Los 'Six Majors' tienen color palentino
El aguilarense Rubén Martínez ha completado 21 maratones, los seis más importantes del planeta en este 2025, y aún se prepara el de Sydney para completar el año
Mirar atrás y recordar cuando corrí por primera vez en Nueva York ya es un cúmulo de sensaciones. Solo preparar aquel maratón me parecía muy ... lejano y duro». Para Rubén Martínez, natural de Aguilar de Campoo, completar los 'Six Majors' –los seis maratones más prestigiosas del planeta– (Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York) era un reto reservado a superhéroes. Este 2025, con la carrera de Tokio, ha puesto el broche a un viaje que comenzó casi por casualidad y que hoy define su vida.
El maratonista palentino trabaja en una fábrica. Su historia no empieza en la infancia, ni en los equipos de atletismo de ningún colegio. De hecho, hasta casi los 39 años no corría ni un solo kilómetro. «Empecé a correr para adelgazar. Jamás imaginé que acabaría viajando por el mundo y corriendo maratones», confiesa. Su primera gran prueba fue la Maratón de Lisboa, una puerta que le abrió un universo desconocido y emocionante.
Desde entonces, todo cambió. «Antes de correr no hacía ningún deporte. Me ha transformado por completo, tanto física como mentalmente. Si alguien me hubiese dicho que iba a lograr esto, no lo habría creído», asegura Rubén Martínez, que a día de hoy lleva 21 maratones en las piernas y un listado de sueños cumplidos.
Entre todas, hay uno que ocupa un lugar especial, Nueva York. «Siempre fue mi sueño correr allí. Había viajado varias veces a la ciudad y desde que empecé a correr, era mi gran objetivo. Lo he podido hacer tres veces y volveré en 2026. Si pudiera, lo correría todos los años», reconoce el deportista aguilarense.
El brillo de una medalla y las fotos en meta ocultan una realidad mucho más dura, la lucha constante contra uno mismo. «Los momentos malos siempre llegan. Piensas en retirarte, en bajar el ritmo o incluso en dejarlo. Recuerdas todo el entrenamiento, sacas fuerza mental y sigues. Incluso piensas que será tu último maratón, pero al acabar ya estás soñando con el siguiente», explica.
Para compaginar su pasión con el trabajo, Rubén Martínez organiza sus días con disciplina férrea. «Salgo por la mañana a correr y entrenar, y dedico las tardes al trabajo. Como trabajo por turnos, puedo organizarme bien y dedicar el tiempo necesario a hacer kilómetros», detalla. Planifica cada temporada con mimo, eligiendo los maratones según lo que más le apetezca y buscando siempre un nuevo reto que le motive.
En su palmarés brillan Berlín, Boston, Chicago, Londres, Tokio y, por supuesto, Nueva York. Pero su calendario sigue lleno. Este año espera completar el «séptimo Major» en Sídney a finales de agosto, una prueba que recientemente ha logrado unirse al prestigioso circuito mundial. «Tengo seis completados y no puede quedar así la cosa. Me veo con fuerzas y quiero hacerlo ahora, no esperar a verme sin forma dentro de unos años», afirma.
Además, en 2025 tiene otro objetivo, terminar el circuito 'Superhalfs', que agrupa seis medios maratones icónicas en Europa. A Rubén Martínez solo le faltan Cardiff y Valencia, pruebas para las que ya tiene dorsal. Si todo va según lo previsto, en octubre habrá sumado ese logro a su colección. Y aún habrá más. Ámsterdam, Atenas y Valencia también están marcadas en rojo en su calendario y correrá esos tres maratones antes de cerrar el 2025. Una fecha para recordar toda la vida al completar en el mismo año todos los Majors y las Superhalfs. «Sería un año increíble para mí», reconoce.
Corredor local
A pesar de su currículo internacional, Rubén Martínez no pierde el vínculo con las carreras locales. Las pruebas de la Legua a Legua de Palencia son para él un regreso a la esencia. Un circuito palentino en el que también ha participado este verano para seguir en forma. «Pasas de correr en Nueva York con miles de personas a correr en Grijota o Prádanos de Ojeda con amigos y vecinos. Esa cercanía es la magia del 'running'».
La historia de Rubén Martínez es la de un hombre corriente que decidió un día atarse las zapatillas y salir a correr. Hoy, desde Palencia, ha conquistado las grandes capitales del mundo y ha demostrado que nunca es tarde para perseguir un sueño. Porque, como él mismo dice, «parecía un reto imposible... y ahora, después de veintiún maratones, solo puedo sentir orgullo».
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