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Reyes Muelas, sumiller y bodeguera de la bodega Muelas de Tordesillas contando la historia de su familia. Rodrigo Ucero

La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid

La historia de la familia Muelas de Tordesillas está ligada a su bodega en el centro de la villa, en la que guardan en barricas parte de su legado

Lunes, 20 de enero 2025, 07:10

Velay es una expresión tan castellana y antigua como la bodega en la que se elabora el vermut que ha adoptado su nombre. Esta palabra, que suele usarse para asegurar lo que se dice, con cierta resignación, da nombre al primer vermut de la provincia de Valladolid. «Velay es algo muy de Tordesillas y nosotros nos sentimos muy de aquí. Desde el viñedo hasta la elaboración en nuestra bodega en el casco histórico. Velay es un guiño a nuestra provincia, es un dicho muy tradicional. Velahí, velo ahí», explica Reyes Muelas, sumiller y bodeguera de la bodega Muelas de Tordesillas.

Un vermut de vino tinto, elaborado con uvas tempranillo de sus propias parcelas a las afueras de la Villa del Tratado. Un producto muy aromático y un homenaje a Quintín Muelas, el padre de Helena, enóloga y viticultora de la bodega y de Reyes, que se encarga de la parte más creativa y comercial: «Siempre quiso hacer vermú a este lado del Duero y además con tempranillo».

El primer vermut de Valladolid

El origen de este vermut se remonta a 2013, cuando empezaron las pruebas. Aseguran que la complicación está en elegir los ingredientes, puesto que realmente esta bebida es un vino aromatizado. En la Bodega Muelas crearon su receta buscando hierbas aromáticas, flores, y especias. «De los 25 ingredientes que utilizamos, os cuento sólo algunos, por ejemplo, corteza de naranja amarga, flor de saúco y ajenjo, que es la base principal del vermut. Un toquecito de canela, un poquito de jengibre, que siempre le da bastante frescura, y un largo etcétera».

Vermut Velay de la bodega Muelas. Rodrigo Ucero

Este vermut tiene una amplia gama aromática que nos va a derivar desde frutos rojos, frutos negros, incluso un poco al regaliz y a ciertas especias. En la bodega aseguran que es «un vermut muy gastronómico que da pie incluso a una comida con asados».

Un legado entero en una botella de vino

La bodega se encuentra en el casco histórico de Tordesillas donde crean Velay y todos los vinos de Muelas. Su seña de identidad desde hace seis generaciones es la elaboración de 'Osluga. Precioso', un vino de licor que empezó a hacer el tatarabuelo de Helena y Reyes. Se trata de un vino añejo que se tarda en conseguir al menos veinte años y que se extrae en Semana Santa, donde catan cada barril y extraen una pequeña cantidad. De este vino solo elaboran unas 70 botellas. Una de las curiosidades, es que su nombre 'Precioso' no viene por la belleza de su botella, que bien podría, sino por ser, en su día, el vino de mayor precio.

Vino 'Osluga. Precioso' de la Bodega Muelas de Tordesillas. Bodega Muelas

La siguiente generación, la de sus abuelos, siguió con los verdejos jóvenes. La de sus padres, junto con sus abuelos, fueron incorporando las crianzas tintas. Y la de ellas, además de dedicarse a conservar todo el legado que les han dejado, están aportando por incorporar su inquietudes a las demandas del mercado. »Envejecemos en barricas bastante atípicas, como es el Quercus pyrenaica; hacemos crianzas en roble español y vinificaciones integrales, algo también atípico, en cuanto a blancos». Asimismo están renovando los diseños de las etiquetas, la experiencia enoturística e incluso tienen joyería inspirada en la zona y el vino.

13 metros de historia subterránea

El enoturismo es una forma de dar a conocer todo el trabajo de la bodega. «Nos encanta poder contarles con cercanía lo que es este mundo y la próxima vez que descorchen una botella en casa, quizás se hagan más una idea de todo ese proceso que hay detrás», comenta Reyes.

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Aunque el origen de esta bodega es desconocido, lo que sí puede confirmar es que «en el siglo XIV, las bodegas de Tordesillas ya estaban produciendo vino». Además, se intuye que su creación original fue para fines defensivos de la ciudad, porque todo lo que es el subsuelo de Tordesillas está conectando la villa de punta a punta. Posteriormente, pasaría a usarse para conservar el alimento, la cosecha de vino o el cereal.

Esta bodega tiene «13 metros de profundidad, más los pozos, que bajan más». Tres plantas subterráneas, ahora a pleno rendimiento para elaborar vino. «No solo para criar en barrica y en botella, también para fermentar. Los blancos envejecidos, hacen todo su proceso aquí abajo, en la bodega subterránea y esto le transfiere un perfil completamente diferente».

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