Estos son los sectores con más bajas laborales en Segovia
Las actividades administrativa, sanitaria y de servicios sociales son las que presentan mayor incidencia de ausencias por incapacidad temporal
El absentismo laboral se ha convertido en un escollo para la creación de empleo en Segovia. La ausencia al puesto de trabajo justificada por motivos ... médicos, como es la incapacidad temporal por enfermedad común o accidente, ha batido récords en la provincia. Si bien es cierto que es una circunstancia que afecta a todos los sectores de actividad, hay algunos de ellos en los que la probabilidad de registrar vacantes de forma habitual es más elevada. Los diferentes centros de salud repartidos por el conjunto del territorio tramitan un promedio de 1.500 bajas al mes referentes a afiliados segovianos a la Seguridad Social, lo que tiene un reflejo directo en el número de jornadas perdidas al cabo del año.
La tasa de ausencias al trabajo no ha dejado de crecer desde hace varios años, sobre todo a partir de 2014, etapa coincidente con la recuperación tras la crisis económica. Es una tendencia ascendente que experimentó cambios disruptivos -en un sentido negativo- durante la pandemia, pero que a día de hoy mantiene unos niveles muy altos que no se habían conocido con anterioridad.
Es un problema que reviste cierta «complejidad», según especifica un estudio socioeconómico denominado 'Evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad' y publicado estos días por la mutua Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) con datos de 2023. Esto se debe a que el absentismo es un fenómeno que supone un importante coste a los más de 66.000 contribuyentes que están amparados por el sistema público de empleo en la provincia, de los que alrededor de un 20% son trabajadores por cuenta propia.
El panorama que presenta Segovia es ligeramente similar al que se observa a escala nacional. Precisamente, España se coloca entre los primeros puestos de absentismo laboral en la clasificación de países de la Unión Europea al experimentar un repunte de las bajas médicas en la etapa más reciente. Sin embargo, hay algunas particularidades que diferencian a la provincia del resto de territorios. Por ejemplo, ostenta algunas de las cifras porcentuales más bajas en relación a las jornadas perdidas por ausencias al trabajo al cabo del año, del mismo modo que las vecinas Ávila, Soria, Salamanca, Palencia, Zamora o Madrid.
El valor registrado en Segovia no llega a alcanzar el umbral del 5% en el caso de los afiliados al Régimen General e incluso desciende del 4% si la comparativa se realiza con los trabajadores autónomos. En este sentido, la provincia sufre la pérdida de aproximadamente el 4,5% de las horas laborales previstas en el calendario al cabo del año debido a la acreditación de una incapacidad temporal por parte de los empleados. Esta situación impide al ciudadano el correcto desarrollo de su trabajo por un máximo de doce meses, lo que es prorrogable a otros seis.
Más bajas médicas
La incidencia mensual del absentismo de este tipo, que se calcula a partir del análisis del número de bajas médicas nuevas que se tramitan al mes por cada cien afiliados activos, se sitúa en 2,35 en la actualidad, de acuerdo con el último informe elaborado por la Junta de Castilla y León, que maneja datos de 2024. Es un dato que iguala la media regional, pues el mercado de trabajo de Segovia supera en ausencias al de Ávila, León, Salamanca, Soria y Zamora pero está en un nivel muy inferior al resto de las provincias.
La Consejería de Sanidad concreta que a lo largo del año pasado se tramitaron más de 18.700 bajas, lo que se traduce en un aumento del 5,5% respecto a 2023. Por ejemplo, solo la Diputación de Segovia contabilizó 353 gestiones de este tipo, entre partes de baja, confirmación y alta, según confirma la Secretaría General. Las mujeres protagonizaron más procesos, pues representan el 53% del total de justificantes de falta al trabajo que fueron emitidos en la provincia. Este índice, que mantiene una evolución positiva a pesar de que ya no se percibe el efecto del coronavirus, experimenta fluctuaciones dependiendo de la situación de cada sujeto.
La mayoría de las ausencias están asociadas a «los repetidores», que son trabajadores que encadenan varias bajas, en ocasiones de forma consecutiva
El estudio socioeconómico impulsado por Umivale Activa y el IVIE confirma que, según las estimaciones realizadas, hay empleados de iguales características en puestos similares cuyos resultados de absentismo son «sustancialmente distintos» según la rama de actividad a la que pertenezcan, el territorio en el que residan, el estado del ciclo que atraviese la economía y, sobre todo, la tasa de paro.
