Denuncian que una secta vinculada a los 'miguelianos' capta jóvenes en Salamanca

Una mujer, vecina de la parroquia tudense de Rebordáns, acudió en la mañana de ayer a los juzgados de Tui (Pontevedra) para denunciar públicamente ante los medios que uno de sus hijos ha sido captado por una «secta» de Salamanca y para exigir que la Iglesia «dé la cara» e intervenga. Según aseguró a los medios de comunicación esta mujer, Isabel Sías, su hijo estuvo en contacto con la secta de los Miguelianos, con la que participaba en algunas «conferencias» y «reuniones», y, mientras estudiaba en Santiago, el joven fue captado por la Fraternidad María Estrella de la Mañana -con sede en Ledesma e inscrita en el Obispado como asociación pública de fieles-, un grupo que ella ha calificado como una «secta» de Salamanca.

Sías, que se mostró claramente afectada y estuvo acompañada por su esposo, denunció que «esta gente se aprovecha de la gente buena», «los pillan y desarman una familia», por lo que exigió que, «de una vez por todas, den la cara los obispos». «Que den la cara, limpien la porquería que hay dentro de la Iglesia, que se queden los buenos y se vayan los malos que están ensuciando la cruz de Cristo», remarcó.

Así las cosas, pidió que las autoridades «castiguen a ese desgraciado que está ahí adentro», en referencia al líder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, y «que castiguen al desgraciado que está en Salamanca. «Que no admitan esto, que no tapen la basura», apostilló.

La mujer incidió en que su hijo, de 36 años y el mediano de tres hermanos, «va a hacer 10 años» en este grupo salmantino, pero vino a indicar que ella no ha presentado una denuncia en los juzgados por miedo a perder a su hijo. «Mi hijo se puso en contra mía, por eso yo no he denunciado, porque sabía que lo iba a perder, porque esto les lava el cerebro. ¿Cuántas madres estarán sufriendo esto?», se cuestionó la mujer, que señaló que sí que ha remitido estas denuncias a sacerdotes, obispos, al Papa, al Rey y a cargos políticos, aunque no ha obtenido respuesta.

Prisión para el líder

Poco después de producirse esta denuncia y posterior declaraciones de Isabel Sías, el líder de la presunta secta de la localidad pontevedresa de Santa María de Oia, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, ingresaba en la cárcel de A Lama. El juez, que le tomó declaración durante más de cuatro horas, lo envió a prisión provisional, comunicada, pero sin fianza. Le imputó los delitos de asociación ilícita en concurso con asociación criminal y abusos sexuales.

El fundador de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, detenido el pasado jueves en la localidad madrileña de Collado Villalba, llegó ayer a los juzgados de Tui a las 9.35 horas y salió a las 14.00 horas escoltado por dos agentes de la Guardia Civil. Fue la última de sus comparecencias previstas para la instrucción de este caso, en el que hay otros tres detenidos, acusados también de asociación ilícita.

Una de las imputadas es Marta Paz, que se hace pasar por monja a pesar de que la Iglesia nunca la ha ordenado como tal. Se cree que es la mano derecha de Miguel Rosendo dentro de la presunta secta La Voz del Serviam, la organización que creó él después de que el Obispado de Tui (Pontevedra) lo apartase cautelarmente de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel tras recibir numerosas quejas sobre su conducta y llevar a cabo una investigación. Tras la declaración de Paz, el pasado sábado, el juez le impuso como medida cautelar la obligación de comparecer todas las semanas ante el juzgado. A ella también la detuvieron en Collado Villalba. Los otros dos procesados son un hombre y una mujer, ambos exmiembros de la Orden.

Las detenciones ocurrieron poco tiempo después de que antiguos miembros de esta organización aunque en muchos casos aún tienen familiares en su seno realizasen una denuncia pública. Durante una rueda de prensa acusaron a Miguel Rosendo y otros colaboradores de cometer abusos sexuales, físicos y psicológicos. También de enriquecimiento ilícito. Además interpusieron sendas denuncias ante la Guardia Civil, lo que motivó que el juzgado de instrucción número 1 de Tui abriese una causa declarada secreta bajo la que se llevan a cabo las detenciones y el registro de dos viviendas.