La cofradía de San José suspende por precaución su popular vía crucis

Por tercer año consecutivo, la organización se ha decantado por garantizar la seguridad de los participantes y asistentes, una decisión «dolorosa», reconoce Miguel Ángel Herranz, responsable de la agrupación y quien encarna a Jesucristo en su calvario, acompañado por feligreses y particulares que habitualmente completan el elenco de personajes que dan vida al pasaje y que se esfuerzan en poner a punto el vestuario y el decorado que luce el barrio en una jornada señalada.

Herranz lamenta en lo más profundo el haber tenido que suspender por tercer año el vía crucis; pero «ante todo es la salud y la seguridad de la gente», esgrime. Y es que la representación de la Pasión requiere «mucho contacto físico» para alcanzar la autenticidad con la que la cofradía siempre quiere impregnar este acontecimiento, uno de los emblemas con más arraigo y más tirón de la Semana Santa de la ciudad.

«Si se pasa mucho tiempo, luego cuesta más enganchar a la gente», se lamenta Herranz; pero la situación epidemiológica de la covid-19 aún arroja un escenario incierto y prefieren no arriesgarse y evitar la amenaza de que se declare un brote de contagios en un barrio que, de por sí, ha sido sumamente castigado por el coronavirus, como apuntan los vecinos.

Por otra parte, los representantes de la Cofradía la Cofradía Nuestra Señora de la Piedad continúan con la preparación del resto de actos. Los ensayos para las salidas procesionales están en marcha, aunque Herranz llama la atención sobre la falta costaleros ya que ha habido alguna baja de última hora.