Alejandro González-Salamanca, durante la entrevista. Antonio Tanarro
Alejandro González-Salamanca | Concejal de Patrimonio Histórico

«El Acueducto es el símbolo de Segovia y su conservación no implica aislarlo en una urna»

El edil defiende la vigilancia que realiza la Policía Local y anuncia la colocación de placas informativas en el suelo, «en arcos alternos»

Carlos Álvaro

Segovia

Viernes, 29 de agosto 2025, 08:41

Con más de dos mil años de antigüedad, la conservación y la vigilancia del Acueducto son motivo de preocupación constante para los segovianos, celosos guardianes ... del bienestar de su joya más preciada, emblema y símbolo de la ciudad y patrimonio de toda la humanidad. El concejal de Urbanismo y Patrimonio Histórico, Alejandro González-Salamanca, defiende que el estado de la construcción romana es bueno y que el Ayuntamiento hace «lo que puede» para garantizar su conservación, aunque admite que todo es mejorable. El edil responde a las recientes controversias sobre la salud del Acueducto y habla de futuros proyectos para el entorno.

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-¿En qué estado se encuentra realmente el Acueducto de Segovia? ¿Hay motivos para la alarma?

-El Acueducto está perfectamente conservado, con los achaques propios de una construcción que tiene dos mil años de antigüedad. De hecho, existe un programa de conservación que se va ejecutando conforme a lo previsto, siempre ajustado a las necesidades del monumento y a las disponibilidades presupuestarias. Algunas afirmaciones que hemos podido oír recientemente, sobre todo en medios nacionales, están alejadas de la realidad. En Segovia hay un consenso generalizado en torno a que el Acueducto está bien conservado. Desde luego, nuestro compromiso es mantenerlo en óptimas condiciones.

-¿Corresponde a ese programa de conservación la limpieza de algunos pilares que se ha realizado este año?

-Sí. Este mismo año se ha efectuado una limpieza exhaustiva de la parte del Acueducto que discurre entre el desarenador de Padre Claret y la plaza de Día Sanz, de la pila 1 a la 75. Se han retirado hierbas y vegetación en general, tarea que no es sencilla, pues precisa de técnicas adecuadas para no dañar las piedras: el personal especializado seca primero la vegetación y después la retira. Antes de que concluya el año, una vez terminada la etapa de nidificación de los vencejos, se procederá a la limpieza del resto de las pilas, lo que obliga a intervenir en la parte central del monumento. Estas tareas sirven también para inspeccionar la piedra y detectar cualquier deterioro que haya podido producirse. Como ve, estamos muy pendientes del mantenimiento y la conservación del Acueducto.

-En la plaza de Día Sanz se han detectado problemas en dos pilares, ¿cuál es la situación?

-En Día Sanz se están analizando dos pilares con ciertos problemas. Los técnicos han detectado residuos de plomo y están evaluando si el deterioro que se produce en estas pilas es consecuencia o no de la existencia de ese plomo. En cualquier caso, se adoptarán las medidas oportunas.

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-¿Y del arco de Avendaño, tan afectado por las filtraciones?

-Son filtraciones ocasionales que se producen por la acumulación de vegetación en el canal. Para el próximo ejercicio sacaremos adelante un contrato de conservación y mantenimiento de todo el Acueducto, y abordaremos el problema.

-¿Considera suficiente esta rutina de conservación o hace falta algo más?

-Todo es mejorable. Nos gustaría contar con un plan de conservación más ambicioso, pero eso requiere una financiación tripartita entre el Ayuntamiento, la Junta de Castilla y León y el Estado. No tengo quejas del Ministerio de Cultura ni de la Junta, que actúan con diligencia, pero un plan integral necesita fondos adicionales. Si estas administraciones aportan, el Ayuntamiento también lo hará. En el momento que haya financiación, abordaremos ese plan que sin duda mejorará la conservación existente. Mientras tanto, seguiremos trabajando con lo que tengamos.

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-¿En qué punto se encuentra ese acuerdo tripartito del que ya en su día habló el ministro Iceta?

-El Ministerio de Cultura ha proporcionado subvenciones puntuales, como la que permite financiar los trabajos en la pila 75, y las agradecemos mucho. Sin embargo, para acometer un plan integral, son necesarios unos presupuestos estatales de los que, de momento, nada sabemos. Igualmente estamos esperando una resolución sobre un proyecto para adecentar el entorno de la Veracruz y San Marcos, y ya va para dos años. Sin financiación, sin Presupuestos Generales del Estado, es difícil avanzar.

