«Ahora hemos llegado al techo de crecimiento, pero el límite es solo económico»
El evento que aúna arte, literatura e innovación celebra su vigésima edición entre el 11 y 14 de septiembre
María Sheila Cremaschi lleva a gala la dirección de Hay Festival Segovia, que cumple su vigésima edición entre el 11 y el 14 de septiembre, ... como una promoción internacional de la ciudad y el orgullo de haber creado con los medios justos un laboratorio de pensamiento de vanguardia en el que los ponentes atraen a otros ponentes. Desde protagonistas de la política internacional a superventas de la literatura, un variado abanico de artistas y performances que lo llevarán a la calle, a la Plaza Mayor. La «idea madre» que lo vertebra todo este año es familiar a otras ediciones: cómo proteger la democracia europea. Su relato es el de un formato consolidado gracias al cariño de Segovia y de los ponentes cuyo crecimiento, posible, depende de que entre más dinero de las instituciones para abordar nuevos espacios.
–Habla de fortalecer y unir Europa. ¿No llevamos escuchando lo mismo veinte años?
–Claro, pero tenemos que trabajar todos con nuestro granito de arena. Es muy importante el pensamiento crítico, nosotros invitamos a pensadores de distintas ideologías, orígenes y disciplinas. Lo que hacemos son preguntas para que la gente llegue a sus propias conclusiones.
–¿Qué capacidad tiene el pensamiento para influir en la toma de decisiones?
–El diálogo es lo único que permite realmente cambiar algo. Derribar muros. Y el respeto con todos los que participan.
–Una guerra en Europa, un genocidio y Donald Trump. ¿Es la época más inestable que hemos vivido?
–Es la que más inestable que hemos vivido usted y yo, pero no hay que olvidar que nuestros padres y abuelos vieron la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
–¿Qué es lo peor que puede suceder en este contexto?
–Yo lo que deseo es que la cosa se solucione, pero si Europa no está unida y fuerte no va a ser un actor, no vamos a lograr que triunfen las ideas democráticas.
–Con una temática reflexiva, ¿cómo atraer a los jóvenes que consumen contenido en Tik Tok?
–He incorporado a veinteañeros. Por ejemplo, el público que lee a Alba Cardalda es juvenil. Hay cinco eventos en los que incorporamos a estudiantes de IE University; no puedo traer nunca a la Universidad de Valladolid porque empiezan las clases después del festival. Ofrecemos entradas gratis a estudiantes desde hace veinte años. Si alguien me dice algo más para hacer…
«Todo lo que hacemos con el presupuesto que tenemos es algo casi milagroso»
–¿Facilita la trayectoria del festival que vengan los grandes nombres?
–El prestigio de Segovia facilita muchísimo. Primero, porque los cuidamos. Segundo, porque la ciudad es divina, el patrimonio hace que sea un espacio muy atractivo. Luego, la comida. Nosotros hacemos que los invitados tengan la posibilidad de comer o cenar juntos, es uno de los pocos festivales de España que lo hace. Se establecen unas conversaciones maravillosas y se crean proyectos. Entre ellos se conectan. Hay un esfuerzo muy importante en la organización para que todo se escuche perfectamente y se cumplan los horarios.
–Seriedad anglosajona.
–Sí, pero hecha por segovianos que se nos han vuelto británicos.
–¿Qué legado ha dejado el festival en Segovia?
–Es lo que pregunto a todos. La más obvia, que durante veinte años el nombre de Segovia está asociado a un festival internacional de prestigio. El impacto en prensa gráfica es el equivalente a aproximadamente cuatro millones de euros si eso se hubiera pagado como publicidad.
–¿A efectos de economía local?
–Veo la cantidad de gente que viene de fuera. Veo los hoteles, el transporte, la técnica… Todo el dinero queda en Segovia porque toda la gente que trabaja es de Segovia.
–¿Qué posibilidades de crecimiento tiene?
–Respecto a las primeras ediciones, ha crecido mucho. Y lo ha hecho con poco apoyo económico, más bien con mucha gente que quiere al festival y ayuda. Alguien que te regala un pasaje o una comida. Hay raíces: personas e instituciones que apoyan porque el presupuesto que tenemos es muy limitado para todo lo que se hace. Si tú traes veinte figuras internacionales, lo gastas solo en los pasajes. Quizás, excesivamente, pero ha crecido.
–¿Por qué excesivamente?
–Ha crecido por encima de sus recursos: si fuera solo por el presupuesto, no podría crecer. Lo ha hecho porque tiene un apoyo profundo. Segovia se beneficia, pero España, también. Hay notas en los principales periódicos del mundo hablando de algo de mucha calidad. Hemos hecho mucho con poco. Tengo famosísimos que no cobran lo que cobran siempre porque saben que es imposible que una asociación sin fines de lucro lo pudiera pagar. Hay un respeto y un deseo de mucha gente de cuidar al festival de Segovia, no lo podríamos hacer solos.
–¿Quién falta por apoyar?
–Solo podría crecer si tuviera más apoyo económico de instituciones. Hay regiones que apuestan por algo que tienen, que les pertenece. Hay festivales como el nuestro que tienen dificultades comunes, espacios que no puedes agrandar. Cuando vinieron Ken Follett o la princesa Casiraghi [hija de Carolina de Mónaco], tuvimos a 700 personas en la IE, pero podríamos haber metido 2.000. Las sedes tienen el tamaño que tienen, pero se pueden inventar cosas.
–Con esos límites, ¿cuán cerca está el Hay de su techo?
–La respuesta siempre dependerá del presupuesto. No me quiero quejar de que el festival tenga poco dinero porque el de este año va a ser el mejor que se haga en España. Ahora hemos llegado al techo de crecimiento, pero el límite es solo económico; con dinero, tú inventas cosas. Todo lo que hacemos con el presupuesto que tenemos es casi milagroso.
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