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EUROPA PRESS
Sábado, 16 de abril 2011, 02:43
Después de ocho años de lucha verbal y cinco de litigios para poder conciliar la vida laboral y familiar, el palentino Germán Higelmo ha conseguido que el Tribunal Constitucional le ampare y reconozca su derecho fundamental a la no discriminación por razón de sus circunstancias familiares, incompatible con el artículo 14 de la Constitución Española. Este artículo dictamina que los españoles son iguales ante la ley, «sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
Germán Higelmo lleva ocho años intentando que el centro de educación especial palentino donde trabaja, dependiente de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, le conceda el cambio de turno a la jornada nocturna, en vez de turnos rotatorios como ha hecho hasta ahora, para así poder ocuparse de sus hijos.
Primero comenzó la batalla verbal. Más tarde, en 2006, ante las negativas del centro, comenzó la judicial. Germán Higelmo y su mujer sostienen que el cuidado de los niños tiene que realizarse por los padres, «que para algo son los padres», ya que opinan que los primeros años de vida son «fundamentales para el desarrollo de la personalidad de los niños y su arraigo con las figuras paternas».
Tras cinco años de lucha y de resoluciones negativas a la petición por parte del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, Germán solicitó amparo al Tribunal Constitucional, que ahora le reconoce este derecho fundamental.
Con esta sentencia, Germán Higelmo se convierte en el primer hombre en España que no ha sido tratado de forma desigual por sus circunstancias familiares. Con todo ello, él asegura que se siente satisfecho si esto sirve para ayudar a futuras familias que se encuentren en esta situación, pero puntualiza que esta satisfacción es «a medias». «Es una batalla ganada, pero una batalla moral», expresa, al tiempo que remarca que a estas alturas ya no puede recuperar los años pasados. «Realmente cuando más gusto hubiese tenido por tener las noches era en el momento en el que los niños son más autónomos, más indefensos, menos bebés. Luego, cuando van creciendo, existen más alternativas, se van socializando más y existe la posibilidad de que se vayan quedando más en el colegio, incluso ellos lo piden. Pero de bebés les ves tan débiles que hasta tú tienes ganas de estar con ellos», asegura Germán Higelmo.
La sentencia no se ha hecho efectiva todavía y es el Juzgado de lo Social número 1 de Palencia el que deberá dictar, con plenitud de jurisdicción, nueva sentencia respetuosa con el derecho fundamental reconocido. Germán Higelmo asegura que no se sintió respaldado por los abogados palentinos que llevaron el caso en primera instancia y que se sintió decepcionado con sus actuaciones.
Por ello, quiere agradecer a su abogada de oficio la acción que ha llevado a cabo. «Me vi perdido cuando perdí ante el Tribunal Supremo. Realmente me lo estaban llevando fatal, me dejaron un poco tirado y decidí, por mi cuenta, mandar un escrito al Constitucional solicitando amparo», asegura. Este palentino pide que se encaminen las políticas a buscar la unión familiar y a que los niños estén más tiempo con los progenitores y no en los colegios o en clases extraescolares en las vacaciones.
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