Ecologistas pide la supresión del final de etapa de La Vuelta en la Bola del Mundo
La organización en Madrid y Segovia pide un informe preceptivo, como recoge el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque de Guadarrama
Ecologistas en Acción reclama cambiar el final de etapa de la Vuelta Ciclista a España previsto en el alto de Guarramillas, conocido popularmente como la ... Bola del Mundo, situado en la zona de protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. «No pedimos que se suspenda el recorrido, sino que se traslade la meta a Navacerrada», lugar ya conocido por la caravana que sigue a los deportistas y a la organización en su enorme despliegue logístico. Jesús Bartolomé, coordinador de la Federación de Madrid de la organización conservacionista, matiza y rebate así los «malos entendidos» que han aflorado tras los escritos remitidos por la asociación a diferentes instancias oficiales con el objetivo de que se replantee la llegada en este enclave de montaña, reconocible por las antenas y el repetidor de televisión en forma de cohete pintado de rojo y blanco.
El portavoz piensa que la opción que pone encima de la mesa de las propuestas Ecologistas en Acción, sin ser de su gusto, es la menos dañina para este paraje protegido entre la provincia de Segovia (por la que discurrirá parte de la etapa) y la Comunidad de Madrid, en cuyos límites está la Bola del Mundo. Las secciones de la entidad conservacionista a uno y otro lado de la sierra de Guadarrama van a estar en contacto y coordinadas en la causa emprendida, avanza Bartolomé.
«A 1.800 metros, el ecosistema de montaña es muy delicado y cualquier intervención humana produce un fuerte impacto, más aún si se trata de que participen miles de personas entre ciclistas y espectadores, por lo que no deberían realizarse competiciones deportivas masivas en espacios naturales frágiles y emblemáticos como es el alto de Guarramillas», arguye Ecologistas en Acción.
Medidas preventivas
Su representante madrileño esgrime el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) que se redactó y aprobó para la declaración por ley del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Esta herramienta normativa, consesuada entre las administraciones regionales de Castilla y León y Madrid, se refiere en su artículo 92 a «las medidas preventivas frente a actividades incompatibles desarrolladas en el exterior» del espacio protegido.
En concreto, coloca el foco de atención en «las actividades, planes o proyectos que, teniendo la consideración de autorizados o autorizables en la Zona Periférica de Protección del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama o en los ámbitos del puerto de Navacerrada y estación de esquí, entorno de Guarramillas y estación de esquí de Valdesquí, estarán sujetas a un informe de la Administración gestora relativo a su posible incidencia desfavorable sobre los valores a conservar en el interior del parque nacional y establecimiento de posibles medidas correctoras de dichos impactos».
El citado apartado de la norma reguladora enumera una serie de acciones que requieren la evaluación que reclama la asociación conservacionista, según figura en el plan rector. Algunas de ellas apuntan, sin nombrarla explícitamente, a la realización de una etapa de la Vuelta Ciclista a España como la que termina en la Bola del Mundo y que va a discurrir por la provincia de Segovia pasando por núcleos como Los Ángeles de San Rafael y el Real Sitio de San Ildefonso. Entre las que necesitan el informe están, por ejemplo, las actividades que «supongan la alteración del suelo, de las rocas o el relieve» o aquellas que se desarrollen sobre el medio físico o biológico vinculado al agua o «constituyan o puedan constituir una degradación de este».
También pudiera concernirle, en función de lo que dictaminara el informe, «la realización de acciones o instalaciones que produzcan la fragmentación de elementos naturales del paisaje de importancia para el mantenimiento de la conectividad ecológica o que afecten de forma negativa a la preservación de dicha conectividad». Para quienes utilizan drones, las autorizaciones están condicionadas.
Vinculante, si hay afección
Pero el epígrafe del artículo que más puede interpelar a la celebración de esta vigésima etapa de la Vuelta, programada para el día 13 de septiembre, se refiere a la celebración de «actividades deportivas extraordinarias de carácter no competitivo que reúnan a más de 150 participantes y pruebas y competiciones deportivas en cualquier modalidad». En este apartado entraría la prueba ciclista. El PRUG determina que es necesario el informe de la administración gestora para que se lleve a cabo la seguridad jurídica garantizada para cumplir con la protección medioambiental el final en la Bola del Mundo, concluye la solicitud tramitada por Ecologistas en Acción.
Si el estudio resuelve que hay una afección negativa, es vinculante, añade el coordinador. Y ese es el paso que ha dado Ecologistas en Acción, que ha pedido la emisión de la evaluación preceptiva del órgano gestor del parque que abarca territorios serranos madrileños y segovianos. La organización conservacionista, que en Madrid es beligerante contra lo que define como «la ocupación de Navacerrada», ha remitido escritos en este mismo sentido a la Comunidad de Madrid, a responsables del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y al organismo autónomo Parques Nacionales, ligado al Ministerio para la Transición Ecológica.
De momento, solo han obtenido respuesta del ente estatal, señala Jesús Bartolomé. En esa contestación, solicita el citado informe que determine si existe o no una afección perjudicial para el espacio natural defendido y también recuerda el artículo del Plan Rector de Uso y Gestión, esboza el coordinador de la Federación de Madrid de Ecologistas en Acción.
Los «incumplimientos» de 2010: pocos bidones para residuos y camionetas en vez de motos
Ecologistas en Acción, además de ampararse en el Plan Rector de Usos y Gestión del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, recurre a la memoria de lo que ocurrió en 2010, en una etapa de la Vuelta Ciclista a España cuyo final también transcurrió por el alto de Guarramillas. Activistas de la asociación, además de protestar, documentaron el impacto que tuvo el paso de la prueba en este espacio natural. El colectivo da cuenta de los «incumplimientos» en los que incurrió, a su juicio, la organización. Por ejemplo, recontaron «diez bidones para residuos, cuando se habían comprometido a poner uno cada cincuenta metros, lo que equivale a unos 150 bidones». Asimismo, se quejan de que hace quince años «subieron camionetas por todo el recorrido con sirenas y pitidos, cuando dijeron que solo subirían motos y vehículos de la Cruz Roja». En vez de poner soportes sin clavar, la organización critica el empleo entonces de «piquetas sujetando pancartas y banderolas publicitarias». Todo sumado a la marabunta de gente que ascendía y bajaba sin apenas control y «los altavoces en la Bola del Mundo emitiendo a todo volumen publicidad, cuando esto está prohibido en esa zona protegida y no constaba en las solicitudes ni en los permisos».
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