El CSD autorizó el 13 de junio la entrada de Ignite en el Real Valladolid, pero la venta no se ha consumado

El proceso en el CSD ha seguido una doble vía, ya que el cambio de propiedad blanquivioleta afecta a dos empresas diferentes. Por un lado, el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, dictó una resolución el pasado 5 de junio para autorizar la adquisición por parte de la mercantil Ben Oldman Loan Partners SARL de un 33,26% del capital social del Real Valladolid CF SAD. Todas las operaciones que impliquen un cambio igual o superior al 25% del accionariado en una sociedad anónima deportiva deben obtener una autorización previa del Consejo Superior de Deportes.

Con Ben Oldman Loan Partners no hubo problemas en este punto inicial y el CSD dio pronto el visto bueno para la entrada en el Real Valladolid de este fondo de inversión, constituido el 31 de julio de 2014 en Luxemburgo e inscrito en el Registro Mercantil de aquel país bajo las leyes del Gran Ducado de Luxemburgo. El CSD autorizó que Ben Oldman Loan Partners «pasaría a ostentar el 33,26% del capital social» del club blanquivioleta «en caso de formalizar la compraventa autorizada».

El organismo público requirió «información adicional» a Ignite Spain Sports SLU, cuya inscripción en el Registro Mercantil español se efectuó seis días más tarde, el pasado 11 de junio, con el mexicano Gabriel Solares como administrador y socio único de la empresa. Para disponer de una empresa con la que operar, Solares recurrió a una 'sociedad dormida' de la asesoría madrileña Lawyers and Accountants, denominada inicialmente Rialto Investments tras su constitución el 25 de marzo de 2025. Solares compró esta sociedad, inactiva pero lista para funcionar de manera inmediata, y se ejecutaron los cambios pertinentes de denominación social, administrador y socio único, en este caso el propio financiero mexicano, la cabeza visible de los inversionistas con los que Ronaldo Nazário anunció un acuerdo el pasado 23 de mayo.

Con esa inscripción el Registro Mercantil, el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, dictó dos días más tarde, el pasado viernes 13 de junio, una «resolución de autorización de adquisición de participación significativa de la misma S.A.D. por parte de la mercantil Ignite Sports Spain S.L.U., que en caso de formalizar la compraventa autorizada pasaría a ostentar el 54,36% del capital social de la S.A.D», según la confirmación oficial ofrecida por el propio Consejo Superior de Deportes.

Con esa autorización, ya sólo quedaba que tanto Ben Oldman Loan Partners SARL como Ignite Sports Spain SLU, comunicasen al CSD que la operación de compraventa se había llevado a cabo, algo que no sucedió entonces ni en los días venideros, por lo que el cambio accionarial en el Real Valladolid aún sigue pendiente.

Para que la venta del club blanquivioleta sea una realidad, estos dos cambios accionariales superiores al 25%, y que sumarían un 87,62% del capital social del club blanquivioleta (a la espera de su consumación) deben aparecer en el Registro de Participaciones Significativas de las Sociedades Anónimas Deportivas, un hecho del que aún no hay constancia oficial. De esta manera, el proceso de venta del Real Valladolid sigue pendiente de ejecución. Fuentes del CSD confirman que, con fecha del pasado miércoles, no se había producido la comunicación de «ninguna de las operaciones autorizadas» tanto por parte de Ignite Sports Spain como de Ben Oldman Loan Partners. Por tanto, el Real Valladolid sigue oficialmente con Ronaldo Nazário como presidente y máximo accionista.

El club blanquivioleta emitió un comunicado oficial el pasado 23 de mayo para apuntar que el «presidente del Consejo de Administración y accionista mayoritario del Real Valladolid Club de Fútbol, Ronaldo Luis Nazário de Lima» había comunicado «la firma de un acuerdo para la transmisión del paquete mayoritario de acciones del Club a un grupo de inversión norteamericano con el respaldo financiero de un fondo europeo», sin citar los nombres de las dos sociedades compradoras. Además, añadió que esa operación quedaba «sujeta a la autorización administrativa del Consejo Superior de Deportes, conforme a la normativa vigente».

No había más asteriscos en principio, a pesar de que el proceso de venta podía verse condicionado por la demanda presentada por Ágora Inversiones Patrimoniales SA, accionista minoritaria del Real Valladolid con 9% de las participaciones, tras la ampliación de capital ejecutada el 24 de octubre de 2024 por la mayoría accionarial que representaba Ronaldo Nazário y que se efectuó sin prima de emisión.

El viernes 7 de mayo, medio mes antes de anunciarse el acuerdo para la venta del club, ya se había fijado la fecha para la audiencia previa de este proceso, que iba a tener lugar el 17 de junio en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Valladolid. Por tanto, todas las partes estaban al tanto de esa situación. Un día antes de celebrarse la audiencia previa, tras la que se acudiría a juicio en el caso de no llegar a un acuerdo, ese mismo Juzgado concedió un plazo de 20 días a Tara Sports 2018 SLU (la sociedad unipersonal de Ronaldo Nazário) para contestar a la demanda por la ampliación de capital, lo que se interpretó como una maniobra dilatoria de todo el proceso.

Ahora, la pelota de la venta del Real Valladolid ya no está en el tejado del CSD y sí en el de los compradores que llegaron a un acuerdo, aún no consumado, con Ronaldo Nazário hace un mes.