Los banquillos del estadio Zorrilla se integrarán en una grada que crece en 1.594 butacas
El Real Valladolid presentó hoy la primera fase del proyecto de reforma integral del estadio, en la que se acometerá la eliminación del foso y que tendrá un coste de 2 millones de euros
El Nuevo José Zorrilla presentará un aspecto completamente diferente en el primer partido de la próxima liga que se dispute en el coso del Real ... Valladolid.
Durante la mañana de hoy se ha presentado ante los medios de comunicación la primera fase de la reforma del estadio, en la que durante los tres próximos meses se eliminará el foso y se aumentará la grada en 1.594 butacas.
Los trabajos, ya en marcha desde hace dos semanas, permitirán aprovechar el espacio creado con la eliminación de la zanja de cemento y la rebaja del campo en 80 centímetros para añadir tres líneas nuevas de asientos y poner en valor la zona inferior del graderío que se convierte en «una joya», en palabras del arquitecto Javier Iribarren, encargado de la obra.
En su opinión esta intervención, que tendrá un coste aproximado de 2 millones de euros, permitirá mejorar la cercanía del público con los jugadores y de paso optimizar la conocida como 'U televisiva', la zona en la que se ubica la publicidad que captan las cámaras que apuntan hacia el campo.
En uno de los cambios más evidentes a nivel visual, los banquillos desaparecerán del césped y se integrarán en la grada, a ambos lados del túnel por el que acceden los futbolistas al campo. Detrás de ellos se colocará además una zona VIP con entre 24 y 48 asientos que permitirá ofrecer «una experiencia diferente» a los espectadores, como aseguró Iribarren, que definió la obra como «un gran reto» debido a que su plazo de ejecución no puede ser superior a tres meses.
Un plan b
Pese a que la obra afecta a 14.000 metros cuadrados (12.000 de ellos correspondientes al terreno de juego), las actuaciones no están consideradas como excesivamente complejas, «aunque sí muy extensas». Por ello, la prioridad pasa por tener listo el campo para la primera jornada de liga que se dispute en Zorrilla, algo que aseguró Iribarren dejando claro que existe «un plan b» en el que si los plazos se convierten en inalcanzables se priorizará que el campo de juego esté listo a tiempo.
La rebaja de la altura del césped trae consigo la eliminación de toda la obra de drenaje que se realizó hace ahora doce meses e incluirá la preinstalación de un sistema de calefacción bajo la hierba que podría colocarse en posteriores reformas que afectarán a otros aspectos del campo como la iluminación, para cuya actualización según David Espinar, director del Gabinete de Presidencia del Real Valladolid, «el club cuenta aún con la moratoria por ser equipo recién ascendido». Como reconoció el propio Espinar, el resto de proyectos de actuación en Zorrilla se encuentran aún en «una fase muy iniciaria» y no se han establecido las fechas en las que se acometerán, aunque el club ha decidido dar prioridad a las actuaciones sobre el foso y la grada porque «son las únicas en las que se puede trabajar solo cuando no hay competición».
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