La atención a la dependencia duplica el número de beneficiarios en cuatro años

El envejecimiento de la población, la soledad no deseada y la necesidad de asistencia para realizar las tareas cotidianas en el hogar están detrás de la mayoría de peticiones dirigidas a conseguir alguno de estas prestaciones. El objetivo principal es contribuir a la independencia y autonomía de las personas dependientes, para que «permanezcan el máximo de tiempo posible en sus casas por lo que les supone ingresar en otros centros», asegura la concejala de Servicios Sociales, Azucena Suárez.

No sorprende, por tanto, que tanto el número de personas demandantes como de beneficiarias haya aumentado exponencialmente en los últimos años. Hace dos décadas, estas iniciativas apenas se conocían. Todo ha cambiado «con el aumento de la esperanza de vida», explica la edil. A ello se suma que, estos servicios, «cada vez cuentan con más respaldo y calidad», añade.

El perfil de beneficiario mayoritario que necesita asistencia es una persona de más de 75 años que vive sola en su vivienda. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que datan de 2022, la capital segoviana contaba con 4.174 empadronados de 80 años o más. Este número se amplía considerablemente si el rango de edad desciende hasta la década de los 70 años.

Por su parte, la cifra de usuarios dados de alta en cualquiera de las ayudas para la atención a la dependencia era de 1.746 en junio. Esto supone un incremento del 118% en comparación con el periodo inmediatamente previo a la llegada del virus, ya que en 2019 había en torno a 800 personas adjudicatarias de alguno de los programas.

Hasta 1.402 hogares de la ciudad cuentan a día de hoy con el popular botón rojo, que sirve para establecer conexión con un profesional en situaciones de emergencia. Se trata de la teleasistencia, el servicio de ayuda más popular entre los segovianos, que se ofrece de manera centralizada sin coste alguno para los receptores desde la Junta de Castilla y León.

También destaca el reparto de comida a domicilio, que experimenta el mayor aumento de todas las propuestas de atención a la dependencia en el último año, con 202 demandantes. «Hemos estado cerca de duplicar el dato estos meses», refiere Suárez. «La mayoría de los beneficiarios son hombres», especifica, a la vez que asegura que perciben menús semanales que responden a una dieta equilibrada y saludable «para aumentar su calidad de vida».

Estos servicios están dirigidos especialmente a los segovianos de edad avanzada con dificultades en su autonomía personal, pero «la franja de entre 65 y 75 años registra un importante aumento». Esta subida se observa sobre todo en el apoyo doméstico, que garantiza la atención en las necesidades básicas, así como de acompañamiento ante la soledad y apoyo psicosocial.

En este sentido, las situaciones de dependencia engloban distintas realidades. Por ejemplo, es el caso de las personas con discapacidad o los menores de edad cuyos progenitores o parientes cercanos no pueden proporcionarles los cuidados requeridos. También se incluye a los grupos familiares con excesivas cargas, enfermedades graves, conflictos relacionales o situaciones sociales inestables.

El servicio de ayuda a domicilio atiende a más de medio millar de ciudadanos, cuando antes de la pandemia rondaba los 400 usuarios. Por tanto, el repunte se eleva a más del 25% y es probable que el número de beneficiarios crezca en los próximos meses. No dejan de llegar solicitudes a las oficinasmunicipales de Servicios Sociales. No solo abordan nuevas altas, sino ampliación del número de horas de atención concedidas. En los primeros seis meses de 2023, la concejalía realizó 889 valoraciones —tanto funcionales como sociales— a personas solicitantes de esta prestación.

Este examen lo realizan las trabajadoras sociales para definir las necesidades que requiere cada usuario, lo que finaliza con la propuesta de un número de horas semanales, según el grado de dependencia otorgado, y una cuantía económica que fluctúa según la renta. «Hay personas que tienen que aportar más o menos dinero», explica la concejala.

El Consistorio llevó a cabo hasta junio veinte valoraciones más que las demandadas por la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta. «Siempre hay algunos casos en que la solicitud se presenta con anterioridad al cierre de año y también hay ocasiones en las que cambian las condiciones de las personas atendidas», subraya su titular. Esto sucede cuando se producen modificaciones en las posibilidades económicas o las capacidades funcionales, pero también cuando el demandante se traslada a una residencia.

«Estamos al día con la tramitación, no constan tareas pendientes. Cada mes se revisan las valoraciones y, si hubiera algún tipo de descuadre o desfase, recibiríamos una llamada de atención, lo que no ha sucedido», argumenta Suárez. Ante los testimonios de quejas de algunos familiares, que critican retrasos superiores a los tres meses en la entrada en funcionamiento de la prestación, la concejala responde que «la resolución es bastante ágil, pero hay diferentes circunstancias».

No está cuantificado el tiempo existente entre la aprobación de un expediente hasta la entradaefectiva de la profesional en la vivienda. En todo caso, el procedimiento requiere que, cuando se comunica la resolución, los beneficiarios o sus familiares «tienen un periodo para tomar sus decisiones» y contestar a la administración si están de acuerdo o no con la propuesta.

El pasado mes de mayo se experimentó cierto «agobio» en las diligencias, ya que coincidió con los procesos de estabilización de empleo de los funcionarios. Algunas de las trabajadoras dedicadas a estasl abores «estaban inmersas en el proceso», ya fuera porque se presentaban a las pruebas o porque formaban parte de los tribunales. «Hubo mayor apuro a la hora de llevar a cabo los trámites, pero estamos completamente al día», remarca. No hay lista de espera porque «la ley de dependencia no lo permite», defiende Suárez.