-¿Han hablado ustedes con el Ministerio?

-Hemos hablado con el Ministerio y no hay presupuestos, no hay financiación, no hay 2% Cultural, no podemos hacer lo de San Marcos... Es que un Gobierno sin presupuestos no puede funcionar.

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-¿Cuenta el Acueducto con vigilancia?

-No hay una patrulla permanente exclusiva para el Acueducto, pero la Policía Local lo incluye en sus rutas de vigilancia, como el resto de los monumentos de la ciudad. Y las sanciones por infracciones, como subirse a los arcos, demuestran que esa vigilancia existe. También hay una cámara de seguridad en la zona de la Academia de Artillería, y estamos valorando ampliar este tipo de cobertura. Sin embargo, debemos ser sensatos: no podemos destinar recursos desproporcionados a un solo monumento. La Policía Local de Segovia, con una plantilla muy limitada, hace un gran esfuerzo, y que un visitante venga y apoye su mano en un pilar, pues, hombre, no nos gusta, pero tampoco es una tragedia.

«Que alguien apoye su mano en un pilar no nos gusta, pero tampoco es una tragedia»

-Supongo que ahora mismo es una quimera destinar una pareja de agentes todo el día a vigilar el Acueducto. ¿O lo han pensado?

-La Policía Local tiene sus planes y cubre sus rutas, pero, en este momento, con la infradotación de plantilla que hay... Ahora se han convocado nueve plazas para policías locales... Cuando tengamos una plantilla dotada convenientemente, nos lo podremos plantear. Pero, repito: el Acueducto está vigilado. Como concejal de Patrimonio, todas las semanas incoo expedientes sancionadores. Y eso quiere decir que la Policía Local está pendiente del Acueducto y cumple con su obligación.

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-Hay propuestas, como la de Amigos del Patrimonio, que sugieren una vigilancia más constante, incluso a través de agentes no policiales que con un silbato prevengan conductas incívicas. ¿Valoran algo así?

-Son los funcionarios públicos, como los policías locales, quienes deben desempeñar funciones de autoridad. No creo que sea viable asignar personal no policial para vigilar el Acueducto las veinticuatro horas. Nuestra prioridad es completar la plantilla de la Policía Local, que ya trabaja intensamente. Las sanciones que imponemos regularmente demuestran que el monumento está vigilado. Si hay sanciones es porque la Policía Local denuncia.

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-Sí, pero hay piedras que se caen y...

-No, no, no. Las piedras no se caen. Las piedras se retiran. Las piedras no se caen solas, y si se refiere a la célebre piedra de Avendaño, sabemos cómo estaba, porque la teníamos monitorizada, y para que esa piedra se haya desprendido, alguien ha tenido que retirar tres piedras antes. Yo no sé quién ha arrancado la piedra, si es que la ha arrancado alguien, pero estoy casi convencido de que no se ha caído sola.

-Amigos del Patrimonio plantea que algunas actividades en el entorno del Acueducto restan respeto al monumento, y su presidente, Pedro Montarelo, habla de la necesidad de que el Acueducto y su entorno sean un espacio de respeto.

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-La opinión del señor Montarelo es muy respetable, pero el Acueducto es el símbolo de Segovia y su conservación no implica aislarlo en una urna. Nuestros antepasados han convivido con el monumento y, en parte, gracias a eso, lo tenemos en muy buen estado. Las actividades en el Azoguejo y en la plaza Oriental no dañan el Acueducto; al contrario, lo visibilizan y atraen visitantes que contribuyen a la economía local. Por ejemplo, el Alcázar y la Catedral se mantienen gracias a las entradas de los turistas. El Patronato del Alcázar ha hecho una magnífica restauración de la plaza de la Reina Victoria Eugenia, y eso beneficia a toda la ciudad, pero son los visitantes los que ayudan a financiar actuaciones de ese calado. No podemos convertir Segovia en un decorado. Segovia es una ciudad viva.

-Precisamente, el Patronato del Alcázar ha conseguido hacer de esa plaza un espacio de respeto: cuenta con seguridad privada, está prohibido fumar, no se permite la entrada de mascotas que orinen en las baldosas... Quizá hagan falta en el Acueducto medidas más estrictas.

