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Policías federales mexicanos vigilan a Valdez Villarreal, 'la Barbie', tras su captura. :: A. MENEGHINI-AP
MUNDO

El final del muñeco diabólico

Su disfraz de exitoso empresario no libró a la Barbie, el sanguinario capo del narcotráfico, de caer en manos de la Policía mexicana

MILAGROS L. DE GUEREÑO

Domingo, 5 de septiembre 2010, 04:51

Alto, rubio, de ojos azules y, según dicen, dotado de un imán especial para atraer mujeres. Edgar Valdez Villarreal, de 37 años, respondía a sobrenombres como 'el Güero' (rubio), 'el comandante' y 'el Tigrillo', pero era especialmente identificado como 'la Barbie'. Se hacía pasar por un joven empresario acaudalado, tranquilo e intenso, pero era en realidad un hombre despiadado, vengativo, con gran capacidad de mimetismo y uno de los principales responsables de disparar la violencia en México.

No llegó a ser el gran capo al que aspiraba convertirse. Algunos expertos apuntan que, acorralado desde hace algún tiempo, pudo pactar su entrega a la justicia para salvar su vida. Acordada o no, su captura se convierte en la número 125 de jefes y lugartenientes que han muerto o han sido detenidos por el Gobierno. Desde la llegada al poder en 2006 de Felipe Calderón, el presidente libra una dura batalla contra el crimen organizado, que ha dejado alrededor de 28.000 muertes en los últimos cuatro años.

La Barbie nació en Laredo, Texas, el 11 de agosto de 1973. Con 19 años fue detenido por primera vez en Estados Unidos. Su reputación como uno de los narcotraficantes más peligrosos que ha operado en México en 20 años comenzó a labrarse en 2001. Arturo Beltrán Leyva le reclutó como asesino a sueldo del cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín 'el Chapo' Guzmán, del que los hermanos Beltrán eran lugartenientes.

Después de organizar durante cinco años secuestros, aniquilar enemigos y sobornar a policías y agentes federales se convirtió en comandante de la campaña que emprendió el Chapo para dominar el mercado del narcotráfico en el país azteca. Según las autoridades , su sed sangrienta de venganza -que incluye torturas y mutilaciones que compiten con el salvajismo de los Zetas- se radicalizó tras el asesinato de su hermano Armando y un amigo de Sinaloa a manos del brazo armado del cartel del Golfo.

Mensaje a Vicente Fox

En el año 2004, no tuvo reparos para dirigirse al entonces presidente Vicente Fox. La Barbie se presentó como un empresario y pagó un anuncio en el diario 'El Norte de Monterrey' para que publicase una carta dirigida al mandatario. «Le pido que intervenga para solucionar la inseguridad, extorsión y el terror que existe en el estado de Tamaulipas, y, especialmente, en la ciudad de Nuevo Laredo», decía.

Para la Agencia para el Control de Drogas (DEA) esa localidad era una pieza clave en la guerra por controlar el tráfico de drogas y el contrabando, sobre todo la carretera que bordea 3.000 kilómetros de frontera con Estados Unidos y pasa por ciudades como Dallas y Minnesota.

Tras la ruptura del clan de los hermanos Beltrán Leyva con los de Sinaloa, la Barbie se fue con éstos. En diciembre de 2009, después de la muerte de uno de los jefes del cártel, pugnó contra Héctor, 'el H', por el mando.

Sin embargo, ya en aquellos momentos la DEA y la Policía mexicana le pisaban los talones. Tanto Washington como el Ejecutivo azteca ofrecían recompensas de 2 millones de euros por su captura.

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