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Foto que tomó la madre en el vagón para que su hija lo identificara SUR

Así cazó al sospechoso de abusar de su hija de 17 años en un tren de Málaga: «Se me pasó de todo por la cabeza»

La madre se lamenta de que el individuo haya quedado en libertad sin orden de alejamiento: «Vivo con la angustia de que se lo encuentre en cualquier momento»

Juan Cano

Málaga

Martes, 23 de septiembre 2025, 10:14

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Sólo tenía una descripción física, pero de unos rasgos muy característicos. Cuando se topó en el tren con un hombre que encajaba con el perfil, el corazón se le aceleró. «Se me pasó de todo por la cabeza», reconoce Manuela (nombre ficticio). Aun así, demostró la sangre fría necesaria para sacar el móvil con discreción y hacerle una foto al sospechoso.

A continuación, buscó en los chats de WhatsApp y envió la imagen. «¿Es él?», le preguntó. «Sí, mamá», respondió ella. Manuela tenía ante sí al presunto agresor sexual de su hija de 17 años en el cercanías que une Málaga con la comarca del Guadalhorce, donde reside la familia.

Ocurrió la mañana del 19 de agosto. La adolescente había cogido el tren en la capital para regresar a su domicilio. Minutos después de subirse, se le sentó al lado un hombre y trató de entablar conversación con ella. Empezó a hacerle preguntas aparentemente banales: dónde iba, en qué zona había cogido el cercanías... Ella respondió por no ser descortés. Luego se recostó y dio una cabezada.

La menor, al relatar lo sucedido a su madre, cree que se durmió -más o menos- al paso del tren por la estación de Cártama. Tardó, calculan, ocho o diez minutos en despertarse. Cuando lo hizo, el hombre la tenía «abrazada» y le estaba realizando tocamientos, siempre según la versión de la denunciante.

La adolescente -explica la madre- se quedó en 'shock' y no supo cómo reaccionar. Se levantó y se alejó de él hasta llegar a una puerta del cercanías. Entonces, el hombre la siguió y le entregó un papel con un número de teléfono para que lo llamara si quería volver a verlo. También le dijo, según la menor, que era muy guapa y que quería pasar una noche con ella. Manuela aún no entiende cómo los pasajeros no hicieron nada al ver la escena, teniendo en cuenta la evidente diferencia de edad.

La adolescente no lo contó al llegar a casa, pero su madre lo intuyó. «Su cara reflejaba que algo había pasado. Le pregunté varias veces y al final me lo dijo. Se puso muy alterada, llorando y golpeándose porque se culpaba por no haber reaccionado de otra manera. Traté de calmarla, pero por dentro estaba muy preocupada ante la posibilidad de que le hubiera hecho algo peor».

La mujer acudió con su hija a un cuartel de la Guardia Civil en el Valle del Guadalhorce para presentar una denuncia por agresión sexual. Aportaron el papelito con el número de teléfono, al que Manuela llamó: «Me salió apagado, aunque había un par de números medio borrados y no estoy segura de si lo marqué bien. Ni siquiera sé si realmente era el suyo».

Mientras la Guardia Civil tramitaba la denuncia, Manuela puso sus cinco sentidos en localizar al hombre. Es usuaria habitual del cercanías por motivos laborales, así que en cada trayecto recorría los vagones con la esperanza de encontrarlo. Tenía una pista, un rasgo muy característico del físico del sospechoso: es albino, una afección genética hereditaria que provoca una ausencia o reducción de la melanina, el pigmento que da color al cabello, la piel y los ojos.

La mujer lo buscó diariamente, hasta que el día 23 de agosto se encontró en un vagón con un hombre que encajaba con la descripción. Con disimulo, tomó una foto y se la mandó a su hija, que le confirmó que era él. Llamó inmediatamente a la Guardia Civil. Una patrulla lo esperó en la estación de Álora, pero no pudo localizarlo porque seguramente bajó en otra parada. «No sé qué pasó, pero ese día no lo detuvieron».

Manuela siguió buscándolo cada día entre los pasajeros. El 25 de agosto, mientras buscaba asiento, volvió a encontrárselo. Como había hecho anteriormente, llamó a la Guardia Civil. Esta vez sí lograron arrestarlo dentro del tren. Y su hija, dice, respiró un poco más aliviada. «Bromea con que soy su heroína», cuenta.

El arrestado, de origen magrebí, pasó a disposición judicial y quedó en libertad, según cuenta 'Diario Sur'. «No le pusieron orden de alejamiento y el juicio es en primavera», expresa la madre, que se queja de la inseguridad que le genera que sus hijas vuelvan a cruzarse con él dentro del tren. «Vivo con la angustia de que en cualquier momento se lo encuentren», concluye.

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