La Segoviana siempre jugó 'play-off' el año después de descender
Las tres veces que el club perdió la categoría desde Segunda B a Tercera, en 2000, 2012 y 2018, repuntó al siguiente curso
La Gimnástica Segoviana explorará a partir de este domingo cómo es la nueva vida en Segunda Federación, dónde está el suelo después de su cuarto ... descenso en el último cuarto de siglo. Frente a la previsibilidad de la antigua Tercera División de Castilla y León –mismos campos, mismos rivales, siempre en la zona alta–, los azulgranas solo se medirán a seis equipos con los que han chocado desde que salieran de esa categoría para no volver en 2021. Los precedentes apuntan a que el club supo sostener la caída al año siguiente del tropezón, pues las tres veces que se despidió de Segunda B jugó a las primeras de cambio fase de ascenso para regresar. También señalan que la misión es compleja, pues hicieron falta seis años de promedio para recuperar el estatus perdido. Un barbecho que, eso sí, se ha ido reduciendo desde los 11 años del primer bache a los tres del último. Hay motivos para ser optimista y pesimista, que cada cual elija su traje.
Todas las incursiones de la Segoviana en la categoría de bronce del fútbol español duraron una sola temporada. La primera, en la temporada 1999-2000, devolvió a los azulgranas al grupo VIII de Tercera, un regreso que salvaron con un cuarto puesto en la campaña siguiente: 67 puntos, producto de 20 victorias, siete empates y 11 derrotas, a siete puntos de Palencia, campeón. Valió para disputar una fase de ascenso en formato liguilla en la que quedaron terceros con siete puntos, lejos del Real Oviedo B, que se hizo con la única plaza de ascenso en un grupo con Rayo Majadahonda y Ponte Ourense. Todavía quedaría un año con ese formato, que tampoco sonrió a los gimnásticos, que vieron ascender al Ribadesella tras ser segundos en su liga castellana. Hicieron falta 11 años y ocho fases de ascenso para volver a levantar la cabeza, un vía crucis que terminó en junio de 2011 con los tres goles de Anel en Logroño. Por el camino quedaron temporadas regulares extraordinarias como los 97 puntos de la 2005-06 que valieron el campeonato de Tercera, por delante del Mirandés, pero chafado por el Lugo.
De nuevo, el premio duró lo que un caramelo en la puerta de un colegio y la Segoviana regresó a Tercera en la temporada 2012-13. Santi Sedano sustituyó a Paco Maroto en el banquillo para una campaña regular salvada con el cuarto y último puesto que daba derecho a pelear por el ascenso. Fueron 75 puntos, producto de 24 victorias, tres empates y 11 derrotas, lejos del Burgos (90) y no tanto del CD La Granja, la mejor clasificación de una entidad que pasó a mejor vida. Un periplo que solo duró otras dos semanas, los dos partidos con el Atlético Granadilla, su verdugo en la primera ronda. Aquella travesía en el desierto fue más breve: hicieron falta cinco temporadas y cuatro 'play off' para regresar. Se perdió una final –la de 2015 en Algeciras– y fue la primera vez que el club ascendía en la eliminatoria directa de campeones tras imponerse al Atlético Malagueño.
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A la tercera no estuvo lejos de ir la vencida. Fue la única vez que la Segoviana llegó con opciones matemáticas de salvación a la última jornada; eso sí, necesitaba una carambola que no se produjo. Manu González sucedió en el banquillo a Abraham García y el equipo, con muchas caras nuevas, fue segundo en la campaña regular con 87 puntos (26 victorias, nueve empates y tres derrotas), a tres del Zamora. Superó al modesto Churra, murciano, en la primera eliminatoria para caer en La Albuera ante el Villarrobledo a la siguiente. Hicieron falta tres temporadas y una reconfiguración del fútbol nacional para ascender y mantenerse en la cuarta categoría. Ocurrió tras una final perdida ante el Zamora en lo peor de la pandemia y un formato con tres ascensos directos de Castilla y León, una liga que dominó de principio a fin con una secuencia de 16 victorias consecutivas. No hizo falta ningún descenso para el siguiente ascenso: tres temporadas en Segunda RFEF, un 'play-out' para salvar la categoría in extremis ante el Cerdanyola, un 'play off' fallido ante el Recreativo de Huelva en la prórroga y promoción por vía directa como campeona de grupo en mayo de 2024. El día que todos los gimnásticos quieren revivir, ahora con Iñaki Bea en el banco. La pregunta es cuántas espinas hay en el camino.
Los azulgrana inician la temporada más incierta de su historia reciente
Los más de 1.600 abonados de la Gimnástica Segoviana afrontan a partir de la visita el domingo de la UD Sámano a La Albuera la temporada más incierta en muchos años. Cuando uno caía a Tercera División sabía más o menos a qué atenerse, pero este curso el nivel del grupo I de Segunda RFEF es una incertidumbre. Los próximos meses determinarán el nivel de los recién ascendidos, que representan un tercio de los oponentes, y cómo han evolucionado otros clubes a los que los azulgranas se enfrentaron en sus tres campañas anteriores en la cuarta categoría del fútbol español.Los de Iñaki Bea inician ante un recién ascendido, como la Sarriana, el Lealtad de Villaviciosa, el Rayo Cantabria, el Burgos Promesas, la UD Ourense o el Atlético Astorga, uno de esos viejos conocidos de Tercera, con sus jugadores repartiendo dulces artesanos como cortesía. No será el único vecino castellano en un grupo con el Valladolid Promesas o el Salamanca UDS. Se reeditará el clásico de Castilla contra el Real Ávila y volverá el Numancia, el único club que parte con la obligación de ganar el grupo y llevarse la plaza de ascenso directo, la que se le escapó en la última jornada ante los azulgranas en 2024. Otra incógnita es qué nivel tienen equipos como Bergantiños, Coruxo, Langreo o Marino de Luanco, rivales en la primera temporada de vida de la Segunda RFEF, la 2021-22. Fue la más complicada de un club que tuvo mejores resultados cuando le tocó mirar hacia el sur.
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