Segovia solo cuenta con 112 párrocos en activo y tienen 70 años de media
El obispo César Franco abre la puerta a una agrupación de parroquias en la provincia en la que los curas segovianos tengan el mayor peso
El problema ni es nuevo ni es exclusivo de Segovia. En plena España vaciada, la Iglesia también sufre los efectos de la despoblación, agravada en su caso por la falta de vocación. El obispo de la diócesis, César Franco, no oculta el problema y señala posibles medidas a adoptar en el futuro para tratar de minimizar los inconvenientes que supone contar con cada vez menos sacerdotes en una población como la segoviana muy dispersa. Pero la solución definitiva, señala el prelado, no pasa por decretos o reestructuraciones de la diócesis, sino con atajar el problema de raíz. «Se gobierna con testimonio, con desarrollo de actividades evangelizadoras e invitando a la gente a conocer la vida de la Iglesia», afirma el obispo.
Recuperado de la enfermedad que le mantuvo en un hospital de Madrid durante cuatro meses, el obispo de Segovia resalta que el mayor problema de la diócesis es la falta de vocación. En la actualidad, la provincia cuenta con 112 párrocos en activo más la ayuda de los jubilados «que hasta que no pueden están sirviendo». Se trata de la cifra más baja en años y las perspectivas no son halagüeñas al no salir las cuentas. «Hay más defunciones que nuevos sacerdotes», lamenta el obispo tras señalar los 70 años de edad media de los párrocos de la provincia. «Por eso invitamos a las familias a venir aquí a que conozcan el seminario menor», añade. En estos momentos, la diócesis cuenta con cuatro estudiantes en el seminario menor de Segovia y tres en el seminario de Salamanca.
La ausencia de nuevos sacerdotes es solventada en parte por la llegada de curas procedentes de África o de Latinoamérica, pero «eso no es la solución». Considera el máximo responsable de la diócesis segoviana que su juventud y su falta de experiencia hacen que baje el nivel, por lo que nuevas reordenaciones –como la realizada hace más de un año– no se descartan durante los próximos meses, sobre todo a partir del otoño de 2020. «En octubre tendremos una asamblea que estamos preparando con mucho empeño para estudiar este problema», indica.
«Un anónimo tan repugnante no se puede tolerar»
A punto de cumplirse un año de la denuncia que el propio obispo tuvo que presentar en la Comisaría de la Policía Nacional de Segovia por la difusión de unos correos electrónicos con graves acusaciones sobre miembros de la diócesis segoviana, César Franco indicó que se trata de un asunto que sigue bajo la actividad policial y judicial. «Conseguimos que se creara una comisión rogatoria para que se pudiera investigar», explicó el prelado, quien anunció que las investigaciones realizadas han permitido averiguar desde donde se enviaron los correos electrónicos. «No fue de Segovia. Fue desde la ciudad de Armenia, en Colombia», añadió. Por ello se avanzó en la creación de una comisión rogatoria que pudiera continuar con la investigación en el país sudamericano.
Identificados tanto el correo como la dirección IP desde la que se enviaron los correos, César Franco subrayó su «enorme interés» por establecer la verdad. «Un anónimo tan repugnante como aquel no se puede tolerar. Hay que llegar hasta las últimas consecuencias», insistió el prelado sobre una investigación en la que también participa la Interpol.
Además de una posible nueva reordenación de la diócesis, el obispo apuesta por reforzar la figura del arcipreste o vicarios foráneos. «Hicimos una primera reorganización hace un año para dar más estabilidad a la acción pastoral de manera que los sacerdotes que vienen de fuera no se consideren párrocos sino vicarios parroquiales de sacerdotes a los que se les da una mayor extensión, lo que llamamos vicarios foráneos o arciprestes», explica el prelado. No obstante, señala que también depende de la disponibilidad de los sacerdotes a los cambios «ya que todos están disponibles». Indica el obispo que intentan también que los sacerdotes más jóvenes estén en los núcleos de mayor población y puso el ejemplo de Sepúlveda, donde se ha nombrado a un arcipreste. «Son sacerdotes que necesitan alguien que le guíe. Son personas fundamentales porque tienen muchas atribuciones de gobierno, pero son muchos pueblos. En la zona de Sepúlveda solo hay dos sacerdotes de Segovia. El resto son venidos de fuera. A esos los consideramos vicarios parroquiales de esos dos sacerdotes que son quienes tienen plena jurisdicción», declara Franco como ejemplo de la fórmula que desea implantar en toda la diócesis. Además, se plantean también la opción de unir parroquias como ya ocurre en el recinto amurallado de Segovia o desde hace meses en El Carmen y San Frutos tras el fallecimiento de uno de sus párrocos.
«Preocupado»
César Franco también muestra su preocupación por la ausencia de un gobierno desde hace meses en España y por la posibilidad de que un partido como Podemos se siente en el Consejo de Ministros. «Es gravísimo», afirma el prelado sobre la postura de la formación de izquierdas de alcanzar una escuela «única y laica donde los derechos de los padres queden conculcados». Pero sus críticas y preocupaciones son extendidas al resto de formaciones políticas por la falta de diálogo entre las instituciones.
El obispo hizo repaso a lo sucedido en la diócesis a lo largo de 2019, año en el que se han producido cambios en Cáritas o en cargos como el ecónomo diocesano o el delegado de patrimonio de la diócesis. Celebró la llegada a la diócesis de la Fraternidad Reparadora del Sagrado Corazón a Escalona del Prado o de las Carmelitas Samaritanas al Santuario de la Fuencisla. Señaló también los convenios firmados para regularizar el uso de locales propiedad de la Iglesia en Valsaín, de las iglesias de Santiago y San Justo y Pastor en Sepúlveda o la futura firma de un acuerdo con el Movimiento Neocatecumenal para la cesión de la ermita de las Fuentes, en Carbonero el Mayor. Por último, agradeció a los segovianos su apoyo durante los meses en los que ha estado enfermo y que calificó fueron «un auténtico calvario».
