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j. a.
Lunes, 13 de octubre 2014, 17:22
Las vías de la Línea de Alta Velocidad Madrid-Segovia-Valladolid se someterán en los próximos meses a una inspección con ultrasonidos para detectar pequeños defectos internos en los carriles por los que el tren alcanza 300 kilómetros por hora. La auscultación permitirá al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) programar las labores de mantenimiento de estos elementos, así como prevenir fallos y accidentes, lo que se traducirá en una mejora de la seguridad del corredor.
Asimismo, el gestor ferroviario encargará esta inspección a una empresa privada para lo que ha licitado el contrato con un presupuesto de casi 1,4 millones, ya que incluye también la revisión del resto de línea de alta velocidad puestas en servicio. Es decir, no sólo se examinarán los carriles colocados en Castilla y León, sino también en las comunidades de Castilla-La Mancha, Andalucía, Madrid, Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Asimismo, la revisión incluye el tratamiento de distintos tipos de carril en las vías de 1.435 milímetros de ancho montadas sobre balasto, las mayoritarias, pero también de las vías colocadas sobre placa en puntos singulares -bloques sobre elastómeros, carril embebido, placa continua sobre hormigón o losa prefabricada-. La empresa adjudicataria del servicio se encargará durante dos años de examinar los 3.000 kilómetros de alta velocidad de España, de los que de momento sólo 179,6 atraviesan la Comunidad.
Adif exige a las empresas interesadas en prestar el servicio deberán contar con un «coche o vagón auscultador» que sea capaz de alcanzar una velocidad sostenible de revisión de 60 kilómetros por hora como mínimo. Además, este vehículo deberá disponer de un sistema de medición con sondas que asegure la completa verificación del carril. También, la compañía ferroviaria pide que se informe in situ de la localización del defecto, con una precisión igual o menor a 500 milímetros.
Estas labores, que forman parte del conjunto de procesos de inspección y auscultación de la superestructura de vía, se realizarán en al menos 200 kilómetros al día. Además, la empresa deberá informar a Adif de los fallos en 24 horas. El personal y el material rodante deberá contar con certificaciones de su cualificación y autorización para circular por las vías españolas de alta velocidad. Esta tarea es habitual en las vías convencionales, donde cada año se realiza la auscultación de unos 20.000 kilómetros.
Valladolid, referente en auscultación
Por otra parte, la empresa Redalsa, perteneciente al grupo Adif y situada en el polígono de Argales de Valladolid, referente en la auscultación ultrasónica, ha sido adjudicataria de dos importantes contratos. Por un lado, la compañía, que cuenta con equipos manuales y móvil para realizar revisiones hasta 90 kilómetros por hora, ha sido contratada por Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña o FGC para llevar a cabo la auscultación ultrasónica de carril de las líneas Lleida-La Pobla de Segur y Ribes de Freser-Núria.
También, realizará la revisión de la red convencional de ferrocarriles dependientes del gestor ferroviario.
La ministra, tal como ya dijera en diciembre de 2013, garantizó que la alta velocidad ferroviaria llegará en 2015 a Zamora, al ponerse en servicio el tramo de 95 kilómetros que une la ciudad y Olmedo (Valladolid), punto en el que conecta con la línea Madrid-Valladolid. La plataforma, sobre la que se colocan el resto de elementos de la vía, se encuentra finalizada y en un «avanzado» grado de ejecución el resto de trabajos de la superestructura, que incluye la instalación de traviesas, carriles y sistemas eléctricos.
El Ministerio de Fomento puso en marcha un paquete con una veintena de medidas tras el accidente de Santiago de Compostela, que causó la muerte a 79 personas. Una de las primeras fue la revisión del cuadro de velocidades máximas de todas las líneas para instalar en los puntos necesarios nuevos cartelones de aviso de cambio de velocidad, así como balizas (ASFA) de frenado automático. En paralelo inició la identificación de puntos con transiciones significativas de velocidad en líneas con una velocidad superior a los 160 kilómetros por hora.
Este primer análisis detectó 112 transiciones significativas de velocidad -37 en Alta Velocidad y 85 en la red convencional-. Posteriormente amplió la revisión a todos los rangos de velocidad, que finalizó con la localización de 349, que ya se han señalizado y dotados en algunos casos con balizas para garantizar el frenado de los trenes en el caso de que se produzca un fallo humano. No obstante, la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) identificó 375 -51 AVE y 324 líneas convencionales-, aunque se han reducido al encontrarse muy próximos entre ellos.
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