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Un inversor bursátil diría que la salvación de la Gimnástica Segoviana ya no cotiza en bolsa. ¿Qué probabilidades tiene de ganar tres partidos consecutivos un ... equipo que solo ha vencido en semanas sucesivas una vez en la temporada? ¿Qué motivos hay para pensar que un bloque que ha sumado 37 puntos en 35 jornadas, es decir, poco más que un punto por jornada, vaya a triplicar sus registros en las tres últimas? Lo peor es que ese escenario, aún posible matemáticamente, no garantiza siquiera el éxito, pues los 46 puntos, el máximo que puede ya conseguir el equipo que dirige Ramsés Gil, podrían ser insuficientes para evitar los cinco últimos puestos de la Primera RFEF. Así las cosas, el cuadro azulgrana viajará el domingo a Sestao con la amenaza real de certificar su descenso.
El empate ante la Real B supuso la cuarta jornada seguida de la Segoviana sin ganar, un tramo con dos puntos de 12, fruto de dos derrotas y otra igualada, la de la semana anterior ante el Barakaldo. Así las cosas, los azulgranas han perdido comba incluso con el Barça Atlètic, que le ha dejado en solitario en el penúltimo puesto tras ganar en Lugo un partido a vida o muerte que reengancha a los culés la lucha por la salvación con opciones reales, máxime porque lo hizo goleando (0-4). La jornada 35 dejó al primer descendido oficial a Segunda RFEF, el Amorebieta, colista con 32, a diez puntos de la salvación con solo nueve por jugar.
Los números a estas alturas de competición plantean una lucha entre lo posible y lo probable. El aficionado siempre se agarrará a la matemática, aunque sea por el instinto de supervivencia futbolístico, pero los precedentes dictan que la tendencia de 35 jornadas es demasiado sólida para cambiarse: lo que no se ha podido arreglar hasta entonces, rara vez se apaña luego. No es que la Sego esté en descenso, sino que tendría que adelantar a cuatro rivales. Es una quimera que en una liga de 20 equipos con cinco descensos el penúltimo salga de la quema en las últimas tres jornadas. En las tres temporadas de historia de Primera RFEF, con dos grupos por campaña, los tres últimos en la jornada 35 perdieron la categoría tras la 38.
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Y eso que, como ocurriera la semana anterior, los resultados de los rivales directos sonrieron en términos generales a la Segoviana. Con haber convertido uno de esos dos últimos empates en victorias, apenas dos puntos más, las opciones serían reales porque los de Ramsés estarían, como el Barça, a un partido de la salvación. El único resultado que falló fue la victoria del Real Unión, que empezó la jornada en descenso y la acaba decimotercero con 43 puntos tras su 1-0 ante el Tarazona. El Lugo se quedó en los 42, los mismos que Unionistas y Sestao, que empataron, el mejor escenario para los azulgranas, que no ven escaparse a ninguno. Ocho meses de lucha por la permanencia han quedado a priori reducidos a ocho equipos para cinco plazas. Con la del Amorebieta asignada, siete para cuatro. Los 47 de Arenteiro y Tarazona parecen ya zona segura.
Si los azulgranas ganaran en Sestao, se llevarían el average particular, como ya tienen ante el Lugo, un comodín para la carambola de los triples empates, la forma de sortear su inferioridad con el resto, pues tienen perdido el particular con Real Unión y Osasuna; aunque han empatado ese criterio con Unionistas y Barça Atlètic, les condena el peor average general de la liga. Ahora bien, en caso de múltiples empates, solo cuentan los resultados entre los equipos implicados. Unas tablas entre Lugo, Segoviana y Unionistas beneficiarían a los de Ramsés. Su problema es Osasuna, que le ganó los dos partidos y está en la disputa, con 41, tras perder en Vigo ante el Celta.
Para bien o para mal, los rivales de la Sego apenas se van a cruzar entre ellos en las últimas tres jornadas: el Real Unión jugará ante Osasuna y el Barça cerrará el curso ante Unionistas. Es decir, la matemática sostiene milagros, es posible que nadie sume. Pero los milagros, milagros son.
Uno de tantos ámbitos en los que la Segoviana ha bajado prestaciones respecto a las anteriores campañas en Segunda RFEF es su rendimiento ante los filiales, que en el grupo I de Primera RFEF suponen en 26% de los puntos en juego. Tras cerrar su calendario de partidos ante equipos B con el empate ante la Real Sociedad B en La Albuera, los de Ramsés Gil cierran el curso con nueve puntos de 30 posibles en diez partidos, un promedio por debajo de lo cosechado ante el resto de rivales. Solo dos victorias, ambas ante el Bilbao Athletic, por tres empates (dos ante el Barça Atlètic y el de la Real) y cinco derrotas: dos ante Osasuna Promesas, dos ante el Celta Fortuna y la visita a San Sebastián. Pobre balance.
Así ha empeorado una trayectoria positiva del equipo ante los filiales desde que Ramsés cogiera el timón del banquillo en marzo de 2022: tres victorias, cuatro empates y dos derrotas en el periplo por Segunda RFEF. Con todo, nada milagroso, fueron 13 puntos de 27 en juego tras medirse a Leganés B (una victoria, un empate y una derrota), Atlético de Madrid B (una victoria y una derrota), Alcorcón B (una victoria y un empate) y Getafe B (dos empates).
No solo son los pocos puntos sumados ante estos equipos en Primera RFEF en duelos en los que la Segoviana podía combatir ese superior talento con veteranía, sino los marcadores. Ha encajado 24 tantos, producto de dos goleadas en Vigo y San Sebastián (4-1) y las dos derrotas más abultados en La Albuera: las sufridas ante Celta Fortuna (1-3) y Osasuna Promesas (2-4).
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