Segovia
«Está claro que sembrar cereal no es rentable, ni con la mayor producción de la historia lo es»El desplome de precios de cotización en la provincia también afecta a la patata, lo que pone en riesgo la pervivencia del regadío
Ha sido un año de récord en el campo. El sector cerealista de Segovia arroja uno de los mayores rendimientos de los últimos quince años, ... mientras que el regadío avanza con la implementación de nuevos cultivos. Sin embargo, los resultados positivos de la campaña en relación a la producción no suponen una buena noticia para los profesionales agrarios. La cotización del cereal está en mínimos, lo que lleva a los agricultores a vaticinar importantes pérdidas económicas, a lo que se suma también el reciente desplome del precio de la patata.
Los datos provisionales que maneja la Junta de Castilla y León, actualizados el 30 de julio de 2025, elevan a más de 4.000 kilos el rendimiento de cada hectárea de cereal. Es un valor que se ajusta a los pronósticos realizados a principios de la campaña por las organizaciones agrarias, lo que significa que no ha habido que lamentar daños significativos por pedrisco, tormentas e incendios. Hace apenas unos meses, las asociaciones calculaban que la producción que debían sacar a cada hectárea para que fuera mínimamente rentable era de 2.500 kilogramos. Todo ha cambiado en 2025, cuando el umbral de gasto por la compra de insumos sigue disparado mientras que el valor del cereal permanece en caída libre.
192 euros
es el precio de cotización de la tonelada de cereal en la actualidad, cuando en enero de 2024 se situaba en más de 230.
177 euros
cuestan mil kilos de cebada, según la Lonja Agropecuaria de Segovia. Son 38 euros menos que a principios del año pasado.
«Está claro que sembrar cereal no es rentable, ni cogiendo la mayor producción de la historia lo es; con los precios que barajamos malamente se llegan a cubrir los costes de producción», lamenta el presidente de la Unión de Campesinos de Castilla y León-UCCL en Segovia, César Acebes. La opulencia inicial anticipa ahora incertidumbre en el seno de las explotaciones agrarias.
Los almacenes de la provincia se han llenado con mas de 330.000 toneladas de trigo, cuando en 2024 apenas se recogieron 180.000. El incremento es del 55% y la cebada arroja un porcentaje muy similar, ya que se han recogido 253.000 toneladas frente a las 137.000 de la campaña anterior. En total, la producción de cereal se eleva a más de 657.000 toneladas en Segovia, una cifra muy superior a la registrada por Ávila, León o Salamanca.
Estos son los datos que maneja la entidad agraria, que colocan 2025 a la cabeza del ranking estadístico, que recopila datos desde 2010. «La contrapartida viene en el precio, una situación que se ha complicado aún más en los últimos meses», lamenta Acebes. Con ello, se refiere al nivel de cotización del cereal en la Lonja Agropecuaria de Segovia, que se traduce en la pérdida de hasta 38 euros por tonelada -ya sea trigo o cebada, aunque también disminuye el centeno-. Ninguna variedad de cereal logra superar los 200 euros por cada mil kilos como precio de salida en la actualidad.
Precios en mínimos
«El estallido de la guerra en Ucrania lo cambió todo, pero dos años es tiempo más que suficiente como para regular los precios», insiste el responsable de UCCL. La teoría en la que se apoyaban los profesionales cerealistas no se ha cumplido, ya que los costes de producción por la compra de fertilizantes, herbicidas o gasóleo permanecen altos, mientras que los de venta continúan su tedencia descendente. Para salvar el IPC, el valor de cotización tendría que haber aumentado un 2%, pero se ha hundido un 16%. «Si finalmente atendemos a las cotizaciones, los agricultores segovianos perderemos más de 19,8 millones de euros», especifica.
No hay visos de que la Lonja vaya a dar un vuelco. Al menos, en las próximas semanas. Por este motivo, Acebes vaticina que, en la campaña que viene, los esfuerzos se centrarán en abaratar los costes de producción. «La gente no comprará fertilizantes porque no hay dinero para pagarlos, y eso va a desencadenar en un menor rendimiento», considera.
La situación que atraviesan otros cultivos, como son los de regadío, tampoco ofrecen mejores perspectivas. «Ha habido menos remolacha que el año pasado, está de capa caída porque no se gana dinero», sostiene. La escapatoria que han visto los autónomos ante este hecho ha sido plantar patatas. Al haber más oferta, los precios han disminuido, según pone de manifiesto a su vez Asaja Segovia. «Si el año pasado nos movíamos en los 40 o 45 euros la tonelada, ahora no llegamos ni siquiera a los 20; está siendo un verdadero problema», determina UCCL.
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Los trabajadores del campo rezan para que se cumplan las condiciones de los contratos. Quienes no hayan cerrado ningún acuerdo «se las van a ver y desear para poder colocar las patatas, al final se las van a tener que comer». Traducido en términos económicos, en caso de no dar salida al prodcto, las pérdidas alcanzan los 10.000 euros por hectárea sembrada. «Con estos resultados, corremos el riesgo de quedarnos sin regadío», subraya Acebes.
Los agricultores depositan todas sus esperanzas en el girasol, aunque hay mucha menos superficie cultivada que en 2024. Esto se debe a que el año pasado las lluvias retrasaron el periodo de siembra del cereal y son muchos los profesionales que tuvieron que buscar otras alternativas, entre las que sobresalieron las oleaginosas, que incluyen el girasol y la colza. No obstante, son muchas las explotaciones que se ven limitadas a la hora de poder cambiar los cultivos habituales. «Todas están enfocadas al cereal y, si optan por otras modalidades, tendrían que hacer una importante inversión en maquinaria», concluye.
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