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Al llegar a este enclave en una época en la que el terreno aún está verde encima de los tejados y de las pequeñas puertas de madera, no se puede evitar hacer comparaciones con las pequeñas casas irlandesas de los leprechauns o, los más cinéfilos, con Hobbiton, la comarca de los hobbits de 'El señor de los anillos'. Este paraje es el barrio de bodegas de San Pedro, en el municipio vallisoletano de Mucientes, por el que paseamos con Gloria Martín Martín, técnico de turismo del Ayuntamiento, mientras relata sus peculiaridades y las de San Antón, el otro barrio de bodegas de la villa.
El barrio de San Pedro está documentado desde 1528. Aunque las primeras bodegas estaban debajo de las casas, en la época en la que Valladolid fue capital de España (1601 a 1606) empieza a haber una mayor producción de vino para lo que se necesita un espacio más amplio y por practicidad las bodegas se empiezan a construir fuera de la localidad agrupandose en barrios.
Los que seguís las cuentas de El Norte en redes sociales estás eran algunas de las pistas que se compartieron para ver si los seguidores adivinaban esta ubicación. Algunos acertaron, muchos se quedaron cerca, en Cigales o Fuensaldaña y otros no atinaron ni siquiera en la provincia. En Mucientes tienen unas 200 bodegas, Gloria, asegura que no llegan, pero que teniendo en cuenta que es un pueblo que nunca ha pasado de 1.400 vecinos y que hay familias con 10 y 12 hijos, se entiende que hay mínimo una bodega por familia.
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En estas bodegas se hace todo el proceso de vinificación. Es una peculiaridad de la zona, no solo se guarda y se conserva el vino, sino que además se elabora. Esto hace que el lagar esté bajo tierra. Además, prácticamente todas las bodegas tienen lagar subterráneo propio, algo que no es común en otras localidades de la provincia, como en Nava del Rey que el lagar suele estar en superficie y las bodegas se usaban solo para almacenar el vino.
En el caso de Mucientes, no hay elevación cercana a la población, como sucede en otras zonas como Peñafiel. Para la construcción de estos lugares buscan zonas con desnivel y excavan la bodega por los respiraderos (llamados cerceras) la puerta y el echadero. La tierra que sacan se va acumulando en la parte de arriba y así le dan forma a los montículos que vemos en el paseo.
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En la actualidad, en alguna de estas bodegas todavía elaboran clarete, que es el vino tradicional, incluso usando el sistema tradicional con la viga, pero son muy pocas ya, seis o siete familias, según cuenta Gloria Martín. Otras familias lo tienen como merendero y hay incluso un restaurante.
Además de dar un paseo por los barrios de San Pedro y San Antón, si se quiere conocer cómo son estas bodegas por dentro y los aperos que se utilizaban, se puede visitar la Bodega Aula de Interpretación de Mucientes, que pertenece al Ayuntamiento y cuenta con elementos que han sido sustituidos por nuevos desarrollos tecnológicos.
¿Has probado alguna vez el vino rancio? ¿De qué lugares de la provincia de Valladolid es típico? ¿Sabes cómo se elaboraba antiguamente y cuál era su valor?
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