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La Zona de Bajas Emisiones empezará a aplicar sanciones desde el 1 de octubreSerá un proceso de asimilación progresivo, flexible e indoloro, pero con fecha límite: el Ayuntamiento entiende que el día 1 de octubre de 2025, después ... de nueve meses completos de aprendizaje y preparación, todo el mundo en Segovia tiene que estar preparado para saber lo que es una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y conocer las medidas que rigen en su interior.
En realidad, el casco antiguo de Segovia es ZBE desde el primero de enero, pero el Ayuntamiento ha querido dejar un tiempo razonable para que la población comprenda, aprenda y asimile los cambios que se le vienen encima, que pasan por una restricción más o menos severa del tráfico en el área elegida. En este sentido, la Concejalía de Movilidad ha establecido cuatro fases para la plena implantación de la ZBE. La primera, que concluirá el 31 de marzo, prevé la configuración y ajuste del sistema de gestión, es decir, de las cámaras y los paneles de control del tráfico que ya están instalados tanto en el recinto amurallado como en el resto de la ciudad, así como de la aplicación móvil (app) que regirá en la gestión del área sin emisiones. «A falta de remates, está todo instalado y todavía tenemos unas semanas por delante para comprobar que todo funciona bien», explica el concejal de Movilidad, José Luis Horcajo.
La segunda fase estará vigente del 1 de abril al 30 de junio. El Ayuntamiento quiere dedicarla a dar de alta en el sistema a todos los vehículos que estarán exentos de las restricciones previstas: coches de residentes, vehículos del transporte público, servicios de urgencias, gestión de invitados... ¿Cómo lo hará? Mayormente de oficio, en palabras de Horcajo. «En la mayoría de los casos, el Ayuntamiento actuará de oficio, con arreglo al censo de vehículos que hay. Siempre habrá excepciones de personas que tendrán que darse de alta ellas mismas en el sistema porque hayan cambiado recientemente de coche o por alguna otra situación especial. Precisamente, por eso hemos establecido unos plazos prolongados, para que a todo el mundo le dé tiempo de regularizar su situación», añade el edil.
La tercera fase estará comprendida del 1 de julio al 30 de septiembre. El Ayuntamiento aprovechará los dos meses de verano para advertir a los ciudadanos de lo que es o no infracción. No habrá multas, pero sí advertencias. Las multas llegarán con la cuarta fase, a partir del 1 de octubre. «La tercera será una etapa para acomodar, ajustar o corregir situaciones, una prueba real pero sin multas. Desde el 1 de octubre en adelante, la Zona de Bajas Emisiones quedará implantada definitivamente, aunque no es del todo correcto decir esto porque en realidad lleva implantada desde el 1 de enero. Lo que entrará en vigor el primer día de octubre es el procedimiento sancionador». Ahí acabarán las contemplaciones. Si un vehículo se salta la ordenanza porque su matrícula no figura en la relación de exentos, el sistema, automático, será implacable, y el infractor no tardará en recibir en su domicilio la notificación con la correspondiente sanción.
En cualquier caso, puntualiza Horcajo, es un aprendizaje de todos. Y, en este sentido, el Ayuntamiento de Segovia desplegará previamente y de manera transversal una «ambiciosa» campaña de información para que nadie pueda decir que nadie le ha dicho nada cuando llegue el momento. Los concejales ya han mantenido reuniones con alguna asociación, pero la acción pedagógica empezará los próximos días, en paralelo con la campaña de difusión prevista. «Lo primero que queremos transmitir es que la ciudadanía esté tranquila porque hay tiempo para conocer los pormenores de la ordenanza. Estamos convencidos de que a nadie le va a pillar por sorpresa. Evidentemente, llegará el momento de las sanciones, pero no será de la noche a la mañana», dice José Luis Horcajo.
El equipo de gobierno recuerda, además, que la ordenanza aprobada por el pleno municipal es poco agresiva en comparación con la elaborada por otros municipios, mucho más restrictiva que la de Segovia. «En otros lugares rige ya una ordenanza más rígida. Segovia es una ciudad sin problemas de contaminación importantes, quizá más en la vertiente acústica, pero en ningún caso exagerados. La Zona de Bajas Emisiones prevista es la más adecuada para la realidad de la ciudad».
No obstante, la circunscripción de esta área a un espacio de 372.890 metros cuadrados delimitado por la muralla no es casualidad. Las mediciones realizadas hace algo más de un año en la Plaza Mayor detectaron niveles de gases contaminantes, entre ellos el ozono, que sextuplican las concentraciones máximas marcadas como objetivo para el año 2030. Según el estudio que sirvió de base para elaborar la ordenanza reguladora de la ZBE, alrededor de 13.000 personas están expuestas a esta contaminación tan solo en el recinto amurallado. Urge, pues, mejorar la calidad del aire y la calidad acústica en Segovia. Proteger la salud pública es uno de los principales retos, pues la contaminación ambiental urbana es causa de mortalidad y morbilidad.
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Tras conocer que el régimen sancionador no entrará en vigor hasta el 1 de octubre, el grupo municipal del PSOE ha acusado al alcalde, José Mazarías, de estar más preocupado de los «saraos» que de «resolver y gobernar». Según el concejal socialista Miguel Merino, el regidor empezó diciendo que no tenía muy claro cuándo empezaba la ZBE, «y hoy nos levantamos con la noticia de que no va a entrar en vigor hasta el mes de octubre. ¿Qué credibilidad puede tener este equipo de gobierno?».
El control de acceso a la ZBE se realizará mediante un sistema automático y una plataforma tecnológica que comprobará si el vehículo puede acceder o no, sin que sea necesario captar la imagen de los ocupantes y sin perjuicio de las facultades que la Policía Local tenga asignadas en el control, la vigilancia y la sanción de las infracciones. El Ayuntamiento de Segovia ya ha desplegado cámaras en los accesos del casco antiguo y habilitado dispositivos de lectura de matrículas con captación de imágenes en otras localizaciones de interés. Hay cámaras, por ejemplo, en la plaza Conde Cheste, en la calle Doctor Velasco (frente al Hospital de la Misericordia) o en la plaza del Socorro. Igualmente, el Ayuntamiento ha repartido por toda la ciudad (no solo en la ZBE) un sistema de monitorización y seguimiento con el fin de evaluar la eficacia de las medidas y su efecto en la mejora de la calidad del aire, la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la contaminación acústica.
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