Objetos perdidos, pero con dueño
La Policía Local de Segovia guarda los artículos extraviados que hallan en sus patrullas por la calle o que son entregados por ciudadanos
Quizás les resulte familiar. ¿Quién cuando se iba a montar en un autobús o cuando iba a pagar el taxi no encontraba la cartera? ¿O ... quién cuando ha ido a leer el periódico no recordaba dónde dejó las gafas? Es posible que las den por desaparecidas. Quizás alguien las encontró y se quedó con ellas; pero también pueden haberlas devuelto al no saber quién era el dueño de las pertenencias halladas. En esos casos, los ayuntamientos cuentan con espacios destinados a los objetos perdidos. Segovia tiene también su particular almacén donde se depositan todos estos artículos.
Carteras, llaves (tanto de vehículos como de domicilios) y gafas son los objetos cotidianos que más pierden los ciudadanos, incluidos los turistas que llegan a la capital. Se los dejan o se les extravían en la calle. También hay ordenadores o móviles, así como otros objetos que abultan más, como por ejemplo maletas o bicicletas (algunas de ellas en las que ya ni se ven las letras de la marca...). Todos terminan almacenados y etiquetados en la estantería de una sala del cuartel de la Policía Local a la espera de que sus dueños los reclamen. «Lo más normal son objetos como carteras, llaves, muchas gafas, un ordenador, incluso paraguas», comenta Julio Rodríguez, intendente jefe del cuerpo municipal de seguridad.
En la mayoría de las ocasiones, esas pertenencias extraviadas acaban en dependencias de la Policía Local porque son encontrados en la vía pública por los propios agentes cuando patrullan o porque se lo entregan los ciudadanos.
Cuando ocurre un caso de este tipo el proceso que se sigue es el siguiente. «Cuando el que lo ha hallado quiere que lo identifiquemos se rellena una ficha, ya que luego va a tener derecho, si en dos años no se ha reclamado, a quedarse con ese bien», explica Rodríguez Fuentetaja. Una vez llega a manos de la Policía Local el objeto extraviado, se da de alta en el registro de objetos perdidos y se intenta localizar al propietario.
Complicado dar con los dueños
En un alto porcentaje de los casos resulta complicado dar con los dueños, sobre todo cuando se trata de llaves, gafas o carteras sin documentación, en los que es casi imposible que se pueda identificar al titular. En caso de tener algún documento o papel que figure en esos objetos y permita su identificación, lo que hace la Policía Local es ponerse en contacto con el presunto propietario y hacerle saber que ese bien está en el cuartel recogido y que puede pasar a recogerlo cuando él quiera en el plazo de dos años, que es el que marca la ley. «Si se persona el dueño, tiene que justificarnos que es el propietario, firma un recibo, se archiva y se le entrega ese bien», indica el intendente jefe.
La Policía Local dispone de un almacén destinado al depósito de los objetos perdidos. «Los de pequeño tamaño los tenemos distribuidos en cajas en la central de comunicaciones, en la recepción de la Policía Local, porque hay mucha gente que cuando los pierde se acerca a ver si han sido recogidos por alguien y los pueden encontrar», comenta Julio Rodríguez. Pero como al final son muchas cajas las que se llenan con material perdido, cada seis meses se llevan al almacén. «La experiencia nos demuestra que rara vez reclaman algo dos meses después de su pérdida», añade el responsable policial.
Dinero y décimos de lotería
Aunque lo habitual son objetos cotidianos como paraguas o carteras, también se han depositado cosas singulares. Para muestra, los botones de una camilla de una ambulancia que la Policía Local no logró identificar o una grúa para subir objetos. También han encontrado la camilla de un hospital y extintores, «que creemos que son de algún garaje porque que hay gente que entra, los vacía y los deja tirados», indica.
Si transcurrido ese plazo de dos años nadie lo reclama, la persona que lo encuentra tiene derecho a quedárselo. Cuando el objeto no tiene valor, suele suceder que quien lo ha hallado no lo quiere. Entonces se hace un acta de destrucción y se lleva el material a un centro. «Comprobamos que se destruye», subraya el intendente jefe. «Hay muchas cosas que carecen de valor. Todo eso se destruye. Cuando no lo reclaman es porque carece de valor», incide.
También se ha devuelto dinero y décimos de lotería. En estos últimos supuestos, como por detrás viene el sello de la administración que los ha vendido, la Policía Local contacta con el despacho por si fuera capaz de identificar a quien se les vendió. Tampoco faltan en el almacén complementos y joyas (algún anillo, algún colgante, cadenas, relojes) o teléfonos móviles. «Hay gente que cumple con su obligación ciudadana y lo entrega», destaca el intendente jefe. «De los objetos de valor se da cuenta a la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía para que, si alguien interpusiera una denuncia por la pérdida de estos bienes, que sepan que están aquí depositados».
Para ordenar esta especie de bazar del despiste se cuenta con una aplicación de objetos perdidos en la que figura una clasificación en función del tipo de bien.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión