El Cristo de la Buena Muerte procesiona hasta los Carmelitas Descalzos
El sonido de tambores y carracas acompaña la procesión austera e íntima del Sábado de Pasión por las calles de Segovia
Tras las primeras procesiones durante el Viernes de Dolores, ayer fue el turno del Cristo de la Buena Muerte, una procesión austera e intimista que se inicia en el convento de San José y que concluye en el convento de los Carmelitas Descalzos. Del siglo XVII y de autor anónimo, la talla descansa durante el resto del año en la capilla del cementerio de Segovia y es portada a hombros durante la procesión, con el acompañamiento de tambores y carraca.
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La austera procesión del Sábado de Pasión es tradicionalmente la primera salida general organizada por la Junta de Cofradías. En ella el Cristo de la Buena Muerte llegó desde el casco antiguo al convento de los Padres Carmelitas en el barrio de San Marcos, acompañado con el sonido de tambores y carracas y con un recuerdo al Papa Benedicto XVI. El cortejo transitó, pese a algunas gotas de lluvia, por el barrio de las Canonjías y salió de la ciudad amurallada por el arco de Santiago camino del valle del Eresma, con paradas en las que se leyeron distintos textos.