Bálsamo copero para el Real Valladolid
El autor del texto rememora sus recuerdos de partidos épicos del Real Valladolid en el torneo del KO
TONY POLA
Lunes, 16 de diciembre 2019, 22:00
Regresa la Copa del Rey y lo hace con un formato con menos partidos que puede darnos alguna que otra sorpresa. El torneo puede ... ser ese bálsamo para un Pucela que acusa la falta de gol y que necesita encontrar propuestas tácticas y nombres nuevos que aporten algo diferente. La grada sueña con ver golear a Miguel y quiere conocer a otros como Aguado o Lunin. En estos momentos previos, recuerdo dos partidos coperos que marcaron mi adolescencia y nos hicieron soñar. Obviaré la final de Copa del 89, que según dicen merecimos ganar, pues solo tenia 4 años y hablaré de dos encuentros en los que, casualidades de la vida, Sergio y Ronaldo jugaban en los equipos rivales.
Corría el mes de enero del año 2005 y el Real Valladolid languidecía, tras haber descendido la temporada anterior, en Segunda División. Una de las pocas alegrías que nos concedió ese año el destino fue jugar los octavos de final contra todo un Real Madrid, apodado 'el equipo de los galácticos'. En la ida, los blancos no arriesgaron en Zorrilla y el marcador deparó un aburrido empate a nada. El conjunto entrenado por Luxemburgo se las prometía muy felices y, en el partido de vuelta, reservó a gente como Raúl, Zidane y nuestro actual presidente, Ronaldo. El Pucela, con jugadores como Óscar Sánchez, Rafa, Jonathan, Antón o Losada en el once inicial, aguantó la primera parte sin encajar, aunque en la segunda mitad se vio superado por un gol de Owen. Lo que ocurrió después, forma parte de la memoria de muchos aficionados: Xavi Moré consiguió el empate con una buena jugada individual que eliminó, por el valor doble de los goles visitantes, a un equipo multimillonario.
Otro partido copero que me marcó, tres años antes, fue el que nos enfrentó al Deportivo de la Coruña en enero de 2002. Tras haber perdido por dos a cero en Galicia, el espíritu de la remontada se extendió por las calles de Valladolid tras vencer unos días antes de la eliminatoria de vuelta, precisamente al Dépor en Liga, por tres tantos a cero. Recuerdo acudir a Zorrilla dispuesto a vivir algo mágico. El Pucela de Pepe Moré salió a morder y al final del primer tiempo ya había empatado la eliminatoria por medio de Fernando y Mario. Solo un penalti de Peña en la prórroga nos privó de estar en semifinales de un torneo que, esperemos, vuelva a dar noches mágicas al Real Valladolid.
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