Consuelo
FRANCISCO CANTALAPIEDRA
Viernes, 31 de diciembre 2010, 02:35
Un día, a mi suegra le regalaron una bombilla. La mujer, que es más cumplida que un luto, vino a casa con una carta firmada por el señor ministro de Industria anunciándole que en los siguientes días podría recoger en Correos la lámpara de bajo consumo, que formaba parte de un plan gubernamental para reducir la factura eléctrica. Desde entonces, mi mamá política tiene colocada la bombilla en el mejor casquillo de la casa, y la carta de don Miguel Sebastián guardada como oro en paño porque rara vez te escribe un miembro del Gobierno y menos para regalarte una bombilla fabricada en China. Acabado el idilio suegra-ministro, ella sigue esperando que el segundo le mande otra carta igual de cariñosa explicando en qué consiste este nuevo plan del gobierno que permite subidas de la luz de casi un diez por ciento y las hace coincidir con la congelación de las pensiones. Y aunque apenas se queja, me consta que sufre por el silencio de este buen hombre ahora que se necesitan más explicaciones que nunca por amargarnos a todos con subidas de gas, luz, trenes y gasolinas, que en vez de reactivar la economía han reavivado el cabreo. He intentado consolarla diciéndole que los sindicatos ya calientan motores para una nueva huelga general, pero no ha habido manera de hacerla entender que Sebastián y sus colegas se van a rilar por la pata abajo.
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