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El parque automovilístico de Segovia es el segundo más joven de toda la región

La mayoría de los vehículos que a día de hoy están en circulación en Segovia supera los diez años de vida e, incluso, una buena parte ya ha celebrado dos décadas desde su primera adquisición. El envejecimiento es progresivo y la estadística ha empeorado fundamentalmente a partir de la pandemia, lo que se atribuye a la crisis de las materias primas que se desencadenó a partir de la llegada del virus. Esto afectó en gran medida a la producción y al precio de coches, ciclomotores, camiones o furgonetas.

Son muchos segovianos los que tuvieron que demorar la jubilación de su vehículo más de lo esperado, ya sea por la escasez de oferta o por la galopante inflación, que provocó que muchas personas no pudieran permitirse renovar su automóvil. La consecuencia directa de esta situación es el aumento de la antigüedad de los coches, al pasar de los 12,2 años de media en 2014 hasta sobrepasar los 14,5 en el último ejercicio cerrado, de acuerdo al informe elaborado con datos de 2024 y publicado estos días por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Las agrupaciones automovilísticas han advertido en varias ocasiones sobre la «debilidad» que lamenta el mercado nacional en el objetivo de avanzar en el proceso de descarbonización por medio de la implantación del vehículo electrificado, según defiende Faconauto, patronal que integra las asociaciones de concesionarios. El cumplimiento de las directrices marcadas por la Unión Europea en aras de reducir las emisiones en al menos un 55% antes de 2030 será un proceso complejo. La Junta de Castilla y León insiste en la necesidad de rejuvenecimiento que presenta el parque móvil, tanto por «cuestiones de seguridad como medioambientales», aclara.

El tiempo pasa y no se detiene. Este envejecimiento no concluye con los mismos resultados en las diferentes tipologías vehiculares. Mientras que el incremento de la edad promedio en tan solo una década se estima en un 18,5% en los coches, en el caso de los camiones se dispara al 44%, hasta alcanzar los 17 años en 2024. Las furgonetas se sitúan en un término medio y las motocicletas anotan un envejecimiento de casi el 25%. Todo ello cuando hasta hace cuatro años su curva estadística indicaba cierta estabilidad y moderación.

La evolución de Segovia guarda similitudes con el progreso de Castilla y León en el periodo más reciente, aunque se desliga de la superación del umbral de los 15 años de antigüedad que registran provincias como Ávila, Salamanca y Zamora, siendo esta última la más envejecida al apuntar 15,3 años de edad media de los turismos. León y Palencia están muy cerca de rebasar el límite y tan solo Burgos y Valladolid (con 14,5 años), así como Soria y Segovia, quedan por debajo de una marca que no deja de crecer según pasan los meses.

El censo de la DGT también permite conocer destacadas diferencias en la antigüedad de los vehículos según la localización geográfica. Por ejemplo, el pueblo con el parque automovilístico más joven de la provincia es Navares de Ayuso, que rebaja con creces las cifras de envejecimiento, pues la edad media de los 34 coches inscritos en este municipio es de diez años. Por debajo de los doce años tan solo se hallan otras tres localidades: Cilleruelo de San Mamés, Arahuetes y Urueñas.

Al contrario, hay otros puntos del mapa segoviano que superan con creces los 16 años de antigüedad media, lo que significa que por sus calles todavía circulan multitud de turismos que llegan incluso a cumplir con los requisitos necesarios para ser catalogados como vehículos históricos (entre otras condiciones, deben sumar al menos 30 años desde su primera matriculación). En esta situación se encuentran, en su mayoría, pequeños pueblos como Riaguas de San Bartolomé, Castroserna de Abajo, Sequera de Fresno, Lastras del Pozo o Santiuste de Pedraza, que cuentan con entre una treintena y hasta 90 habitantes.

