Valladolid
La puerta amarilla que conducía al infierno en un tercero de la calle EstaciónSecciones
Servicios
Destacamos
Valladolid
La puerta amarilla que conducía al infierno en un tercero de la calle EstaciónJ. S.
Valladolid
Martes, 27 de mayo 2025, 06:42
La apariencia de normalidad en un bloque residencial del número 59 de la calle Estación contrasta con la escena vivida la semana pasada, cuando varias ... dotaciones de agentes de la Policía Nacional tomaron una de las viviendas ubicadas en el tercero a primera hora de la mañana, ante la incredulidad de los vecinos y viandantes que paseaban por la zona. «Ví a muchos policías fuera y el resto del día hubo mucho movimiento, pero no sabía porqué», explica uno de los residentes del bajo del mismo bloque, que fue alertado del «revuelo» por su compañera de piso, que se encontró con la escena a las siete de mañana cuando acudía a trabajar.
Pese a ello, asegura que nada le hacía intuir que tres plantas más arriba, en lo que a priori era una vivienda residencial más de las seis que componen el bloque, dos por planta, se escondía un prostíbulo ilegal. La rumorología del vecindario apuntaba también a otros derroteros: «se oía que estaban buscando a una persona que había atropellado a alguien y se había dado a la fuga».
Sin embargo, la presencia de los agentes era el fruto de la operación Cabilda, en la que han trabajado conjuntamente durante un año la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) y la Brigada de Extranjería, ambas unidades de la Policía Nacional, para desmantelar un clan familiar dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.
Allí, en la tercera planta, se tenía lugar una redada en uno de los dos pisos que la red mantenía en activo, de un total de seis viviendas que llegaron a alquilar con el fin de explotar sexualmente a las víctimas durante los dos años que estuvieron operando en Valladolid. En estas viviendas residían también hacinadas en condiciones de «cuasiesclavitud», según explicaba esta mañana el subdelegado del Gobierno.
El vecino del bajo, que apenas lleva tres meses residiendo en el bloque, es el único que se atreve a hablar de lo sucedido. El nerviosismo y el silencio se ha instalado entre los residentes, que reciben con recelo cualquier pregunta sobre el tema, ante la atenta escucha del propietario de la vivienda, al que la Policía señala como víctima de un engaño. Una de las personas implicadas, sin vinculación familiar con el clan pero cercano a sus miembros, se encargaba de suministrar a la red las viviendas, que supuestamente alquilaba con documentación falso bajo el pretexto de que allí residiría una pareja, según han explicado los investigadores.
El arrendatario, que se encontraba en el piso en la tarde de este lunes, luciendo ya sin precintos policiales y puesto a punto para su vuelta al mercado inmobiliario, se identifica fruto de los nervios como el propietario, a la par que cierra la puerta brúscamente al percatarse de la presencia de periodistas. «Hay que saber con quien se juega uno los cuartos», acierta a decir, mientras se niega a responder a cualquier preguntar al tratar de confirmar si había sido víctima del engaño al que alude la Policía.
En el bloque los pocos que contestan abren la puerta ante el requerimiento del timbre aseguran no haberse percatado de las actividades que se llevaban a cabo en la vivienda, pese a la apariecia de tranquilidad que impera en la comunidad. «Aqui nadie sabe nada, nos hemos enterado igual que vosotros esta misma mañana», asegura otra vecina visiblemente alterada, que minutos antes, al cruzarse con el propietario, comentaba haber visto ya el suceso publicado. Otra vecina del segundo, que no ha querido pronunciarse sobre si tenía conocimiento de las actividades llevadas a cabo en el tercero, rehusaba hacer declaraciones.
Las dos redadas llevadas a cabo durante la semana pasada por la Policía Nacional han puesto fin a las actividades delectivas de un clan familiar, de origen paraguayo y peruano, que llevaba dos años operando en Valladolid, donde estaba «completamente asentado», según destacaba esta mañana el comisario jefe provincial, Francisco Oterino, durante una rueda de prensa para ampliar las actuaciones policiales que han concluido con la liberación de 13 víctimas y ocho detenciones por delitos relacionados con la explotación sexual El máximo responsable de la Policía Nacional de Valladolid ha querido resaltar que se trata además de la «segunda operación contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual» llevada a cabo durante este primer semestre de 2025. La primera tuvo lugar el pasado mes de febrero, cuando en el marco de la la operación Chaturanga, agentes de la Policía Nacional detenían a otras seis personas como presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, favorecimiento de la inmigración clandestina, delitos relativos a la prostitución y pertenencia a organización criminal, ingresando la líder de la organización en prisión provisional.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.