Real Valladolid
Los superpoderes de Guilherme FernandesLos paradones del portero portugués han permitido al Pucela asegurar 14 de los 20 puntos que atesora el equipo
El Real Valladolid cuenta con un superhéroe en la portería. No lleva capa (bueno, en la marca de la camiseta tal vez...) y muestra sus ... poderes con unos guantes preternaturales. Guilherme Fernandes se ha convertido en el gran seguro del Pucela. Sus intervenciones prodigiosas han permitido sellar hasta 14 de los 20 puntos con los que cuenta el equipo en la actualidad. Sin los paradones del guardameta portugués, otro gallo (y no de Barcelos) cantaría al Real Valladolid en la tabla.
El muro 'guilhermiano' ha defendido puntos de manera heroica en un total de ocho partidos de los 13 disputados hasta la fecha. Por empezar por el más reciente, Guilherme mantuvo el 0-0 en el Nuevo Mirandilla ante el Cádiz con un guantelete del Infinito que parece haber arrebatado a Thanos, el supervillano de Marvel. El paradón que ejecutó ante el remate a boca de jarro de Álvaro García Pascual en el minuto 45+3 de la primera parte encerró la gema del poder. Tampoco se arrugó Guilherme para abortar el lanzamiento de Tabatadze al inicio de la segunda mitad tras una pérdida muy peligrosa de Stanko Juric. Al final, 0-0 y un punto para la buchaca.
Sucede que Guilherme parece algunas veces Iron Fist, con sus puños de hierro, y otras Spiderman, con capacidad adhesiva en las palmas. En ocasiones, tiene la elasticidad de Mr. Fantástico. Y, con sus diferentes trajes, va aportando puntos al equipo. Las retinas pucelanas aún tienen fresca la imagen de su intervención en el minuto 85 frente al Deportivo en Riazor, con otra parada sobrenatural a remate de Loureiro para mantener la ventaja que luego se evaporó con el penalti final. En cualquier caso, esa acción acabó valiendo un punto.
En El Plantío contra el Burgos, Guilherme Fernandes también ejerció de titán. Corría el minuto 83, el Pucela mandaba en el marcador gracias al golazo de Chuki y Sergio González remató de cabeza una falta botada por Fermín. El portero voló y mandó el balón por encima de su travesaño con una estampa espectacular, una bicoca para los fotógrafos. Tres puntos asegurados en escenario hostil.
No tembló el portugués en el minuto 88 del choque ante el Mirandés en Zorrilla, con 1-1 en el marcador. Etienne Eto'o, hijo de Samuel Eto'o, se plantó ante Guilherme con la intención de emular las habilidades goleadoras de su padre. No ante el superhéroe del Pucela, my friend, que tapó cualquier posibilidad con su salida en otra gran parada. Punto asegurado en la faltriquera.
Uno también se pregunta qué habría sucedido en el vibrante duelo de gallos de la quinta jornada en Zorrilla, entre el Real Valladolid y la UD Almería si Guilherme no hubiera enmendado la falta que cometió en el área sobre Nico Melamed y que costó un penalti en contra del Pucela en el minuto 11. Todo pintaba bien entonces para el cuadro indálico, que ya veía la posibilidad de ponerse por delante y crear nerviosismo en la parroquia local... hasta que Guilherme adivinó la intención de Embarba desde el punto funesto y abotró la pena máxima. Fue un momento de inflexión, con cambio de guion. El Real Valladolid acabó ganando por 3-1 y la parada de Guilherme abrió el camino de los tres puntos con un primer chute de moral.
El cancerbero luso mantuvo la puntuación del Pucela en Zaragoza, con una gran mano enguantada en el minuto 80 que impidió que el equipo maño se pusiera por delante. El envío de Cuenca al área se envenenó tras tocar en David Tores y Guilherme mostró su felinidad para evitar que se rompiese el 1-1 que había enmendado Víctor Meseguer. Bien, Guilherme, bien. Otro punto más en el casillero del Pucela gracias a tus reflejos.
Y lo mismo en el 0-0 de Zorrilla ante el Córdoba con otro vuelo estratosférico para repeler el latigazo de Kevin y recuperar la pelota con la ayuda del travesaño en el minuto 80. PA-RA-DÓN.
Guilherme ya había mostrado el traje de personaje de Marvel (o de DC Comics) en la segunda jornada frente al Castellón para asegurar la victoria en el minuto 95, cuando mandó a córner el venenoso disparo de Calatrava, recuperando brillantemente la posición tras un despeje de puños.
Guilherme Fernandes podría ser el nombre de una muralla, una cerrajería o una empresa de termosellado. Felizmente hasta la fecha, es un superhéroe que defiende con brillantez la portería del Real Valladolid.
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