Construcción de viviendas en Palencia. Marta Moras
Palencia

La «tormenta perfecta» de covid, energía y guerra dispara el precio de la vivienda hasta el 40%

Los responsables del sector aseguran que el alza del coste de la energía ha obligado a reajustar el coste del material, que no subía desde 2008

Jueves, 24 de marzo 2022, 07:40

En tiempos de crisis solo los fuertes sobreviven. Una vez más, esta máxima puede aplicarse al sector de la construcción, uno de los más castigados en las últimas décadas por los reajustes de los sistemas económicos.

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La explosión de la burbuja inmobiliaria del año 2008 reventó por completo el tejido productivo español, que se basaba fundamentalmente en el ladrillo. El sector de la construcción sufrió tal convulsión que la gran mayoría de las empresas desaparecieron casi por arte de magia y solo unos pocos, los más fuertes, los que conservaban liquidez y no se mantenía sobre una base de solares hipotecados lograron salir adelante. En Palencia, solo unas pocas empresas constructoras salieron bien paradas y hoy en día acaparan prácticamente la totalidad de las promociones de viviendas que se siguen construyendo.

Pero ahora, esos pocos supervivientes y también algunos otros que comenzaban a levanta cabeza tras casi haberse visto desaparecer deben enfrentarse a una nueva conjunción de los elementos, «una tormenta perfecta», tal y como la ha denominado el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Palencia (Aecopa), Miguel Alonso, que de nuevo amenaza con reventar el sector.

«Problemas de suministro no tenemos, pero sí con el coste de los materiales»

Responsable de la sociedad Promueve Palencia, una de las principales promotoras de viviendas de la ciudad de Palencia, Óscar Herrero, reconoce el grave momento por el que atraviesa el sector de la construcción en España y que también afecta a la capital palentina, fundamentalmente debido al encarecimiento de los precios de los materiales.

Este promotor de viviendas explica que la huelga de transportistas que ha agravado la situación en las últimas semanas no ha pasado aún factura a su negocio, que puede seguir trabajando con normalidad, puesto que cuenta con el suficiente acopio de materiales y los pedidos están llegando con regularidad. «Nosotros problemas de suministro no tenemos. Lo que sí hay es un problema con los precios, que no paran de subir. Los materiales están llegando y además, como veíamos que podía haber problema, hemos venido acumulando para que no tuviésemos escasez», indica este promotor palentino, quien incide en que el problema es el aumento del coste de esos suministros.

«No nos va a quedar más remedio que subir los precios. Lo que estaba apalabrado, por supuesto que se va a respetar, pero aquel que firme después del 15 de mayo va a ver cómo el precio ha subido. Vamos a tener que subir bastante los precios», señala Óscar Herrero.

El promotor recalca que sus gastos se han disparado, con lo que no tiene más remedio que repercutir parte de ese incremento en los costes sobre el cliente. «La obra puede haberse encarecido un 7%, que es una barbaridad. Si estamos hablando de un proyecto de un millón de euros, son 70.000 euros más, fíjate de lo que ya estamos hablando, y eso, al final hay que repercutirlo en los pisos», señala Óscar Herrero, quien incide en que su empresa se ha dado de plazo hasta el 15 de mayo antes de aplicar la subida del os precios.

«Se ha juntado todo, un montón de cosas que no deberían haber coincidido, lo han hecho y se ha formado la tormenta perfecta. Empezó con el bloqueo del Canal de Suez, que provocó un alteración en la cadena de suministros, se ha juntado con la energía que ha venido con una escalada terrible y encima le añades la guerra de Ucrania, y al final, se ha parado todo», razona el presidente de los constructores palentinos, quien explica también que a esta conjunción de factores debe unirse una actualización «brutal» de los precios en el sector que llevaban congelados desde la pasada crisis de la construcción.

«El encarecimiento de la energía ha llevado a las empresas a regularizar los precios, que estaban muy por debajo del valor real que deberían tener. En lugar de ir actualizándose paulatinamente desde 2008 se han mantenido y ahora, de repente, ante la crisis energética que estamos sufriendo y estos precios desorbitados, pues nos ha llevado a esa regularización brutal, que está haciendo que algunas promociones se estén encarecimiento el 40% incluso», señala Miguel Alonso.

