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VÍCTOR M. VELA
Domingo, 4 de diciembre 2011, 14:12
El orgullo pucelano tiene nombres y apellidos. Como el de la reina Ana de Austria o como el de Beatriz Bernal, la primera mujer que escribió, allá por el siglo XVI, un libro de caballerías. Como el médico Nemesio Montero Monago, un maestro de la papiroflexia. O como el pintor José Manuel Capuletti. O como María Teresa Íñigo de Toro, la primera mujer en España que dirigió una emisora de radio. Como el ilustrador Eduardo García Benito o como Jerónima de Burgos, actriz y amante de Lope de Vega. Todos ellos tienen una cuna en común. Todos nacieron en Valladolid y ahora, la ciudad en la que vieron la luz quiere recordarles con unas placas, que serán ubicadas en sus casas, en sus viviendas o negocios y que permitirán construir una ruta turística por lugares que quizá no son monumentales, pero que sí atesoran grandes historias. Desde la Concejalía de Cultura y Turismo y el Centro de Publicaciones municipal explican que ya se ha elaborado un primer listado de personajes, susceptible de modificaciones, y que el siguiente paso será elegir el lugar concreto para colocar cada una de las placas conmemorativas (operación que estará lista para la primavera del próximo año). La ubicación de estas señales será estudiada ahora por una comisión de especialistas que rastrearán en la vida de estos personajes para determinar a qué espacio de Valladolid están más estrechamente vinculados. El cronistas Teófanes Egido, los historiadores Javier Burrieza o Anastasio Rojo, José María Gutiérrez (de gráficas Andrés Martín) o Mariano Cañas, exsecretario del Ayuntamiento, serán algunos de los expertos que asesorarán sobre el emplazamiento de unas placas que ya tienen destinatario. Paz Altés, del Servicio de Publicaciones, recuerda alguno de estos nombres que, muy pronto, tendrán su rincón propio en la ciudad.
La reina mosquetera
Como Ana de Austria. Esta vallisoletana nacida en 1601 llegó a ser reina de Francia. A los 14 años recién cumplidos se casó con Luis XIII y a su muerte, Ana de Austria (hija de Felipe III), se convirtió en regente de Francia (entre 1643 y 1651), hasta que su hijo Luis XIV (el rey Sol) cumplió 13 años y pudo ascender al trono. La vallisoletana Ana María Mauricia de Austria se convierte así en la reina más importante de la historia de Francia y estará siempre vinculada a la ficción gracias a la pluma de Alejandro Dumas, quien se inspiró en ella para dibujar a la reina que debían proteger los mosqueteros. Falleció en enero de 1666 (hace 345 años) por un cáncer de mama.
Y otra reina, en este caso de Castilla, con placa será Catalina de Lancaster, quien se casó con Enrique III de Trastámara y murió en Valladolid en 1418.
Otra pucelana con letras de molde en la historia (aunque menos conocida) es Beatriz Bernal. Y también tendrá su rótulo. Fue una pionera. La primera (y única) mujer que escribió, en un mundo de hombres, un libro de caballerías. ¡En el siglo XVI! El título de su obra es 'Don Cristalián de España'. El historiador y poeta Narciso Alonso Cortés (otro ilustre de la ciudad) publicaba en El Norte de Castilla del 6 de enero 1954 una semblanza de esta mujer, quien se casó con el bachiller Torres de Gato, «perteneciente también a una noble familia vallisoletana que tenía sus casas en la calle de la Cuadra». La primera edición del libro de Bernal salió «de la benemérita imprenta vallisoletana de Juan de Villaquirán» el 9 de enero de 1545 y hubo después, por la insistencia de su hija Juana Bernal de Gatos, una reimpresión en Alcalá de Henares y una traducción al italiano impresa en Venecia que la investigadora Donatella Gagliardi (de la Universidad Autónoma de Barcelona) fecha en 1558.
Pero, ¿de qué va el libro? Así lo resume Alonso Cortés: «Benislay, rey de España, y su mujer Coplesiana, hija del rey de Nimidia, tienen un hijo llamado Bracamor. Casado éste con la infanta Pinalua, nace de ellos un niño al que dan el nombre de Lindelel. Por orden de Membrina, señora de la isla de las Maravillas, un ave muy grande se lleva a Lindelel, el cual lugo se une en matrimonio a Cristalina, princesa de Constantinopla». Un lío. Y atención, que ahora aparece Cristalián, el protagonista, que no es otro sino el hijo de Lindelel y Cristalina, quien acude a rescatar a su madre y a su hermano «cuando se los lleva una nube del cielo».
La lista de placas incluirá más mujeres («es el grupo que tenemos más perfilado», reconoce Altés), como la periodista María Teresa Íñigo de Toro, primera mujer en convertirse en directora de una emisora de radio (Radiocadena Española) o Nicolasa Centeno, heroína vallisoletana que en la Guerra de la Independencia ejerció de espía. Y que también tendrá su homenaje, en forma de placa, en alguna de las calles de su ciudad natal.
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