Salamanca apuesta por autobuses de gas natural en detrimento de los eléctricos
El Ayuntamiento incorpora cinco unidades más y alega que los vehículos eléctricos son más costosos, tienen menos autonomía y son propensos a las averías
El Ayuntamiento quiere seguir incrementando y renovando su flota de autobuses, pero tiene muy claro que la senda a seguir pasa por la adquisición de vehículos propulsados por gas natural.
Este planteamiento provocó un intenso cruce de opiniones en la reunión que celebró el pasado 26 de mayo la Comisión de Bienes yContratación del Consistorio, con motivo del debate que se entabló en torno a la futura incorporación de cinco nuevos autobuses al servicio público de transporte urbano de viajeros en la capital, un punto que incluyó el correspondiente análisis por los grupos municipales en torno al reconocimiento de la subvención de capital que corresponde en la condiciones estipuladas en el contrato del servicio del autobús urbano, adjudicado y gestionado por la empresa Salamanca de Transportes.
El debate de aquella comisión resultó especialmente interesante, dado que la concejala de Podemos,Carmen Díez, preguntó al equipo de gobierno en torno a si existe y se encuentra operativo algún vehículo eléctrico dentro de la flota de autobuses, tal como se refleja en las actas de la reunión.
La respuesta del presidente de la Comisión de Bienestar y Contratación,el popular Fernando Rodríguez, no dejó lugar a dudas, dado que señaló que en el año 2021 cinco vehículos de la flota adscrita al servicio del autobús urbano cumplirán doce años de funcionamiento, por lo que deberán ser sustituidos por otros tantos autobuses de la modalidad Iveco, propulsados por gas natural,
La edil del Grupo Mixto verbalizó sus discrepancias con este tipo de adquisiciones, ya que, a su juicio, la compra de nuevos autobuses debería ser asumida directamente por elConsistorio y no por la empresa concesionaria.
El presidente de la comisión replicó argumentando que el pliego del contrato contempla este sistema de compra directa por el concesionario, a cambio de una subvención del Ayuntamiento con unos costes financieros «muy ventajosos». Por lo tanto, se «debe aplicar» este procedimiento, que presenta una serie de ventajas que aconsejaron su adopción, como es que no se subvenciona la parte correspondiente de IVA, lo que ya supone «un gran ahorro», además de ser un sistema mucho más ágil. También aclaró que el Ayuntamiento carece de técnicos con conocimientos en el mercado de autobuses y su posterior carrozado. En cuanto a los autobuses eléctricos, el edil recordó que hubo hace un tiempo una experiencia piloto que no prosperó, por ser vehículos que, a día de hoy, son menos competitivos y eficaces que los de gas natural, que es una tecnología también poco contaminante pero ya muy asentada.
Insatisfacción
Por su parte, el concejal de Policía,FernandoCarabias, añadió que la prueba en cuestión se llevó a cabo hace dos años y«no fue satisfactoria por tres motivos». En primer lugar, porque el precio de adquisición de un autobús eléctrico resulta más costoso y, en segundo lugar, porque la autonomía del vehículo es más costosa que la de un vehículo propulsado por gas natural y, finalmente, presentan una «cierta propensión a sufrir averías». De hecho, recordóCarabias, en otras ciudades le han confirmado que los últimos modelos han mejorado en materia de averías, pero mantienen aún una baja autonomía y un coste de adquisición elevado.
El concejal del PSOE, Marcelino García, preguntó qué se hace con los autobuses una vez que han sido dados de baja. Rodríguez respondió que se ha optado tanto por la subasta como por el achatarramiento, si bien la primera opción ha dado mal resultado, ya que es difícil encontrar un comprador en el mercado nacional que se interese por un autobús urbano con 12 años de antigüedad, una vez se abrió la opción de venta al extranjero, pero el coste de transporte en este caso es mayor que el relativo a la venta.