La burbuja
Desde la grada ·
El autor recuerda los desmanes y despilfarro en los que se ha movido el fútbol en los últimos años y las consecuencias que va a provocar esta crisis en la cuenta de resultados de los clubescarlos pérez
Valladolid
Viernes, 24 de abril 2020, 10:10
«Nuestra más grave y definitiva perversión es esa ansia de arriesgar nuestras vidas. Venimos de la noche y vamos hacia la noche. ¿Qué necesidad ... hay de vivir en la noche?» Esta frase del libro de John Fowles titulado 'El Mago' sirve para explicar el ansia en el que vive el fútbol. Lo que David Espinar llamó burbuja en realidad es ansia viva. El fútbol ha vivido siempre por encima de sus posibilidades y ha tenido que ser rescatado más veces que la banca. El dinero de las quinielas, el Mundial de España, la conversión en sociedades anónimas y para terminar los concursos de acreedores. Siempre ha sido querer más para gastar más, nunca para construir algo con una base robusta. Ahora por primera vez en la vida el fútbol depende de sí mismo. Genera lo suficiente como para no depender de rescates porque además hay un control económico y financiero que no permite determinados desfases (aunque hecha la ley, hecha la trampa).
No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refranero. El fútbol no quiere matar esa gallina de los huevos de oro que es la televisión y se ha empeñado en terminar la liga. No sabemos si se va a poder empezar la siguiente y queremos terminar ésta. No sabemos cuando vamos a tener público en las gradas, pero queremos empezar.
¿Qué pasará si empezada la competición hay un caso en un equipo? Cuarentena de dos semanas más otras dos de mini pretemporada. A dos partidos por semana 8 partidos aplazados. Y eso si solo es uno. De verdad que no lo entiendo. Siempre pillados de fechas y con problemas cuando hay un partido atrasado y ahora nos queremos meter en la boca del lobo voluntariamente. No aprendemos.
El problema no es sólo para este año. La temporada que viene no está asegurada ya que dicen los expertos que habrá otro brote en otoño. Casi seguro no habrá aficionados en las gradas hasta el 2021 y eso suponiendo que haya jugadores en el campo. ¿Cómo van a confeccionar sus plantillas los equipos si no se sabe qué ingresos van a tener? ¿Cómo van a hacer las campañas de abonados? Yo no exijo nada este año. No pienso pedir la devolución de la parte de la temporada que no he visto. Pero no quiero que la temporada que viene pase lo mismo, porque ya no sería un imprevisto. Estamos avisados.
¿Cómo pueden estar tan seguros de que la idea funcionará? ¿Cómo pueden ser tan torpes? Quizá cuando la gente desea tan desesperadamente una cosa, esa misma ansia les hace creer en cualquier cosa que pueda proporcionársela. Y eso es un error.
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