madrid, carrera que amplió con dos años más, hasta conseguir también la titulación de Óptico-Optometrista. «Lo hice por tradición familiar, pero también por pura vocación. Siempre tuve muy claro que quería dedicarme a esto», asegura convencido.
Al finalizar sus estudios entró a trabajar en el negocio familiar, primero llevando la línea de negocio de farmacia, y los últimos meses se encargó más de la parte dedicada a óptica. «He estado muy contento trabajando con mis padres durante un año y medio, y me ha ayudado a coger experiencia, pero necesitaba volar solo en este sector», explica. Y en cuatro meses, gracias a su carácter emprendedor y al apoyo paterno, Pedro abría su propio negocio el pasado mes de marzo, una óptica en el Paseo de Zorrilla, 51.
Desde el principio tuvo muy claro que quería emprender bajo el sistema de franquicia y, para ello, decidió asociarse con el grupo Opticalia. «Me siento muy apoyado por la franquicia, que me ofrece grandes facilidades. Es un grupo muy mediático y que invierte mucho en publicidad, ofreciendo a los clientes campañas y promociones estupendas. Aportamos calidad, a precios muy competitivos», expone.
El no está solo en su centro óptico. Cuenta con la ayuda de dos profesionales del sector, con más de 25 años de experiencia. «Al abrir la tienda hice una prueba de selección, en la que lo primordial era el conocimiento del sector. Así elegí a Yolanda, que es óptica-optometrista y Encarna como auxiliar. Mi juventud y la experiencia de ambas se complementan a la perfección. De esta manera, clientes de todas las edades, se pueden sentir identificados con nosotros», comenta este joven, para quien lo fundamental de su negocio es el trato especializado a sus clientes.
En Opticalia Zorrilla, Pedro y su equipo ofrecen una atención personalizada y apoyada en las nuevas tecnologías. Para ello no ha escatimado en gastos, a la hora de equipar su negocio con el mejor y más innovador instrumental óptico, financiado a través de leasing en condiciones muy ventajosas. Así, por ejemplo, cuenta con el sistema de medición universal Visioffice 2.0 de Essilor, que mide todos los parámetros que requieren las lentes de última generación, para su correcta fabricación. «Nuestras lentes progresivas tienen el 100% de garantía de adaptación», explica.
Un amplio y luminoso local da la bienvenida a los clientes que acuden a este centro óptico en busca de gafas, monturas y lentes. En sus expositores se encuentran marcas de prestigio internacional como Loewe, Prada o Carolina Herrera, y también, marcas propias de Opticalia, como son Mango, Pepe Jeans o Custo Barcelona que, «sin rebajar la calidad, llegan a clientes de todos los bolsillos», indica su gerente, quien también se encarga de promocionar el negocio en las redes sociales.
Generar confianza
Para poner en marcha su negocio, Pedro ha solicitado una subvención a la Junta de Castilla y León de creación de nuevas empresas, todavía pendiente de resolución. Tras los primeros seis meses de vida de su negocio, este joven hace un balance totalmente positivo de su experiencia como emprendedor, asegurando que lo mejor de su trabajo, es el trato con el cliente. «He logrado crear un vínculo muy cercano, en el que intento generar confianza. Además, creo que el hecho de ser óptico y a la vez farmaceútico, me permite atender a mis clientes de forma mucho más completa y profesional. La vista es un sentido fundamental, y a pesar de ello, muy pocos son los que se plantean que los ojos pueden y deben cuidarse. Las gafas son a la vez un producto estético y también de salud. Por ello, es aconsejable graduarse una vez al año para prevenir y cuidar la salud ocular y renovar las gafas cada cierto tiempo», aconseja este experto.
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