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El papa Francisco, durante el acto de la cumbre contra la pederastia en la Iglesia, en la Sala Regia del Vaticano. EFE

El Papa culmina la cumbre antipederastia sobre abusos con un discurso que irrita a las víctimas

La campaña de 'tolerancia cero' presentada por el Vaticano ha acabado convirtiéndose con este encuentro en una campaña «de 'credibilidad cero'», lamenta uno de los supervivientes

Dario Menor

Corresponsal en Roma (Italia)

Domingo, 24 de febrero 2019, 11:22

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La conferencia sobre pederastia eclesial celebrada en el Vaticano en los últimos cuatro días, una cita inédita en la Iglesia católica que había generado enormes expectativas, concluyó este domingo con una declaración descafeinada del Papa que provocó indignación en las asociaciones de víctimas de sacerdotes y religiosos abusadores. Esperaban una retahíla de medidas concretas, pero se encontraron con una declaración de intenciones que recuerda que la mayor parte de los abusos se dan en las familias y enmarca este problema en un contexto social más amplio. Francisco les presentó a las Iglesias locales ocho directrices a seguir partiendo de pautas «ya en vigor a nivel internacional y a nivel eclesial». Entre ellas destaca el compromiso de llevar ante la Justicia «a cualquiera que haya cometido tales crímenes». No es algo nuevo, pues ya lo planteó el pasado diciembre durante su discurso a los miembros de la Curia romana. Queda ahora en manos de los presidentes de los episcopados, patriarcas de las Iglesias orientales y superiores de las congregaciones religiosas que esas normas se cumplan y la comunidad católica ponga fin a décadas de encubrimiento y negación del problema.

En su mensaje al final de la misa celebrada en la Sala Regia del Palacio Apostólico con la que se clausuró la cumbre, Francisco echó mano de las estadísticas para recordar que el ejemplo más habitual de esta lacra tiene como protagonista a una niña que sufre abusos por parte de un varón que es familiar suyo directo. Luego centró el foco en la pederastia eclesial. «La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética», reconoció. El pontífice pidió a los 190 presidentes de episcopados y miembros de la alta jerarquía eclesiástica que participaron en el simposio que afronten con «mayor seriedad» el problema, recordándoles el «deber de escuchar atentamente el sofocado grito» de las víctimas. Insistió Bergoglio en que la «misión» de la Iglesia es proteger a los niños de los «lobos voraces». Su objetivo debe ser «escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren» por encima de cualquier «polémica ideológica o periodística».

Las asociaciones de supervivientes de sacerdotes y religiosos pederastas, que han planteado una suerte de 'cumbre paralela' estos días en Roma con continuas protestas, se tomaron como un insulto la alocución de Bergoglio. «El Papa ha dado un guantazo a las víctimas», lamentó el español Miguel Hurtado, fundador de la asociación Infancia Robada. «Se ha pasado la mitad del discurso hablando de abusos fuera de la Iglesia, pero las decenas de víctimas que hemos venido a Roma esta semana, hemos sido abusados dentro de la Iglesia por sacerdotes católicos, por monjes católicos, por maestros católicos». Hurtado consideró «muy genéricos» los ocho puntos detallados por el Pontífice para atajar esta cuestión y criticó algunas ausencias del discurso, como la expulsión de los obispos encubridores, la necesaria indemnización económica a las víctimas o la obligación de entregar los archivos sobre abusos a las autoridades. El pasado sábado el cardenal alemán Reinhard Marx reconoció la destrucción por parte de la Iglesia de algunos archivos relativos a casos de pederastia.

Francesco Zanardi, fundador de la asociación de supervivientes italiana Rete L'Abuso, se mostró igual de desilusionado por el resultado de la cumbre. «Esperábamos mucho más», dijo, lamentando la falta de procedimientos concretos. «La Iglesia se está aún interrogando por el problema, ¿pero cómo puede ser después de tantos años? Lasocho medidas son frases hechas. Ya se sabe que hay que proteger a los niños». Zanardi consideró que «la campaña de 'tolerancia cero' frente a los abusos presentada por el Vaticano ha acabado convirtiéndose con este encuentro en una campaña de 'credibilidad cero'» para la institución. «El discurso final del Papa no vale para nada», sentenció.

Un vademécum sobre abusos para obispos

Aunque la mayoría de los 190 participantes en la cumbre sobre pederastia están ya de vuelta en sus respectivos países, en el Vaticano el trabajo continúa para tratar de hacer frente a este problema. Los miembros del comité organizador del simposio seguirán reunidos varios días más en Roma en los que analizarán las propuestas planteadas por los grupos de trabajo y los nueve ponentes. Las mejores charlas fueron sido sin duda las de las mujeres, como reconoció uno de los propios organizadores, el cardenal indio Oswald Gracias. El moderador de la cumbre, el jesuita Federico Lombardi, adelantó tres medidas concretas en las que trabajarán los promotores de la reunión y que, según dijo, serán aprobadas en breve.

La primera es la aprobación de un motu proprio sobre protección de menores dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, que paradójicamente no cuenta todavía con una legislación específica al respecto. También se publicará un vademécum en formato de preguntas con respuesta para explicar de forma clara a los obispos cómo deben actuar cuando surja un posible caso de abuso. «Será extremamente útil, algo sencillo, breve y preciso desde el punto de vista jurídico y pastoral», dijo Lombardi. La tercera medida será la creación de grupos de trabajo formados por expertos en la materia para que asesoren a los episcopados o diócesis con menores recursos o personal capacitado. «Hay Iglesias locales con pocos medios a las que se les brindará una iniciativa concreta de solidaridad y ayuda. Ahora hay que darle forma».

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