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Henry, gay nigeriano que puede ser expulsado a su país, donde la homosexualidad se castiga con pena de muerte, junto a su pareja, Carlos Mateo
«El único delito que tengo en mi vida es ser gay»

«El único delito que tengo en mi vida es ser gay»

El nigeriano Henry, que vive en Alcántara (Extremadura) desde hace tres años con su pareja, clama por regularizar su estancia en España

Celestino J. Vinagre

Viernes, 17 de julio 2015, 16:23

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A Henry, homosexual nigeriano que vive en España desde 2007 y desde 2012 en el municipio cacereño de Alcántara junto a su pareja, el miedo le ha marcado desde que nació. Primero en su país, donde ser gay puede conllevar la pena de muerte o la cárcel. Y ahora en España, porque sobre su persona sobrevuela una orden de expulsión que significaría volver a Nigeria. La movilización de la Fundación Triángulo y la colaboración de autoridades españolas han paralizado esa deportación cuando Herny estaba a punto de ser 'devuelto' a su país. Pero es un respiro temporal. Tiene seis meses para tener todos los papeles para poder vivir normalmente en España aunque debe superar un enrevesado proceso burocrático.

"Temo por mi vida y por la de mi familia. Lo único que quiero es ser feliz en España. Ojalá que la ley no me niegue esa posibilidad", ha clamado entre sollozos esta mañana en Mérida, donde, junto a representantes de la Fundación Triángulo, ha comparecido para hablar de su caso, sí, pero también el de "otros Henry porque hay muchos en otros sitios de África, donde se mata por ser gay. La humanidad debe estar por encima de una ley muy fuerte, la de extranjería", ha agregado su pareja, Carlos Mateo Gutiérrez.

Henry está arraigado en nuestro país, se quiere casar con Carlos y, además, tiene una oferta laboral (es licenciado en Económicas y actor, además de traductor de inglés) pero legalmente no está regularizado. Mientras inició su enésimo proceso para ello, se cruzó en el camino una orden de expulsión del Gobierno español precisamente por no tener los papeles. Ahora, la movilización social ha frenado de momento esa disposición. Tiene de plazo hasta final de año.

"No puedo regresar a Nigeria. Allí viví con mucho miedo y con mentiras porque no se puede ser gay. Por eso vine a España. En busca de la felicidad y de la libertad", ha agregado. "El único delito en mi vida es ser gay", ha finalizado para recordar la situación que viven otros homosexuales en su país y en otros territorios del mundo donde la homofobia es legal y, además, está asentada socialmente. "He conocido amigos gay que han muerto sin que nadie de su familia supieran de su condición. Y he visto a personas quemadas por eso. Así no se puede vivir en un país".

Henry habla maravillas de Alcántara (1.500 vecinos), donde si siente un alcantarino más. "Tengo una familia biológica en Nigeria y otra aquí. Todo el mundo me trata muy bien. Me siento querido. Me han arropado y apoyado desde el inicio", ha comentado agradecido. "Para que luego digan de los pueblos de Extremadura", ha agregado Silvia Tostado, vicepresidenta de la Fundación Triángulo. "Estamos agradecidos por la respuesta de la Delegación del Gobierno en Extremadura, la subdelegada de Cáceres y la delegada del Gobierno en Madrid, además de la propia Junta de Extremadura. Pero no estamos tranquilos porque la orden de expulsión no se ha descartado sino que está paralizada. Hay que darle una solución definitiva y se puede lograr porque Henry tiene todos los requisitos administrativos para ello". La Fundación Triángulo exige también cambios en las leyes de asilo y migración de nuestro país.

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