«Las diferencias por sectores en la probabilidad de que un trabajador tenga alguna baja al año son considerables», especifica el informe. Por ejemplo, son más frecuentes en aquellas ocupaciones menos cualificadas, donde el porcentaje de días en los que los afiliados activos se ausentan por incapacidad temporal también es más elevado. «Se reflejan aquí las diferencias en calidad de vida laboral», señala el informe.
Por sectores
Esta es la premisa general, pero no siempre se cumple. Hay puntuales excepciones, aunque todos los sectores han experimentado un incremento de la incidencia de absentismo especialmente en los últimos seis años, siendo la actividad administrativa y servicios auxiliares la que ha anotado un incremento más destacado. Las bajas en este gremio han supuesto una pérdida de hasta el 8% de las jornadas laborales, a pesar de situarse Segovia en un umbral mucho más bajo que otras provincias.
Los puestos sanitarios y de servicios sociales también han lidiado con multitud de ausencias que afectaron a un 7,7% de las jornadas, seguidos de las empresas de agua y saneamiento (6,7%), la industria extractiva (5,9%) y la manufacturera (5,8%). Estas dos últimas actividades cuentan con peores indicadores en la comparativa con otros territorios del país. Por su parte, el transporte, la hostelería, la Administración Pública y defensa, la construcción y el comercio completan los primeros puestos.
A la cola del ranking se sitúan las actividades profesionales e inmobiliarias, la educación o la rama energética, donde el indicador del absentismo queda por debajo del 3% de las jornadas perdidas. Justo por encima de este valor se encuentra el gremio de la información y las comunicaciones que, pese a tener un menor impacto en Segovia, arroja una de las peores evoluciones del país por el recuento de las ausencias a los centros laborales.
La prevalencia de las bajas, un concepto que se refiere a los partes de incapacidad temporal que siguen vigentes al final de cada mes, alcanzó una marca de récord a lo largo del año pasado, con más de 3,4 por cada cien cotizantes. Es el doble respecto a hace una década. La mayoría de los procedimientos que permanecen activos están asociados a «los repetidores», que son aquellos trabajadores que encadenan varios partes de ausencia, en ocasiones de forma consecutiva, y representan más de la mitad de las jornadas perdidas.
Principales diagnósticos
En el caso de Segovia, menos del 46% de las personas que han estado inmersas en algún proceso activo por incapacidad temporal en 2023 ya habían tenido con antelación otra baja en el mismo ejercicio. La prevalencia de bajas de larga duración es inferior a siete por cada mil trabajadores protegidos. Aun así, la acumulación de justificantes por incapacidad temporal provoca que el número de días perdidos haya aumentado, pues estas ausencias por enfermedad común o prolongada, así como por accidentes leves o graves, se han disparado a 43,3 días, una cifra que se sitúa hasta ocho puntos por debajo del promedio autonómico. Cada una de estas bajas le cuestan más de 52 euros por día a la Seguridad Social, de acuerdo con la estadística gubernamental.
Esto significa que el número medio de jornadas en las que cada afiliado está en situación de incapacidad temporal asciende a 12,1, cuando hace menos de diez años eran la mitad, según refleja el informe de la Consejería de Sanidad. La duración crece «conforme aumenta la edad» del trabajador afectado y, de hecho, el rango que apunta mayor incremento del indicador de absentismo es el que está más cercano a la jubilación (de 60 a 64 años).
La persistencia de las bajas médicas es un parámetro que también depende de la patología sufrida. Las enfermedades oncológicas, cardiovasculares o de salud mental -principalmente trastornos de ansiedad, reacciones a estrés grave o episodios depresivos- conllevan ausencias de entre 95 y cien días, mientras que las de hematología, endocrino, tocología y traumatología -desde luxaciones y esguinces de articulaciones hasta fracturas de pierna- rondan los 50 y 70 días.
No obstante, los grupos diagnósticos más frecuentes que llevan a un empleado a solicitar un justificante de falta al trabajo muchas veces nada tienen que ver con las citadas afecciones, ya que las más comunes se corresponden con el dolor de espalda, gastroenteritis, ansiedad, infecciones virales o resfriados.
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