La hostelería empieza a implantar el pago de fianzas para frenar las reservas fantasma
El contacto telefónico para confirmar es, junto al cobro de un depósito, una de las medidas más empleadas para acabar con una práctica cada vez más habitual
La pasada Semana Santa los hosteleros segovianos alertaron de una práctica cada vez más habitual en los restaurantes de la ciudad: no acudir a la ... comida o a la cena que se ha reservado con anterioridad. Un comportamiento por parte de determinados clientes que no afecta a todos los negocios por igual, pero se ha convertido en uno de los problemas más recurrentes en los establecimientos de todo el país. Los restaurantes situados en el casco histórico de Segovia ya estudian medidas para acabar con esta práctica, que supone no solo trastornos logísticos, sino también económicos.
Roberto Moreno, presidente de la Agrupación Industrial de Hosteleros Segovianos (AIHS) hasta la pasada semana, emplea desde hace tiempo una fórmula que, según dice, le da muy buen resultado y que han 'copiado' otros restaurantes: cobrar una fianza o prepago a las reservas, en su caso a las de más de seis comensales. «A mi me está respondiendo la gente. Los clientes lo ven de sentido común», afirma Moreno, propietario de El Secreto de San Clemente. Desde que los clientes dejan un pequeño depósito (ya sea a través de una transferencia o mediante pago en efectivo o con tarjeta), que es descontado posteriomente en la factura de la comida o la cena, apenas se producen reservas 'fantasma'. «Lo hemos reducido muchísimo», subraya.
El cobro de una fianza es una de las medidas más extendidas en Segovia. Con ella se pretende poner fin a los incumplimientos tanto por parte de vecinos como de turistas. En el caso de los segundos, es habitual que pese a contar con una reserva en un restaurante, se pierdan entre los encantos patrimoniales de Segovia, lo que les lleva bien a no acudir al restaurante, o hacerlo más tarde de la hora acordada. «Si en 15 o 20 minutos después de la hora concretada no están pueden dar la mesa por perdida, salvo que llamen para decir que han tenido un problema», explica Moreno.
También optan por la fórmula del prepago en el restaurante El Bernardino, aunque en su caso lo emplean en mesas de más de quince comensales. Para el resto prefieren una confirmación telefónica de la reserva con los clientes, que también sirve de recordatorio. «Así conseguimos que se produzcan muy pocos casos de falsas reservas», señala Javier Álvarez.
Otros restaurantes del centro todavía no han tomado ninguna medida. Lino García, copropietario de La Codorniz, coincide con otros hosteleros en la necesidad de poner freno a un problema que sufren cada fin de semana y que les obliga a reorganizar mesas, servicios e incluso menús, cuando las reservas iban acompañadas de algún encargo. Lo mismo ocurre en el restaurante Casares. «No hay semana que no tengamos alguna reserva en la que luego no se presentan», afirma su gerente Santiago Ortiz. Pese a ello, todavía no han implementado ninguna medida para intentar acabar con estos plantones. «Confiamos en los clientes», asegura Ortiz. Aunque considera que el cobro de una fianza puede ser una solución eficaz, recuerda que existen dudas sobre su legalidad, según les comentó el abogado de la Agrupación Industrial de Hosteleros Segovianos. «Nos dijo que no se puede cobrar por adelantado como ocurre en los hoteles», señala.
En restaurantes tan mediáticos como Cándido o José María, las reservas falsas apenas tienen consecuencia. «Nosotros tenemos lista de espera y algunos de esa lista luego no aparecen. Para mí no es ninguna alarma. Siempre falla gente, una minoría, pero no pasa nada», señala José María Ruiz.Cándido, con solicitudes de mesa realizadas en algunos casos hasta un año antes, tampoco contempla, a corto o medio plazo, medidas como la fianza. No obstante, señala que desde hace tiempo sí incluyen un recordatorio, «que minimiza posibles problemas», a través del teléfono móvil de la mesa reservada.
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