Los inquilinos de un piso de Palencia hallan en un armario un revólver del año 1850

«Llevamos seis años de alquiler en este piso de la calle General San Martín, en un edificio que es relativamente nuevo porque tendrá unos 20 años. Detectamos una prenda apolillada en uno de los cajones del armario e hicimos limpieza. Sacamos los cajones y en el último, al sacarlo, mi mujer encontró debajo una pistola. Me llamó, que estaba trabajando, y cuando volví por la noche a casa llamamos a la Policía, por si el arma pudiera estar implicada en algún delito. Es verdad que nos pilló de sorpresa, pero tampoco le dimos más vueltas», comenta Ezequiel M. G., el inquilino del piso de la capital palentina en el que hace unos días encontró un revólver con unas características tan peculiares que hacen únicas este tipo de armas. Se trataba de un revólver del tipo Lefaucheux, el primero en la historia en contar con cartuchos metálicos individuales que se introducían uno a uno en un cilindro rotatorio y patentado alrededor de 1850.

«Saqué la pistola con una toalla y comprobé que no tenía balas. Cuando vino la Policía me dieron un acta de recogida y la entregué. Me comentaron que era un arma valiosa, pero yo no tengo ni idea de armas», agrega Ezequiel.

No mentían los agentes. Este revólver revolucionó en su día las armas de fuego cortas, puesto que permitía realizar disparos de manera continua, recargando muy rápidamente los cartuchos, sin necesidad de introducir pólvora por el cañón como hasta ese momento ocurría con las armas de avancarga. Fue un arma ampliamente usada entre 1860 y 1880, siendo incluso arma de dotación del Ejército Español. A partir de 1880 cayó en desuso debido a la aparición de modelos más evolucionados técnicamente.

Las gestiones de investigación practicadas posteriormente por la Policía han servido para reconstruir el periplo de este arma, que perteneció en su día a un militar y que, escondida en un armario y tras ir falleciendo los familiares coetáneos a su propietario, fue cayendo en el olvido, trasladándose con el armario a diversos domicilios, que fueron pasando por distintos propietarios, hasta terminar en el que fue hallado hace unos días. «En este piso solo ha habido otros inquilinos antes que nosotros y parece que son los que tienen alguna relación con el militar que era el propietario de la pistola», subraya Ezequiel.

La Policía Nacional dará a esta arma el destino reglamentario que contempla la vigente normativa sobre armas de fuego, si bien se considera que por su antigüedad y rareza, es más una pieza digna de un museo y es probable que sea trasladada al Museo de la Academia de Policía Nacional de Ávila.