
El cierre de su frutería no significó el fin de su jornada laboral. Cuando Roberto Tejedor bajó la persiana en su tienda El Rincón de ... la Fruta por el apagón, rápidamente se puso rumbo hacia Mercamadrid. Sin embargo, «hasta las 2:30 horas de la madrugada no pudimos entrar a cargar », subraya. Es por eso que al amanecer de este martes aseguraba que la vuelta a la normalidad por el regreso de la luz le había llegado aún «sin dormir».
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La jornada en la frutería situada en la calle José Zorrilla, en Segovia capital, había sido compleja. «Me recordó mucho a la pandemia». La gente no paraba de llegar pero la falta de electricidad imposibilitó atender la demanda. Aun así y pese a la incertidumbre, Tejedor cumplió con la rutina y viajó por la tarde al mercado mayorista en Madrid.
Su estimación era volver antes de la medianoche, pero el viaje se prolongó durante varias horas. Se fue totalmente a oscuras y regresó con un escenario muy diferente. A las 5:00 de la madrugada, las calles de Segovia permanecían vacías, pero observó que todos los escaparates —incluido el suyo— estaban encendidos. «Fue algo muy curioso, es una imagen que sorprendente», declara.
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