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-Vamos a ver. El Acueducto, a diferencia del Alcázar, está en una vía pública, en un lugar muy de paso, muy de dominio público, y no se pueden aplicar las mismas restricciones. No creo que los eventos que se organizan dañen el monumento. Todo está controlado y vigilado. Pero, bueno, siempre estaremos abiertos a valorar si determinados eventos pueden organizarse de forma diferente para minimizar aún más el impacto. Mire, tanto en el Azoguejo como en la plaza Oriental vive gente, poquita pero vive, hay comercios, establecimientos de hostelería... No podemos aislar el Acueducto. La vida pasa entre sus pilares.

-¿Instalarán placas informativas para concienciar a los visitantes?

-Hace seis u ocho meses diseñamos unos pictogramas que advierten sobre la prohibición de tocar y subir al Acueducto. Inicialmente, se plantearon postes de aluminio, pero la estética no nos convenció. Ahora estamos trabajando en unas placas que se instalarán en el suelo, en arcos alternos, a lo largo de todo el monumento, desde el desarenador hasta el Postigo. Estas placas han de ser visibles, estéticas y seguras. Necesitamos la aprobación de la Comisión de Patrimonio, pero el proyecto está en marcha.

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-Sobre los bolardos que el Ayuntamiento retiró frente a la calle San Juan, ¿hay planes para reponerlos?

-Nuestros planes no pasan por dejar ese espacio abierto, ni mucho menos. Por lo tanto, está previsto reponer esos bolardos. Y se hará cuando toque. Todo lo que contribuya a la conservación del Acueducto se hará, no le quepa la menor duda, pero no porque nos lo digan, sino porque lo tenemos previsto.

-¿Reformarán la plaza Oriental?

-A la Plaza Oriental hay que darle una vuelta y así lo tenemos planificado. Es necesario integrar mejor el entorno, cambiar la pavimentación, alejar el tráfico del Acueducto todavía más... Proyectos como el centro de interpretación del Acueducto, aunque controvertido por su elevado coste, forman parte de esta visión. Al comienzo de la calle Gascos hay una casa fuera de ordenación desde los años sesenta, y debemos afrontar el problema, aunque no es una prioridad inmediata.

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«Seamos sensatos: no podemos destinar recursos desproporcionados a un solo monumento»

-¿Cómo le gustaría que fuera esa plaza?

-Nos gustaría que fuera más amplia y que tuviera el tráfico más alejado del Acueducto de lo que ya está. Hacen falta nuevos diseños.

-El señor Montarelo dijo que este equipo de gobierno, en materia de Patrimonio, es menos receptivo con su asociación que otros. ¿Qué opina?

-No estoy de acuerdo. Hemos mantenido reuniones con ellos y valoramos sus aportaciones. Otra cosa es que tengamos concepciones distintas. Nosotros entendemos que el patrimonio tiene que ser vivido, ha de estar integrado. Segovia es una ciudad viva, no un escenario. Y vecinos y visitantes son esenciales para su conservación. No queremos ser rígidos; basta con seguir el ejemplo de nuestros antepasados, que nos dejaron un legado del que ahora disfrutamos.

-Quizá nos estemos obsesionando un poco y en cuanto vemos que alguien se acerca demasiado al Acueducto...

-Ya le he dicho: no me hace ninguna gracia que alguien se apoye en el Acueducto y debemos evitarlo siempre que podamos, aunque no creo que al monumento vaya a pasarle nada porque una persona ponga la mano en él. Peor es que alguien manipule los sillares o extraiga material -producto de la mateorización natural de las piedras- de las juntas de los sillares, como ha ocurrido en casos puntuales. Eso es una infracción grave. Nuestra política es clara: trabajamos todos los días para conservar el Acueducto, siguiendo una planificación que da continuidad al esfuerzo de administraciones anteriores. En este sentido, no buscamos ponernos medallas ni pretendemos acumular más méritos que otros equipos de gobierno, porque todos han contribuido a conservar el Acueducto. El Acueducto es un legado colectivo, y nuestro objetivo es dejar el patrimonio en mejor estado del que lo encontramos, como hicieron nuestros antepasados, que fueron lo suficientemente audaces como para, por ejemplo, trasladar el claustro de la antigua Catedral a la nueva, y gracias a eso se conserva. A mí me gustaría que nosotros también fuéramos así de atrevidos y pudiéramos dejar mejor patrimonio para las generaciones venideras.

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