Entre todos ellos sobresale Ventosilla y Tejadilla que, además de ser el pueblo con menor población y el más envejecido de Segovia, también es el que tiene unos vehículos más antiguos dados de alta en su censo. En concreto, dos turismos, de los cuales al menos uno tiene más de 25 años, de acuerdo a la estadística que maneja la DGT. Por lo general, los municipios más grandes -incluida Segovia capital- son los encargados de rejuvenecer el parque automovilístico y los más pequeños disparan la antigüedad. Una de las excepciones es Cuéllar, que supera el promedio provincial al anotar 14,7 años.

Si se analiza la edad media de los camiones que transitan por las carreteras de Segovia, el abanico es todavía más amplio. Hay localidades donde este valor se acerca a los 25 años, como sucede en Villaverde de Montejo, a la vez que en otros cae por debajo de la década desde su adquisición, entre los que se encuentran Valdeprados, Fuente el Olmo de Íscar, Membibre de la Hoz, San Martín y Mudrián o Cubillo. Por otro lado, Aldeasoña y Ribota lideran el ranking del envejecimiento del parque de las motocicletas, mientras que Castrojimeno, Montejo de la Vega de la Serrezuela o Sequera de Fresno se ubican a la cola de esta clasificación.

A día de hoy, el censo de vehículos -elaborado sin discriminar las diferentes tipologías- cuenta con más de 140.000 inscripciones, cuando en 2014 se contabilizaron poco más de 95.000. Esto demuestra que no siempre el crecimiento del parque indica un rejuvenecimiento del mismo, lo que deriva de que aproximadamente una cuarta parte de los vehículos segovianos fueron matriculados en los primeros años del siglo XXI.

En este sentido, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) considera que «es especialmente significativo» que el peso de los turismos de más de 20 años «esté consolidando su crecimiento», un hecho que se explica por el desplome del mercado de primera mano desde la pandemia.

La geografía también es determinante a la hora de observar unos mayores o menores avances en la transición hacia un modelo más sostenible. Cada vez hay más vehículos eléctricos empadronados en la provincia, pero su presencia todavía se mantiene muy baja, a un nivel inferior al 0,4% sobre el total. Es decir, existen poco más de un millar de automóviles, fugonetas o motocicletas que funcionan por electricidad.

Un total de 129 pueblos, más de la mitad, carecen de vehículos de este tipo. En parte, es un hecho que puede relacionarse con la falta de infraestructura existente en la actualidad para cargar y realizar el mantenimiento de las baterías, un aspecto que define que sean los municipios más grandes los que tienen inscritos más coches eléctricos. Segovia contabiliza 176 y El Espinar, 56. Por debajo del medio centenar están Palazuelos de Eresma (26), La Lastrilla (25), Cuéllar (23), Cantalejo (22), el Real Sitio de San Ildefonso (18), Nava de la Asunción (17), Otero de Herreros (13) y San Cristóbal de Segovia (11).

Sin embargo, son varias las localidades pequeñas que figuran como excepción y cuentan con al menos un vehículo eléctrico en su parque municipal, algo que sucede en Orejana, Melque de Cercos, Urueñas, Fuente el Olmo de Íscar, Puebla de Pedraza, Aldeanueva de la Serrezuela, Riaguas de San Bartolomé y Aldehuela del Codonal.

Aunque los pasos dados hasta el momento parezcan insignificantes, hay algunos detalles que permiten comprobar cierto progreso en la implementación de planes dirigidos a reducir la contaminación en calles y carreteras de Segovia. Muestra de ello es que ya sean más vehículos los que cuentan con distintivo ambiental -etiqueta B, C, Eco o Cero- que los que carecen de él.

Es una realidad que se extrapola al conjunto de pueblos. Cada vez son menos las localizaciones en el mapa donde ganan en el recuento los vehículos sin distintivo. Algunas de las que aún tienen un largo camino que recorrer en la adaptación al nuevo modelo son Gomezserracín, Rapariegos, Zarzuela del Pinar, Lastras de Cuéllar y Muñopedro, ya que en estos escenarios son todavía mayoritarios los turismos, camiones o motocicletas considerados contaminantes, según la DGT.