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El pan y el quesillo sin pedrea en el Cristo quedó en un bocadillo
Los vecinos del Cristo celebraron el día grande de sus fiestas desde ventanas y balcones al no poder acudir a los pies de la ermita ni al cerro del Otero
El barrio del Cristo ha vivido el día grande de las fiestas de Santo Toribio más extrañas que se recuerdan. El coronavirus y las exigencias del estado de alarma dejaron la pedrea del pan y el quesillo en una degustación colectiva de estas tradicionales viandas desde las ventanas del barrio.
Sin empujones, sin aglomeraciones y sin acaparadores dispuestos a llenar la despensa. Ha sido una fiesta 'sin' en la que el presidente de la Asociación de Vecinos, Guillermo Barrios, aseguró que lo más importante entre tanto 'sin' era que el próximo año se pudiera celebrar la pedrea sin tener que lamentar pérdidas en el barrio. Por eso puso especial énfasis en que todos los vecinos disfrutaran de la fiesta desde su casa, atendiendo a las obligaciones del estado de alarma, sin salir a la calle bajo ningún concepto. «Eso es lo más importante dadas las circunstancias», sentenció.
Y de esta manera, cada uno desde su ventana, los vecinos del Cristo vivieron esta tradición a la que se sumaron personas de toda la ciudad, como los de la calle Las Monjas, que ataron pan y queso a una cuerda para emular una pedrea simbólica ante la imposibilidad de subir a la ermita para disfrutar de un día de celebración que ha culminado una semana en la que los vecinos del barrio han dado muestras de su creatividad. «Se han publicado varios vídeos en las redes sociales con pedreas hechas con muñecos y marionetas. Dentro de lo extraño que está resultando esto, hemos intentado hacer cosas para pasar estos días lo mejor posible», explicó ayer Barrios.
La Asociación de Vecinos del Barrio del Cristo ha puesto su granito de arena para que la fiesta se pudiera vivir en cierta medida pese a las circunstancias y el ayuntamiento también lo ha hecho, con una serie de actividades online que pretende dar a conocer la Romería de Santo Toribio y homenajear a los residentes en este, uno de los barrios más característicos de la ciudad.
Desde la Concejalía de Cultura, Turismo y Fiestas se editó un spot publicitario y un vídeo sobre la historia del Cristo del Otero. La encargada de relatar los detalles más desconocidos del símbolo más reconocible de la ciudad fue la historiadora Eva Domínguez, actualmente responsable de la edición gráfica de las revistas 'Muy Historia' y 'Muy Arte', para las que también trabaja como redactora y creadora de contenidos tanto en su versión impresa como online.
Además de aprovechar la puerta a todo el mundo que supone Internet para dar a conocer Palencia a través del Cristo del Otero y de la tradicional Romería de Santo Toribio, la Policía Local también quiso sumarse a esta atípica programación. La acción organizada por los agentes municipales consistió en una procesión que arrancó en iglesia de San Ignacio y Santa Inés a las 11:30 horas y recorrió las calles del barrio haciendo sonar las sirenas. De este modo, la Policía Local de Palencia mostró su apoyo y agradecimiento a los residentes, que se asomaron a sus ventanas y participaron en una atípica fiesta que el coronavirus obligó a celebrar desde casa, para desgracia de todos los vecinos, especialmente para los comerciantes y hosteleros. «Una de las pocas fechas que tienen para ganar algo de dinero es esta. Cuando acabe todo esto, deberíamos comprar todo lo posible en el barrio», sentenció el presidente de la asociación de vecinos.