Araúz de Robles, mejor ganadería de los encierros de Cuéllar
El hierro jienense se alza con el galardón por tercer año consecutivo en reconocimiento a la bravura de sus reses
Los toros de la ganadería jienense de Araúz de Robles se alzan, por tercer año consecutivo, con el trofeo a la mejor ganadería de los ... encierros de Cuéllar, un galardón que entrega cada año la entidad organizadora de estos eventos taurinos. Se trata de un hito, pues es la primera vez en la historia del municipio que el mismo hierro consigue este reconocimiento en tres ocasiones.
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El trofeo a la mejor ganadería de los encierros tiene por finalidad la mejora de la organización de los ancestrales encierros que se celebran en la villa de Cuéllar, premiando la mejor selección del ganado bravo utilizado en los mismos. Su objetivo es premiar al hierro que aporte el mejor encierro dentro del ciclo anual. La Asociación Encierros de Cuéllar reúne en un jurado a representantes de agrupaciones involucradas en el desarrollo del encierro, de caballistas, pandas y peñas, corredores y medios de comunicación.
En esta ocasión, fueron once los miembros del jurado, de los que seis votaron como mejor ganadería a los de Araúz de Robles, mientras que los cinco restantes apoyaron el hierro de Aurelio Hernando. El resto de las ganaderías de este ciclo no obtuvo ningún voto.
Los astados de Araúz de Robles protagonizaron un encierro limpio el 31 de agosto, con bonitas carreras, aunque con la manada algo disgregada; y toros con fuerza. Todo ello después de una bonita salida de corrales, un rápido paso por la zona de Las Máquinas, con la manada dividida en dos grupos, con cuatro y dos astados, que pudieron unirse antes del paso del túnel.
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En el momento de pasar bajo la autovía, la manada se dividió nuevamente, por lo que en un primer momento solo cruzaron cuatro reses. Hubo que utilizar a los mansos para poder reunir a la manada. El ganado, a pesar de las dificultades, presentó un comportamiento noble en el campo y mostró su calidad en las calles, donde entraron en dos grupos diferenciados de nuevo, aunque la manada se disgregó aún más a lo largo del recorrido.
Las reses imprimieron su fuerza en el casco urbano, iniciando su ascenso por la calle Parras en tres grupos de dos bravos, lo que permitió a los corredores poder realizar bonitas y vistosas carreras. Muchos mozos mostraron su satisfacción al concluir el encierro y el espectáculo en general fue positivo, tanto para participantes como para el público que llenó las talanqueras.
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Debate
Durante el debate previo a la votación, los miembros del jurado apuntaron distintas cuestiones positivas y negativas. Entre estas últimas se señaló el polvo y la falta de riego en algunos puntos clave, como la salida de corrales o el último tramo del embudo, donde la falta de visibilidad puede provocar diversos percances.
Se recriminaron aspectos como que algunos caballistas no hayan accedido a los corrales por el camino marcado, distintas actuaciones de los pastores, reclamando explicaciones a los responsables y la necesidad de mayor coordinación; la falta de información al público sobre el estado del encierro en los momentos que una de las reses se queda disgregada en el campo o la decisión de meter un toro a las calles 45 minutos después del resto del encierro.
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Entre los positivos, se apuntó cómo el ciclo ha sido bueno en las calles, a excepción del encierro de Montes de Oca, o medidas que han funcionado, como el control a los caballistas, aunque se pidió que se extienda también a los colaboradores de la dirección de encierros. A ello se suma la buena labor al colocar los toros dentro de los corrales del río Cega o el funcionamiento del camión con los bueyes que realiza el recorrido campestre y que se ha utilizado en distintas ocasiones.
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