Ladrillazos
Es más fácil tragarse una cucharada sopera de canela acompañada de un mazapán sin masticar y un traguito de leche en polvo que el encuentro del domingo
Alberto Cuesta
Martes, 11 de noviembre 2025, 07:14
El Real Valladolid y el Cádiz nos brindaron en el estadio Nuevo Mirandilla un espectáculo intenso, trepidante y difícil de olvidar. Por si no se ... ha notado la ironía, creo que es más fácil tragarse una cucharada sopera de canela acompañada de un mazapán sin masticar y un traguito de leche en polvo que el encuentro del domingo. Si tuviera que elegir entre ver de nuevo el partido y cortarme un brazo, no sabría muy bien si elegir el izquierdo o el derecho.
Noticia relacionada
Atasco en las áreas del Nuevo Mirandilla
El Pucela es el segundo equipo de la categoría con más faltas cometidas, el segundo que menos tiempo efectivo juega y uno de los equipos con más interrupciones. Es decir, sus partidos no son precisamente una oda al fútbol fluido y de transición, sino, más bien, una forma de robarle la energía al aficionado blanquivioleta y de torturar al hincha neutral. No pretendo entrar en un debate sobre estilos, fútbol bonito o todas las formas que existen de jugar a este deporte. Simplemente, me limito a constatar un hecho: es más entretenido ver cómo se derrite un cubito de hielo que un partido del Pucela.
Hablando más en serio, la falta de calidad de la plantilla obliga a llevar los partidos a un terreno más «desagradable» a la vista en el que la intensidad es la virtud más destacada. El problema llega cuando esa fuerza no aparece o el rival la iguala. Ahí es cuando el Pucela se diluye. Es cierto que en Segunda la calidad técnica no es abundante y por eso todo tiende a estar más igualado, pero a medida que pasan las jornadas la balanza se suele desequilibrar a favor del que posee más fútbol o mayor regularidad; dos cualidades que el Real Valladolid actualmente no tiene.
En este punto, es obligatorio volver a tocar un tema recurrente: ¿cuál es el objetivo real del Pucela? La vara de medir en cuanto a exigencia depende de ese detalle. El Valladolid no pierde fuera, eso es cierto, pero tampoco gana regularmente en casa. Son muchos puntos los que se van escapando y para ascender son necesarias muchas victorias, sobre todo jugando como local. Cada jornada que pasa estoy más convencido de que la máxima aspiración del Pucela es el Play Off, siempre que consiga enderezar su rumbo en Zorrilla. Sea como sea, lo que es seguro es que vamos a seguir soportando ladrillazos de los que hasta Bordalás estaría orgulloso.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión