«Ha quedado un duelo sin cerrar tanto para las familias como para los sanitarios»
La especialista incide en que ha transcurrido un año desde el inicio de la covid «y nadie sabe» la gestión que han hecho allegados y profesionales
CARMEN AGUADO
Martes, 4 de mayo 2021, 06:49
Psicóloga, logopeda y 'coach', la palentina Elisa Molina ha acompañado a decenas de familias y enfermos a superar tanto los duros momentos de la enfermedad ... de la covid como la partida y el duelo. Estas vivencias han hecho que su testimonio se centre en transformar el dolor en esperanza a través de una serie de herramientas como la empatía terapéutica, la fortaleza y el sentido de la vida, y de pautas para aliviar el estrés y la fatiga de profesionales, voluntarios y sacerdotes. Elisa Molina imparte este viernes una conferencia sobre 'Acompañamiento en el duelo', como parte de la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud de la Diócesis de Palencia.
-¿Cómo ha cambiado el proceso del duelo durante la pandemia?
-Muchas veces lo tenemos solo como la parte doliente, donde lloramos y hacemos un entierro y luego cada uno se va a su casa y lo gestiona a su manera. Ahora estamos viviendo una pandemia en la que estamos gestionándolo como podemos. Nos estamos saltando todas las fases. Durante casi un año, los enfermos han estado solos sin ningún tipo de acompañamiento. Además, parte de ese duelo también lo están sufriendo los sanitarios y han acumulado todo el estrés y la parte del duelo que tampoco han sabido gestionar. Cada uno lo ha hecho como ha podido: psicólogos, terapia de grupos o amigos. Ellos también han perdido parte de su normalidad y de su vida normal.
-¿Antes este acompañamiento lo hacían las familias y ahora el personal sanitario?
Claro, antes de la crisis sanitaria este acompañamiento lo hacían, casi siempre, las familias. Pero durante esta crisis sanitaria estamos viendo que esto ha cambiado. Es cierto que ahora los protocolos se están modificando y que, actualmente, en el momento final se permite estar a un familiar, pero durante meses la familia se ha tenido que enfrentar a una llamada telefónica y los sanitarios han tenido que ser quienes realizaban esa llamada. Hay que lidiar con la sensación de pérdida, de que ya no está, pero también de que no te has despedido. En definitiva, no has enfrentado el momento del duelo. No hay psicólogo ni terapeuta o sacerdote que esté preparado para eso. Por ejemplo, hasta verano no ha habido velatorios o entierros, y hay miles de personas que siguen sin funeral. Son un montón de fases que nos hemos perdido. Ha trascurrido un año y nadie ha pensado en la gestión del duelo que han pasado las familias y los sanitarios. Ha quedado un duelo sin cerrar y desestructurado.
-¿Cuáles son algunos consejos para afrontar este proceso de duelo?
-Primero, hay que aceptar el duelo. A veces surge el enfado: ¿por qué a mí? ¿quién ha tenido la culpa? ¿La gestión hospitalaria, el gobierno, los políticos? Empieza el enfado y después hay que aceptarlo. La realidad es que no va a volver esa persona y no me he podido despedir. Y luego la siguiente fase y más importante es cómo empezar a vivir sin esa persona. Cómo hemos tenido que ir aceptando esas fases para poder seguir viviendo.
«Los colegios oficiales nos instan a visibilizar que la próxima pandemia será de salud mental»
-¿Es importante contar en esta situación con apoyo profesional?
-Totalmente. Las víctimas de tragedias como el 11-S o el 11-M estuvieron acompañadas durante un tiempo, pero ahora estamos asumiendo que hay miles de personas que han dejado a sus familias y nadie les está acompañando o escuchando. Muchas veces se trata solo de escuchar, aunque se pueda hacer poco o nada, pero se trata de canalizar eso que sienten para que puedan seguir viviendo.
-¿Es la despedida clave para poder afrontar el duelo?
-Para mí, sí. Lo que pasa es que ahora mismo, en esta situación, también interviene la logística del hospital. Como psicóloga, sí, es primordial. Ahora mismo se está dejando a una persona despedirse. Sigue siendo injusto porque si son dos hijos, ¿quién se despide de su padre o su madre? O en el caso de una pareja, ¿me despido yo o nuestros hijos? Es difícil gestionarlo, pero ahora lo importante es esta logística hospitalaria: la seguridad. No podemos exponer a los sanitarios.
-¿Los enfermos, en este caso de la covid, también necesitan de este acompañamiento?
-Claro. En la otra parte de esta pandemia también se encuentra esa persona que entró al hospital con todas sus facultades y que ahora ha salido con un estado de salud muy mermado. Ha pasado de estar en el hospital con un núcleo muy cerrado de personal que se ha volcado en su recuperación a llegar a casa y tener una atención médica únicamente telefónica. O llegar y antes poder valerte por ti mismo perfectamente y ahora necesitar muletas o silla de ruedas. Por eso hay que hacer gestión de pequeños grupos que también acompañen al enfermo en todo este proceso.
-¿Están notando que hay más gente que ahora pide ayuda psicológica profesional?
-Sí, muchísimo. Los colegios oficiales nos están instando a que visibilicemos que la próxima pandemia va a ser de salud mental. Ya hay niños con muchos miedos. Hijos tanto de sanitarios, como de fuerzas de seguridad, empleados de supermercados o de personal que ha vivido en primera línea la pandemia. Miedos nocturnos, miedo a volver a casa, angustia por situaciones personales, exceso de información... Muchos de ellos han perdido la sociabilización a la que estaban acostumbrados. En el otro lado está el caso de los más mayores. Les hemos privado por miedo a salir de casa, a dar abrazos y besos, a ver a sus hijos o a sus nietos. Al final todo esto antes era su motivación. La sociedad ha caído en el 'edadismo' y a normalizar la muerte de muchas personas solo por el hecho de ser mayores. Esto ha creado soledad, depresión y baja autoestima. Muchos mayores se han dado cuenta de que sin sus hijos o sus nietos no eran tan independientes como parecía. Muchos creen que no valen para nada más que para cuidarse y no morirse. En definitiva, hemos visto las consultas más llenas, hemos recibido más llamadas de teléfono y en nuestras páginas, donde ofrecemos pautas y ayudas, las visitas también se han visto incrementadas.
«Muchos creen que no valen para nada más que para cuidarse y no morirse»
-¿Cree que los mensajes positivos que se difundieron durante los primeros meses de la pandemia han tenido el efecto que se esperaba?
-Creo que hay que generar cosas positivas sin olvidar que las negativas hay que sanarlas. Si tienes una herida no vas a ir goteando la sangre todo el rato, te pones una tirita pero tienes que llevar betadine y una venda. Pero con lo emocional, estamos tirando. Lo vamos metiendo todo en una mochila, al principio eran pocas piedras, luego alguna más y llega un momento en el que, al final, es imposible seguir cargando con ese peso.
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