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Butrón en una de las paredes de la nave. El Norte
Butrones en el tejado y en los despachos: los cacos vuelven al polígono de Valverde del Majano

Butrones en el tejado y en los despachos: los cacos vuelven al polígono de Valverde del Majano

La empresa Mundo Laboral ya sufrió un robo hace dos años

Luis javier González

Segovia

Viernes, 9 de noviembre 2018, 12:17

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Un nuevo robo en las instalaciones de Mundo Laboral, que ya sufrió el asalto de un grupo de ladrones en 2016, recuperó ayer el debate sobre la seguridad del polígono de Valverde. Un grupo de ladrones entró en la madrugada y, aunque no se llevó un gran botín, causó importantes destrozos en la nave. «Nosotros pedimos o seguridad privada o el cierre del polígono a determinadas horas y que haya una sola entrada con vigilancia. Que todo el mundo que entre y salga lo haga por el mismo punto», apuntaba el director de la empresa, Jorge Miguel Peña, que apuesta por esa idea tras varias reuniones con la Guardia Civil. «Hay muchos polígonos en otras provincias que tienen este sistema. Al final las empresas buscan seguridad cuando se va a instalar en una zona o en otra. Que pierdas tres días porque te han destrozado el servidor o el teléfono...». La demanda, subraya, es compartida por la mayor parte de los empresarios. «Nosotros estamos siempre en contacto a través de grupos de WhatsApp y reuniones en la Trébede. Pero claro, no podemos poner un camión y unos ladrillos. El algo que debe impulsar el Ayuntamiento con el permiso de la Subdelegación».

La alarma sonó a las 00:45 horas de ayer y cuando se personaron cuatro patrullar de la Guardia Civil, aproximadamente diez minutos después, los ladrones ya no estaban. Las cámaras del local registraron su imagen. Al menos dos personas reptaban por el suelo, pero el reloj no está actualizado y no puede concretar con a qué hora exacta entraron ni por qué no saltó entonces la alarma. Accedieron por dos puntos del tejado, agujereados por los cacos, y fueron haciendo boquetes de despacho a despacho, así como la entrada desde el almacén a las oficinas. «¿Y todo para qué? No tenemos caja fuerte y no dejamos dinero. Lo que más te duele es el destrozo y que tienes que volver a empezar con todos los muebles tirados y la información de pedidos mezclada. Un desastre».

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