El herrero que anotaba todo
Cristina Vega, presenta el libro 'La vida cotidiana en la Segovia rural (1750-1925)'
EL NORTE
Jueves, 6 de mayo 2010, 11:29
Fernando Gil, un herrero de Carbonero el Mayor, anotaba todo en su libro de caja en el siglo XVIII y luego, sus herederos, continuaron con la costumbre hasta principios del XX. Con este hilo conductor, la colaboradora de EL NORTE DE CASTILLA, Cristina Vega Herrero, ha construido su publicación 'La vida cotidiana en la Segovia rural (1750-1925)', en la que recoge la evolución de las costumbres, formas de vida y organización social durante tres siglos de la zona de Carbonero y Cantimpalos, aunque bien puede trasladarse a cualquier pueblo de la vieja Castilla.
«En ocasiones, ocultos entre viejos papeles o en el fondo de los baúles se encuentran verdaderos tesoros documentales; libros que no sólo muestran la vida de una familia, sino que son fiel reflejo de la vida cotidiana de sus gentes, de sus costumbres, de su cultura o de su forma de organizarse». Así describe Cristina Vega la esencia de su libro y así lo contó en una abarratoda sala Caja Segovia, ayer, durante la presentación de la publicación. Familiares, amigos y el Ayuntamiento de Cantimpalos, con la presencia de su alcaldesa, arroparon a la autora, que trabaja como animadora sociocultural y bibliotecaria en el Consistorio cantimpalense desde hace 22 años.
El escritor Ignacio Sanz ejerció de maestro de ceremonias en la puesta de largo de un libro, en el que la autora ha puesto mucho trabajo y pasión para realizar una exhaustiva investigación. Ignacio Sanz alabó el coraje y la persistencia de la autora y habló, en verso, de las bondades del chorizo de Cantimpalos y de todos los productos del cerdo.
Cuatro partes
Luego, un audiovisual comentado por Cristina Vega hizo viajar al público a las páginas del libro, que está dividido en cuatro partes. De los usos y costumbres de una familia artesana del siglo XVIII, que es el grueso de la publicación, se pasa a la descripción de la grafía de quienes anotaron en el libro de caja del herrero Fernando Gil, a las causas de defunción de la familia analizada, a su indumentaria y su árbol genealógico. Términos, monedas, pesos, medidas o vestimenta completan la investigación editada, salpicada con fotografías antiguas de la vida del pueblo y de la familia protagonista.
«Fernando Gil, a través de las anotaciones hechas en su libro de caja, fue el creador de un proceso sociológico cuyo legado he intentado recoger y transmitir», resume Cristina Vega, cuyo libro es un viaje a un tiempo que ya pasó, pero que ayuda a entender el presente.
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