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«El precio de la energía ha provocado una especulación terrible en el resto de los precios. Por ejemplo, en el caso de los aceros, que es a lo que se dedica mi empresa, el que tenía acero de antes puede estar sacando ahora cuatro veces su precio», explica Miguel Alonso, mientras señala que este incremento de este material básico en cualquier obra va a seguir subiendo, porque la próxima semana se subastará la última producción de acero. «Se pagará a un precio un día, y al siguiente saldrá más caro, mientras haya quien esté dispuesto a pagar», explica.

«Yo no digo que la subida de precios no sea razonable, el problema es que se ha hecho de golpe. El problema del aumento del precio de la energía hace que me vea obligado a subir esos precios, porque hasta ahora estábamos cambiándolo más o menos, pero la subida de la energía nos ha llevado a que los precios se regularicen a lo que debería ser. Y qué pasa, que ha habido subidas del 70%, del 80%. En la madera ha sido del 130% o el del acero ya estaremos en el 110%», indica Miguel Alonso, quien insiste en que los precios llevaban doce años desactualizados.

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El presidente de los constructores, que uno de los propietarios de la empresa de ferrallas y forjados ACF, indica también que los mayores problemas se están sufriendo en las construcciones de viviendas de carácter particular, puesto que el aumento de precios está llevan a los pequeños promotores a paralizar el proyecto de construirse su propia casa. «Una vivienda particular que a lo mejor hace unos meses iba a costar 200.000 euros, ahora mismo está en unos 275.000 euros. Y para una familia esto es una barbaridad. En muchos casos, los promotores particulares utilizan todo su patrimonio para construir su casa, llegan al límite y con estas subidas no pueden afrontarlo y los proyectos se están quedando parados», manifiesta el presidente de Aecopa, que no limita este problema a las promociones particulares, sino también a las grandes promociones colectivas, con proyectos que estaban previstos y por el momento se han paralizado.

Pero también esta tormenta perfecta está teniendo su incidencia en la licitación de la obra pública, que está viendo cómo muchas de las contrataciones que deberían hacerse desde las administraciones no llegan a buen puerto y las convocatorias que se publican comienzan a quedar desiertas.

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En las últimas semanas, el Ayuntamiento de Palencia no ha encontrado licitadores interesados en buena parte de sus proyectos para la rehabilitación de los centros sociales, y tampoco la Cámara de Comercio e Industria ha logrado en los últimos días que alguna empresa se interese por acometer las obras de reforma de su sede de la plaza de Pío XII.

«A primeros de año, ya había más de 2.300 millones de euros de obra pública en España paralizada, que no había salido a licitación porque no se podían mantener los precios, y en Palencia ya se está produciendo y la cosa se va a agravar, porque no va a salir, por ejemplo, la obra del Hospital. Ya les faltaba dinero antes y quieren sacarlo a licitación por el mismo precio. Si ya se estaban pidiendo antes 20 millones más y sin ellos no se va a poder hacer, por lo que si sale el concurso, va a quedar otra vez desierto», explica Miguel Alonso, quien reclama a su propio sector que no concurra a las obras con bajas económicas en la oferta a sabiendas de que son imposibles de cumplir, con el objetivo oculto de solicitar después un modificado al alza. «Las modificaciones por ley no se pueden hacer, yo ya no sé si es desconocimiento o jeta, porque yo no lo entiendo. No tenían que permitirse a nadie esas bajas tan brutales. Eso ya no existe. Durante años algunos han sido muy pillos, pero eso ya no puede hacerse», señala Miguel Alonso, quien avanza un horizonte aún más preocupante en los próximos meses.

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«Las acereras están despidiendo personal o están en ERTE. En España, no se está produciendo chapa y tampoco está entrando, con lo que las fábricas de automóviles se van a parar. El aluminio ha subido un 220%... O ponen remedio para ayer, o se va a parar el país, pero por completo. Porque si paran las fábricas de coches y la construcción se va a terminar parando, porque los costes son disparatados, se para el país», explica Miguel Alonso, quien señala que una termoarcilla ha pasado de valer 90 céntimos a 2,90 y un ladrillo ha pasado de 7 céntimos a 24.

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