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ELENA RUBIO
Domingo, 28 de noviembre 2010, 02:34
El aire de la calle Licenciado Peralta es mucho más dulce que el de otras vías de la ciudad. Huele muchas veces a azúcar tostado, a canela y almendras. Un olor que hace que segovianos y turistas se pregunten en numerosas ocasiones por la procedencia de ese aroma que embriaga los sentidos. Una respuesta que tarda muy poco en llegar ya que andando unos veinticinco metros se abre una pequeña puerta de un portal, que conduce a los más golosos al Monasterio de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas de Segovia.
Al entrar, el visitante se encuentra a mano derecha con una portería que enseguida capta su atención. Tras un cristal y unas rejas se puede admirar una completa variedad de dulces y pastas que elaboran las hermanas.
Los hay de todos los tamaños y formas: redondos, cuadrados, ovalados, con almendra por encima, con azúcar o sin él o simplemente con el color dorado de la masa que da el horneado. Y todos los dulces esmeradamente colocados en bandejas pequeñas o en cajitas de papel. Unos productos cien por cien naturales y artesanales que son el medio de vida de estas monjas de clausura segovianas.
Unas 'delicatessen' que ya tenían fama en toda la provincia. Sin embargo, desde hace un par de años esta tradición repostera se ha extendido por toda España debido a la participación de dos de sus hermanas, sor Liliana y sor Beatriz, en el programa 'Bocaditos de cielo', que se emitía todos los martes en Canal Cocina.
Fueron veintitrés capítulos que se grabaron dentro del mismo convento, donde enseñaron a los televidentes su vida contemplativa y mostraron su ilusión porque todo el país aprendiera sus trucos. El éxito del espacio fue tal que durante meses muchos turistas procedentes de Barcelona, Bilbao, Pamplona, Valencia o Las Palmas se han acercado a Segovia para comprar las pastas y los dulces de estas monjas, a la vez que les solicitaban la receta de algunos de estos bollos. Unas recetas que en este mes de noviembre han salido publicadas en el libro 'Delicias Celestiales', de la editorial Chronica junto con Abyana. «La gente nos llamaba para pedirnos las recetas y muchas editoriales nos habían llamado para hacer un libro. Nosotras decíamos que no, ¿cómo lo íbamos a hacer en tiempos de crisis? Luego vino esta editorial que nos dijo que en este tiempo era mucho mejor al ser recetas sencillas y que no costaban mucho», explica sor Liliana.
El libro contiene más de doscientas recetas, «hay de todo un poco», donde el lector puede encontrar los trucos de cómo elaborar torrijas, yemas, pastel de manzana, cocaditos, mostachones, santorales, bizcocho de limón o el denominado brazo de reina. Para facilitar su búsqueda, las 224 páginas están organizadas en diferentes capítulos comenzando por los dulces tradicionales; seguido por los bizcochos, hojaldres y tartas; las cremas y natillas; las mousses, espumas y soufflés, los postres de frutas; los dulces de Semana Santa y los dulces navideños.
Recopilación
Las recetas que se encuentran en el libro han sido recopiladas por estas hermanas que han buscado en sus aposentos y bibliotecas. Las recetas 'estrellas' por su tradición son los bollos de aceite y sobre todo, la tarta de almendra, un postre «muy bueno» que elaboran las monjas de esta congregación desde hace siglos. Es un postre «laborioso» que las monjas lo hacen a mano, sin el uso de batidoras y sólo sirviéndose de un almirez para moler parte de los ingredientes. Una receta que tienen estas hermanas desde hace muchos años porque «las madres antiguas ya la tenían cuando estaban en El Parral», asegura sor Beatriz. Una receta que tiene más de un siglo ya que «las hermanas llevan ya aquí en 110 años», detalla sor Liliana. Hay recetas que proceden de otros conventos, con los que han realizado un «intercambio» de fórmulas pasteleras. Los dulces que elaboran estas monjas son elaborados con ingredientes naturales donde sobre todo se suele utilizar ralladura de naranja, limón, almendras, canela, frutas frescas y huevo.
Las hermanas aseguran que el secreto del éxito es el cariño que ponen:«No hay ningún secreto sólo mucho amor y delicadeza. Las cosas por muy pequeñas y sencillas son hermosas a los ojos de Dios», aseguran las monjas. En el libro, las recetas se acompañan de fotografías y trucos «que les vendrán muy bien». Unos consejos que van desde como esterilizar envases para mermeladas y confituras, pasando por cómo evitar los malos olores en la cocina, cómo limpiar los útiles de repostería o cómo evitar que la masa se pegue.
En cada receta, también se especifica el tiempo que se tarda en realizar, la dificultad que tiene, si es económica de hacer y para el número de comensales al que está destinado. «Nuestro objetivo también es que las familias elaboren juntas las dulces», afirma sor Liliana.
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