Antonio García, lateral izquierdo del Granollers
«El ambiente de Nava es el más sano que he visto yo en cualquier pabellón»
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Antonio García, lateral izquierdo del Granollers
«El ambiente de Nava es el más sano que he visto yo en cualquier pabellón»El destino ha querido que la última pista que visite Antonio García Robledo (La Llagosta, 6 de marzo de 1984) como profesional sea en Nava ... de la Asunción, un pabellón que le ha dejado huella en una dilatada carrera de 22 años que cierra él porque quiere. La despedida oficial será la semana que viene en Granollers, su casa, donde se retira con la cuenta pendiente de los títulos, algo que se empeñará por remediar en su nueva vida desde los banquillos. Los reconocimientos desde que anunciara su adiós por pistas de media Asobal tendrán un último capítulo el domingo en tierras segovianas.
–Acaba su periplo en un pueblo que estaba en Segunda Nacional cuando empezó su carrera.
–Pues sí. Nava es una de las pistas que más he tardado en visitar. Todo el mundo me hablaba súper bien del ambiente y la primera vez que jugué allí me sorprendió muy gratamente. Aparte de que la afición anima mucho, hay mucha gente y se crea presión en el pabellón, creo que es el ambiente más sano que yo he visto en cualquier pabellón. No he visto ni una falta de respeto hacia el equipo contrario, siempre nos piden que pasemos a dar la mano como visitantes, se han hecho fotos con nosotros… Es algo que solo he vivido allí.
–Ha visto muchos pabellones…
–Sí, muchísimos, pero es la realidad. Vivir un partido de balonmano apoyando a tu equipo. Es algo que, desgraciadamente, no se ve mucho.
–¿Qué piensa al ver a un pueblo de 3.000 habitantes en Asobal?
–Joder, creo que tiene muchísimo mérito. El hecho de trasladar el ambiente del pueblo a un pabellón es muy bonito y hace que los jugadores se beneficien. Tienen una plantilla con históricos. Yo conozco a muchos de ellos y están tremendamente orgullosos de representar al equipo de Nava. Eso significa que desde un pueblo pequeño se puede competir como cualquier equipo grande.
–Los dos únicos clubes de Asobal a los que no ha ganado Nava son Barça y Granollers.
–[Ríe]. Ojalá dure por lo menos un partido más. Nos jugamos muchísimo, queremos meter presión al Bidasoa y luchar por esa segunda plaza hasta el final. Sabemos que ese ambiente que se vive ahí hace que el partido dure los 60 minutos. Vamos a tener que jugar a nuestro mejor nivel, y hasta el final. Nos pasó el año pasado, podían remontar cualquier marcador ante cualquier equipo. Me gusta jugar en partidos calientes, con presión. Y no creo que sea solo yo. Al final, entrenamos para jugar contra los mejores, con la máxima presión y ante el mayor público posible.
–¿Qué siente cuando recibe un balón caliente en el tramo final?
–La responsabilidad de que el equipo ha preparado una acción para poder llevarse el partido. En el Granollers estos años hemos entendido que en los momentos calientes es cuando más disciplinados tenemos que ser.
–¿Cómo decidió dejarlo?
–No es fácil. Y ahora, que se está acercando el momento, lo paso peor porque sigo disfrutando muchísimo en la pista. Es lo que llevo haciendo toda mi vida. Gracias a Dios voy a poder despedirme a mi mejor nivel y la decisión la tomo porque no quiero que eso sea diferente. Estoy en el límite, cada día se me hace más duro porque el cuerpo me da lo que me da. Uno se tiene que retirar cuando los demás le dicen que no se retire; si lo hago cuando me digan 'retírate' es que ya no estoy en la pista como me gustaría.
–Desde su anuncio ha tenido un peregrinaje casi sagrado por muchos pabellones. ¿Cómo lo vive?
–Con mucha emoción, orgullo y te diría que con sorpresa. Tampoco soy un jugador al que se pueda relacionar con muchos sitios, como Torrelavega, pero la gente me trató con un cariño… Se me saltaron las lágrimas. Estoy súper agradecido a todas las aficiones. Y contento porque eso significa que a lo mejor he transmitido lo que quería: competitividad con respeto y cariño a toda la gente del balonmano. Que somos poquitos y nos tenemos que cuidar entre nosotros.
–En otra época, su trayectoria hubiera acarreado más títulos. ¿Le falta eso?
–Seguramente me faltan. Con la selección he conseguido mucho más de lo que nunca hubiera imaginado. Tengo una liga Asobal y una Copa del Rey con el Barça; con el Paris Saint Germain, igual. Es verdad que me ilusión hubiera sido levantar un título con el Granollers. Hemos estado muy cerca: la final four de Flensburg o la Copa del año anterior contra el Barça. A ver si después de jugador soy capaz de conseguirlo.
–¿Ganar en el Palau al Barça cuenta como título?
–Es algo muy bonito. Joder, me iba a retirar sin ganar ni una vez al Barça, lo he conseguido en la última vez que jugué contra ellos. Me puedo morir tranquilo diciendo que he vivido algo así, pero no es un título. La historia del Granollers merece mucho más.
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–¿Es el Barça la maldición de esta liga?
–Yo creo que es la bendición. El Barça hace que la Asobal esté lo más alto a nivel europeo. La maldición es que el resto estamos demasiado lejos, pero es por defecto nuestro. Hay que trabajar mejor para poder acercarnos.
–¿Y ahora qué?
–Voy a seguir vinculado al Granollers, sobre todo, con la base. Y echar una mano en el equipo profesional. Empiezo de cero como entrenador; tengo ya la formación, todos los títulos, ahora me falta la experiencia.
–Con lo que sabe ahora, si pudiera hablar consigo mismo antes de su debut en Asobal, ¿qué le diría a ese chaval?
–Que viva al máximo de sus posibilidades cada experiencia que le da el balonmano. Pon todo lo que tengas encima de la mesa para estar preparando cuando llegue la oportunidad. Así no me tendría que achacar nada en caso de no aprovecharlo.
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