Bisbal, ¿eres tú?

¡Este no es nuestro Bisbal, que nos lo han cambiado! Aquel chico de vaqueros ajustados y camisas entalladas ha dado un cambio radical. De 180 grados. Pero que su legión de fans no se preocupe que mantiene los rizos y el talento.

Ya lo avisó: «En Valladolid la gente va a ver algo completamente diferente». Lo que otras veces era un terremoto, ayer fue un salón acogedor, con chimenea y una pequeña ventana desde donde ver llover.

Ahora, hasta me planteo poner en mi próxima cena romántica 'Cómo olvidar', que se dejó los ritmos del 'perreo' entre bambalinas.

Íntimo. Así es el novísimo. Antes a Bisbal le hacían falta piruetas, cabriolas y saltos mortales para hacerse grande sobre el escenario. Ahora, con susurros y seis músicos, perdón musicazos, lo llena. Lo hizo desde su primer tema hasta el último, un soberbio 'Esclavo de tus Besos'.

Bisbal se atreve con todo, y no me refiero solo a comentar la actualidad en twitter. Este chico se encierra en un estudio y cualquier canción puede sufrir las consecuencias. Benditas consecuencias.

Lo mismo le da trasladar 'Lloraré' al Malecón de la Habana con sones cubanos, que dar un toque de jazz a su 'Me derrumbo' o a 'Dígale', que ahora suena como si lo hubiera hecho en el Chicago de los años 40. Todo suena bien, aunque resulte extraño ver a este chico sobre el escenario y no marcarse un baile.

Ni 'Ave María' se ha salvado, pero claro, en esta nueva etapa, David Bisbal también se permite el capricho de versionar canciones de otros y, ¡ojo!, que versionar sin destrozar no está al alcance de muchos.

Con 'En un rincón del alma', de Alberto Cortez, parecía tímido, pero con 'Adoro' perdió la vergüenza. La madurez ha llegado y para prueba 'Ella' de su admirado Alejandro Sanz.

Pero claro, el 'gen Bisbi', mutación de un cromosoma que hace perder el control, sigue presente y de vez en cuando al almeriense se le notaba atado, encorsetado.

Hasta que llegó la recta final. Entonces, el Bisbal modosito se esfumó. Con 'Al Andalus' se dejó llevar por un público que no veía el momento de poder levantarse o corear canciones como 'Quién me iba a decir' o 'Sin Mirar atrás'.

Muchos de los cantantes que compartieron momento con Bisbal se han convertido en un recuerdo, pero él ha sabido reinventarse y eso supone no morir en el fondo de un cajón.