Palabra de Gerardo Salgado
Fallece a los 46 años el director de Galo Álvarez-Linecar, la mayor empresa de autobuses de Segovia. Quienes le conocían destacan su «lealtad» y su «humor irónico»
César Blanco Elipe y Jota De la Fuente
Segovia | Arroyo de la Encomienda
Martes, 5 de mayo 2020, 09:52
Vallisoletano de cuna, Gerardo Salgado echó raíces en Segovia por trabajo. Conocido empresario del transporte, actualmente presidía al Federación de Castilla y León del ... Transporte por Carretera y Autobuses (Fecalbus). Falleció ayer a los 46 años tras haber sido hospitalizado por las complicaciones de salud causadas por el coronavirus. Deja mujer, Ana, y un niño de 6 años, el cuarto Gerardo de la saga familiar que comenzó su abuelo. Hombre de carácter y con un corazón que no le cabía en el pecho, era capaz de hacerse mil kilómetros en un día para ayudar a un amigo o alcanzar un destino.
Estudió en el colegio San Agustín de Valladolid, donde su progenitor fue presidente de la Asociación de Padres de Alumnos. Allí estuvo desde párvulos hasta COU. De la generación de 1974, siempre estuvo en la clase C. Allí jugó al baloncesto hasta cadete y luego ejerció de entrenador durante varias temporadas. De aquella etapa surgieron los lazos de amistad imposibles de romper, formando un cuarteto con Nacho Pinacho, Gerardo Hernández y Roberto Aláez, que ya echan de menos a Gerardo. Completó su currículum en el colegio Lourdes con unos estudios empresariales privados. Se preparaba para lo que iba a deparar el futuro, hacerse cargo de Salgado, la empresa de transportes de viajeros de su padre, también de nombre Gerardo, quien fuera socio fundador de Linecar. Aquellos coches de línea con los que se crió eran los mismos en los que viajaban a Italia cada Semana Santa los alumnos del San Agustín.
Las escapadas a Torrevieja
Sus amigos evocan aquellos años de juventud y cómo le gustaban las escapadas con dieciséis años al chalé familiar en Torrevieja. Tampoco se perdían cada año el ritual de viajar a La Alberca «a por jamón y 'salchis', como él decía, para comerlos en la fuente de bajada a Las Batuecas», recuerda la pandilla. Habían cerrado fecha para juntarse en septiembre en torno a una paella en cuanto pasara el coronavirus. No podrá ser.
Tras varios días ingresado, el jueves pasado parecía encontrarse bastante recuperado del contagio que le sobrevino bajo de defensas por el tratamiento del cáncer contra el que luchaba. El viernes empeoró hasta el triste desenlace que ha caído como un mazazo en Segovia y Valladolid. Su esposa también se había contagiado, motivo por el que los abuelos cuidaban estas fechas del pequeño Gerardo. El empresario fallecido era un hombre «sonriente y positivo, con un humor irónico extraordinario», subrayan sus amigos. Cuando alguien hacía o decía algo molesto, solía tirar de sarcasmo y replicaba: «¿te ayudo yo?».
Estuvo al pie del cañón hasta el último día, a pesar de sus problemas de salud. «La empresa era su vida», repiten quienes trabajaron con él. Incluso enfermo, el pasado jueves llamó a sus empleados para ver qué tal iba todo. «Conocía a cada uno de los trabajadores que tenía sin necesidad de llevar apuntes; sabía en cada momento cómo estaban los autobuses, qué fallos tenían, dónde estaban», destaca Juan José Martín Sevillano, empleado de Galo Álvarez-Linecar desde hace once años.
La caravana electoral de Herrera
Pese a estar al frente de la mayor empresa de transporte de viajeros de Segovia, «no se le caían los anillos y si había que bajar al foso a arreglar un vehículo o si había que sustituir a algún chófer porque estaba enfermo, ahí estaba», le agradece el empleado. La plantilla de setenta trabajadores «está hundida». Juan José intuye que «la empresa ya no va a ser la misma sin él», sin una persona que entregó su vida a los autobuses y a la casa. «Le podías ver a las seis de la mañana o a las once de la noche; conocía como nadie el tráfico y las carreteras de Segovia», añade.
También en el periodismo regional la muerte repentina y temprana de Gerardo Salgado ha causado conmoción y pesar. No en vano, fue el chófer del autocar de la caravana electoral del expresidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en las citas autonómicas de 2003, 2007, 2011 y 2015.
Especiales coronavirus
Salgado fue presidente de la patronal del transporte de Segovia, Asetra, de 2008 a 2016. Quien le sucedió, Juan Andrés Saiz Garrido, convivió con él veinte años. Le recuerda como una persona «centrada en dos perfiles». Uno, como «empresario en su concepto integral» que cuidaba de su negocio en un sector muy competitivo. Otro, «como hombre del sector porque creía en el asociacionismo puro y democrático, donde los iguales se juntan para primar el interés y los objetivos del colectivo, siempre con respeto y diálogo».
Empezó «desde abajo»
Desde niño estuvo en las cocheras. «No era un estudiante brillante», cuenta Juan Andrés. Prefería estar en entre cajones de herramientas, manchas de aceite y el olor a combustible. Con su padre aprendió «desde abajo». «Empezó en la taquilla y luego acompañando en viajes», relata el presidente de Asetra. La muerte temprana de su progenitor hizo que la familia tomara las riendas, y a los 25 años Gerardo Salgado comenzó a conducir la compañía.
Sobre todos los valores del empresario fallecido, Juan Andrés subraya «la virtud de la lealtad a su palabra y a la institución a la que representara». «Si te daba su palabra, dabas por hecho que la iba a cumplir». También le recuerda como una hombre «vehemente», aunque «los años le suavizaron». Y es que el fallecido, cuando se trataba del trabajo «era muy serio», cuenta Juan José. «Más que un jefe era un compañero», insiste al recordar cómo preguntaba por su hijo incluso meses después de haber superado un ingreso. La familia Galo Álvarez-Linecar y el transporte en general están de luto.
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